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La comisión de investigación de los "eres", ¿un proceso al chavismo?

Pepe Fernández
Periodista

Cuando escribo está a punto de caer el telón sobre una de las bases de la pirámide de los EREs que tanto obsesiona a Su Señoría Doña Mercedes Alaya. La Fiscalía Anticorrupción solicita la medida de privación de libertad y una multimillonaria fianza para Antonio Fernández. También la acusación del PP y el abogado del sindicato ultraderechista Manos Limpias. La Junta esta vez no pide cárcel. El ex consejero unió su vida en el PSOE a un entramado político, sindical y económico que le ha saltado finalmente por los aires. Un escándalo de tal envergadura que ha acabado por estigmatizar la figura legal de los Expedientes de Regulación de Empleo, vulgos EREs. Y de paso está a punto de llevarse por delante el escaso prestigio de una forma de hacer política, propia del XIX, personalizada en Manuel Chaves Gonzalez. El timonel socialista que ha conducido a Andalucía a donde está, para lo bueno o para lo malo, en veinte años de acción de gobierno unipersonal.

El PSOE ha presentado hoy ante el Registro de la Cámara la solicitud de creación de una comisión de investigación sobre el escándalo político de los EREs. Con esta son ya dos las iniciativas presentadas, precisamente por parte de quienes pretenden gobernar Andalucía en esta IX Legislatura, PSOE e IU.

No deja de resultar paradójico comprobar cómo el nuevo frente de gobierno le ha tomado esta vez la delantera al PP que llegó a convertir el asunto EREs en objetivo máximo de su campaña electoral. Tanto que acabó resultando cansino escuchar, día sí, día también, a Antonio Sanz y Rosario Soto en sus comparecencias de campaña soltando “nuevos” papeles sobre el escándalo “de la cocaina” y los EREs.

Pero volvamos sobre el significado político que tiene el hecho de que el futuro gobierno haya dado el paso para, formalmente, solicitar una investigación en sede parlamentaria sobre los EREs. Para IU este es uno de sus compromiso electorales, un icono para la izquierda, un trofeo a lograr, investigar al gobierno, limpiar, depurar responsabilidades políticas de quienes hayan tenido un comportamiento vergonzante, bien como delincuentes, bien como responsables políticos de un saqueo. Y, de paso, escarmentar al personal en asuntos tan repudiados por la sociedad civil que podrían poner en peligro a medio plazo el propio sistema.

Resulta sorprendente la iniciativa gubernamental entre otras cosas porque a nadie se le escapa lo que se supone que va a salir de esta Comisión non nata. Ni más ni menos que vamos a asistir en toda regla a un proceso político a la Era Chaves, un proceso con luces, sí, pero con enormes sombras sobre las que deberá responder quien durante dos décadas lo ha sido todo en el socialismo andaluz. Llamar a Chaves a declarar ante sus señorías, sin los parapetos rígidos del Reglamento, puede suponer el colofón a un proceso para el que quizás no esté suficientemente preparada la militancia del partido. Tampoco lo está Manolo Chaves.

Pues eso es lo que a día de hoy tenemos sobre la mesa de operaciones en esta Andalucía tan sorprendente. Exactamente un proceso político a los que pusieron a Griñán donde sigue, a pesar de las muchas zancadillas puestas hasta la misma noche del 25M por esa misma gente que le puso.

La puesta en marcha de la futura Comisión de Investigación de los EREs tendrá un doble efecto en el que muy pocos han meditado. Necesariamente se entremezclará con el devenir del Procedimiento Judicial que sigue instruyendo la Juez Alaya. Por vez primera, desde que es instructora de este voluminoso sumario, se enfrentará a otra institución, lejos de su jurisdicción, con parecidos fines y objetivos. No seria la primera vez en que saltasen chispas entre un juzgado y el Parlamento, tampoco sería la última. Pero ésta ocasión en concreto presenta perfiles políticos dignos de analizar y ser tenidos en cuenta. El hecho de que a corto plazo no se visualice ningún escenario electoral, ayuda a considerar que quizás esta vez , el parlamentarismo en crisis, es capaz de depurar el propio sistema que se corrompe a sus pies.

Mientras, en el ámbito judicial, todo sigue su curso aunque los ecos que llegan de la declaración de cuatro días del ex consejero de Empleo y actual Presidente del Consejo Regulador de Jerez ante la jueza no invitan a pensar en un trámite normal y tranquilo. Se lee que se oían voces, gritos, valoraciones impropias de una juez, ninguneos, un clima de tensión que desde hacía tiempo no se vivía en una Sala de justicia en Sevilla. (Quizás desde que juzgaron y condenaron a “El Tarta” por el crimen de las estanqueras).

Mucho ruido llega últimamente desde el juzgado de la Sra Alaya que, de ser cierta la nerviosera que transmiten quienes han estado presentes en estas largas declaraciones, tan solo confirma que la Sra Magistrada se ha tomado muy a pecho esta investigación, como si fuese algo personal pero sin serlo.

A ver que hace, ahora, la Comisión de Investigación de Griñán y Valderas.

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