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Griñán y Valderas, tándem para una etapa negra

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

El Gobierno andaluz que afrontará la etapa más dura, desde el punto de vista económico y social, de la autonomía andaluza está ahora mismo desmenuzado en piezas de un puzzle que esta semana los negociadores de PSOE e IU tendrán que encajar. "Con IU hay muchas cosas que hablar, por materias, de rango, de números", admite uno de los negociadores socialistas, que anima a no pensar en mover las fichas que hay sobre el actual tablero sino "mirar el Gobierno con otros ojos". Es decir, los repartos habituales de políticas entre departamentos tienen que ponerse en cuarentena. Solo hay una cosa clara en la cabeza del presidente José Antonio Griñán, que la federación de izquierdas tendrá una vicepresidencia política, adscrita posiblemente a la Consejería de Gobernación, y que ostentará Diego Valderas. Para el PSOE es la mayor garantía de que el pacto va a ser estable y no va a estar sometido a vaivenes y pulsos internos del partido minoritario. Para IU es una oportunidad y la opción de tener "mando en plaza" para vigilar que se cumple el acuerdo programático cerrado.

Son muchos los criterios a contemplar para el Gobierno. Atendiendo al calendario todo apunta a que la sesión de investidura del presidente se celebrará los días 2 y 3 de mayo, aunque Griñán no ha ocultado su interés por que sea cuanto antes. Siempre después del referéndum de IU el martes, donde el pacto deberá dejar de ser virtual y convertirse en real. Los militantes de este partido son ahora mismo los que tienen en su mano la fórmula política para el Gobierno andaluz de los próximos cuatro años. El rechazo al Gobierno de coalición lo desbarataría todo.

Otras dos cosas que tiene claras Griñán es que será paritario y que el organigrama del Gobierno será menor. Es obligado en tiempos de austeridad. Si ahora mismo son 13 consejerías, no serán más de diez u once, aseguran fuentes próximas a la presidencia. Tres carteras serían para IU. Cultura se sumaría a Educación. Las competencias de Justicia se desgajarían de Gobernación para adscribirse a Presidencia. Todo apunta a que Griñán preservará a la columna vertebral de su gabinete. Economía con Antonio Ávila y Hacienda con Carmen Martínez Aguayo parecen estar asegurados en sus puestos. Igualmente es predecible que Mar Moreno siga en Presidencia tras una legislatura durísima, en la que su cara ha asumido los principales golpes, también el del caso de los ERE. Donde se da por hecho un relevo es en Empleo. Manuel Recio heredó un departamento con las peores cifras de paro conocidas y un escándalo de grandes dimensiones que ha salpicado a su actual equipo. IU no podría admitir su continuidad. Esa cartera es las que suenan para la federación de izquierdas. Lo mismo que Medio Ambiente o Agricultura, aunque la envergadura económica de este último departamento y la alabada gestión de su titular, Clara Aguilera -que hasta ha cosechado los piropos del díscolo Juan Manuel Sánchez Gordillo-, hacen más complicado entender que se ceda al partido minoritario. La intención es que Educación y Sanidad sigan en manos socialistas. Ni a Francisco Álvarez de la Chica ni a María Jesús Montero les ha confirmado Griñán su continuidad pero la envergadura de los recortes que está afrontadon en estos minutos de descuento del Gobierno en funciones hacen complicado concebir relevos. Estas carteras serán los pilares, santo y seña del Gobierno de izquierdas de Andalucía. Las competencias de Turismo podrían igualmente repartirse. En este escenario Griñán tiene poco margen para grandes fichajes o nuevas caras y sería complicadísimo que cuide los equilibrios territoriales que siempre han respetado los socialistas. Posiblemente la mayor cuota de renovación venga de los consejeros de IU, que serán de perfil mucho más político que técnico o gestor, advierten desde la dirección.

Hay otro movimiento que se intuye aunque Griñán aún elude hablarlo. Es tema tabú para los socialistas. Tendrá consecuencias políticas muy directas en la vida interna del PSOE y atañe directamente a Micaela Navarro, una de las mujeres que hasta hace muy poco tiempo hubieran sido inamovibles del equipo del presidente. La jiennense apoyó a Rubalcaba frente a Chacón y se erigió en el rostro con más futuro del sector crítico del PSOE-A. Su nombre fue clave para entender los movimientos internos en la recta final de la campaña electoral, cuando los críticos dieron por amortizado a Griñán y comenzaron sus movimientos para pedir una gestora prácticamente la misma noche electoral. Al dirigente socialista las urnas lo han ungido como líder sin contestación un largo tiempo tras conseguir "la gesta" de no perder el poder en Andalucía._Quien espere un gesto de integración en el Gobierno o en el próximo congreso regional no acertará, confirman fuentes próximas al secretario general. Griñán y Navarro no han mantenido ninguna conversación franca, frente a frente. "Lo que ocurrió en el último tramo de la campaña fue muy duro", insisten misteriosamente los socialistas. Es probable es que sus competencias queden en manos de Salud, como ya planeó Griñán una vez. Sí hay cambios ya cerrados en el círculo más estrecho del presidente. Su jefa de gabinete, la secretaria general de la Presidencia, Rosa Castillejo, se marcha a la empresa privada.

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