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Demoliciones y Derribos Rajoy, S. L.

José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería

Rajoy ha iniciado una nueva demolición, la de nuestro sistema público de salud. Directamente ha cogido el pico y la pala, o mejor dicho, ha mandado a los suyos que cojan el pico y la pala para derribar uno de los pilares del Estado del Bienestar más apreciado por los ciudadanos, la Sanidad. El Gobierno -bajo la coartada de la crisis- ha iniciado el cambio de modelo que tenemos, con la pretensión final de llevarnos a un modelo donde cada uno tenga la Sanidad que se pueda pagar, acabando para ello con la universalidad y gratuidad de la prestación sanitaria. De entrada, a partir de ahora, sólo tendrán tarjeta sanitaria quienes coticen a la seguridad social, más los pensionistas y los parados (los que ya hayan cotizado antes). El resto de ciudadanos tendrán que acreditar ingresos insuficientes para tener derecho a la sanidad pública.

Esta ocurrencia nos lleva a que, por ejemplo, los jóvenes mayores de 26 años que no hayan accedido a su primer empleo no tengan derecho a asistencia sanitaria gratuita y la tengan que pagar, a no ser que puedan acreditar que no superan un límite de ingresos determinado. En ese caso, tendrán que pedirlo expresamente y esperar a que se les conceda una especie de “carnet de pobre”. Los trámites serán engorrosos para las personas que se estén preparando unas oposiciones e injustificables para quién haya concluido sus estudios pero no tenga aún un empleo. El Gobierno tiene que aclarar, además, cómo afecta esta nueva normativa a las mujeres separadas o divorciadas que nunca hayan cotizado a la seguridad social.

Las medidas del Gobierno del PP excluyen a los inmigrantes sin papeles de la atención sanitaria, aunque se mantiene la de urgencias, embarazo, parto y post-parto y menores de 18 años. Esta exclusión supone un ahorro poco relevante, pero tendrá un coste enorme en salud y en solidaridad, porque dejarán de ser atendidos pacientes en tratamiento por cáncer, hemodiálisis y otras enfermedades crónicas. Es por tanto, una medida ineficaz que, además, sólo va a conseguir que hasta las gripes se traten en urgencias.

Aunque Rajoy y la Ministra Ana Mato lo han negado una y mil veces, en el Real Decreto se establece el copago sanitario. Este cambio pone una barrera real a los pacientes más vulnerables para el acceso a novedades y a prestaciones necesarias y también penaliza a aquellos que viven en el ámbito rural o lejos de su centro de atención sanitaria, por el copago en el transporte. Además, todos los ciudadanos –incluidos los pensionistas- tendrán que pagar por cosas que hasta ahora no pagaban si las necesitaban como las prótesis externas (collarines, férulas, muletas, sillas de ruedas, etc.) por el transporte sanitario no urgente y por los productos dietéticos terapéuticos.

Se inicia así un sistema de copago que el Gobierno ha impuesto a los pensionistas, por primera vez en España, un impuesto en toda regla que debes pagar por padecer una enfermedad. Se trata, en definitiva, de medidas improvisadas, injustas e ineficaces. Injustas porque castigan especialmente a los sectores más vulnerables, es decir, a los pensionistas y porque el peso de la crisis vuelve a recaer en las clases medias trabajadoras, que tendrán que pagar más. Ineficientes e improvisadas porque lo único que van a provocar estos recortes es empeorar la salud de los españoles.

Por lo tanto, un derecho de todos los ciudadanos, que hasta ayer era universal y gratuito, ahora ya no lo es en virtud de un Decreto Ley de Rajoy y su particular “empresa de derribos”- que es en lo que se han convertido los gobernantes del partido popular. Por cierto, ¿habrán consultado están medidas con sus votantes?

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