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Guerra se reencuentra con los guerristas de Almería

Simón Ruiz
Periodista / La Voz de Almería

Alfonso Guerra González (Sevilla, 1940) llegó puntual el pasado jueves a la cita en la sede del Centro Andaluz de la Fotografía en Almería. Allí le esperaba un grupo de militantes del PSOE, de esos que nunca reniegan de su pasado como adeptos a lo que en tiempos fue una verdadera corriente interna en las filas socialistas: el guerrismo. Entre esos militantes se encontraba Eloy Jesús López Miralles, exparlamentario en Madrid, portando carteles electorales del año 82 con las candidaturas socialistas de Almería. Guerra los miró con detenimiento. ‘Por el cambio’ figuraba con gran tipografía en uno de ellos.

Nono Amate, Fernando Martínez, Fernández Capel y Alfonso Guerra

Guerra vino a Almería a inaugurar una exposición de fotografías de Luis Ramón Marín organizada por la fundación que preside, la Pablo Iglesias, y acabado el acto se le preguntó por el tiempo transcurrido desde esa histórica victoria socialista en 1982. “Almería – dijo a La Voz – ha cambiado, como todo en España, muchísimo. Ahora estamos en un proceso de vuelta atrás, pero el proceso de cambio que hubo entre 1982 y 1992 fue importantísimo”.

Algunos de los militantes que colgaron los carteles del ‘cambio’ en Almería fueron también los mismos que hicieron campaña por el ‘sí’ autonómico en esta provincia. Y fueron los mismos que estaban junto al exvicepresidente del Gobierno el pasado jueves, como Nono Amate, Fernando Martínez, Jesús Fernández Capel, Celso Ortiz, Emilio Martínez, Pedro Lozano y José María Ortega.

Fue difícil conseguir la autonomía, pero Guerra González se queda con la parte positiva. “Ha hecho posible avanzar en muchos aspectos a provincias como Almería”, opina, mientras destaca que también el proceso autonómico ha dejado “excesos como los de Cataluña”.

Durante la larga hora que Alfonso Guerra permaneció en la sede del CAF, su sombra fue un viejo conocido. El fotoperiodista Pablo Juliá, desde cuya cámara se disparó la famosa ‘foto de la tortilla’, habló de un hombre comprometido, de una amistad forjada ya en tiempos del franquismo. Ambos rememoraron aquella foto en la que aparecían en una jornada de campo en Sevilla. La contemplaron desde una tablet Samsung. En blanco y negro.

Como si el tiempo no hubiera pasado. Pero ha llovido mucho desde entonces. Cuarenta años. Casi nada. Entonces, cuando se plantaron las raíces del socialismo de Felipe González y Guerra, o no habían nacido o eran muy pequeños militantes socialistas como Luis Díaz, Rául Enríquez, Juan Carlos Pérez Navas -¿candidato a la alcaldía de la capital?- o Carmen Cazorla.

Ellos también quisieron estar esa noche con uno de los hombres del ‘cambio’. El guerrismo sigue dando que hablar. Y que escribir.

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