Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía
Faltó el confeti, pero el congreso del PSOE-A clausurado 
ayer en Granada fue una fiesta que terminó al son del himno de Andalucía y con 
un primer reto político impuesto por la secretaria general del PSOE-A a su 
partido: ganar las elecciones europeas de mayo de 2014 para demostrar que el 
cambio de ciclo político ha llegado a España. La cita política ha 
apuntalado el liderazgo de Susana Díaz tras 48 horas de aplausos y elogios hacia 
la que ha emergido como la gran esperanza del Partido Socialista. Ha 
servido en clave interna para disparar la euforia en torno a la nueva lideresa y 
dejar atrás la depresión en la que estaban sumidos los socialistas tras los 
últimos descalabros electorales. De Granada sale un PSOE andaluz más unido, que 
se ha dedicado a exhibir fuerza y presumir de relevo generacional y cambio 
político.
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| Susana Díaz y Alfredo Pérez Rubalcaba | 
Junto a Susana Díaz estuvo ayer en la clausura el secretario general del 
PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que tenía que haber oído y leído que el sábado 
sus compañeros andaluces le habían señalado el camino de la renovación. Aunque 
todos lo niegan y nadie aludió expresamente a Rubalcaba, cada vez que Díaz 
ensancha su liderazgo, debilita a un secretario general que aún no ha despejado 
su futuro político, ni ha convocado primarias, ni ha dicho si optará a seguir 
mandando en el PSOE. Todo esto Rubalcaba lo obvió en una especie de fair 
play político en el que cada uno sabe a qué juega pero sin darse empujones ni 
patadas. “Salimos bien cosidos, que nadie nos abra las costuras”, 
enfatizó Díaz en un alegato por la unidad del partido. Hubo también un mensaje a 
los socialistas catalanes, cuyo secretario general se sentaba en las primeras 
filas. “Por encima de todo Pere Navarro llévate la garantía de que los 
socialistas andaluces vamos a estar contigo”.
De nuevo con chaqueta roja y una camisa blanca en la que lucía una simbólica 
rosa, Díaz optó por un tono mucho más institucional que el día anterior. Se 
estrenó como secretaria general con un discurso de presidenta de la Junta. 
A los socialistas les recordó que quedan seis meses para las elecciones 
europeas y les advirtió de que no deben menospreciar esa cita 
electoral, sino trabajar “como si fueran unas elecciones municipales” 
para demostrar que el cambio de ciclo político ha llegado a España tras las 
apabullantes victorias del PP en los últimos comicios.
En clave de Gobierno andaluz, Díaz comenzó a hacer lo que muchos en su 
partido le piden: marcar distancias con Izquierda Unida y no permitir que los 
socios patrimonialicen las medidas sociales y la política más de izquierdas del 
Ejecutivo. “No quiero titulares de periódicos a costa de los más débiles. Quiero 
que esta tierra cree empleo y riqueza y que ellos puedan hacer frente a las 
necesidades básicas de sus hogares. Eso tenemos que defender los socialistas”, 
dijo. Fue sutil pero clara. El mensaje iba directamente dirigido a IU, 
con quienes las relaciones se han enfriado tras la negociación del último 
Presupuesto y después de que la federación de izquierdas haya vendido 
medidas como que la Junta va a pagar los recibos de la luz y el agua a los más 
desfavorecidos o va a condonar los alquileres sociales por trabajos 
comunitarios. Iniciativas que los propios sindicatos han tildado de 
“ocurrencias” y de “caridad”. La presidenta de la Junta dejó ayer también 
sentado que esas medidas, que entrañan cierta forma de beneficencia, tampoco le 
gustan.
La dirigente socialista volvió a prometer cambios en la administración. 
“Vamos a abrir en canal todo, vamos a revisarlo todo”, repitió. Díaz hizo una 
cerrada defensa del Presupuesto andaluz para 2014 que ya tramita el Parlamento y 
cuya elaboración no ha estado exenta de tirones y disputas en el seno del 
Gobierno. Esgrimió las cuentas andaluzas como un hecho diferencial frente al 
Ejecutivo de Mariano Rajoy. “Hay que empezar a desmontar falsedades. Se nos dice 
que esto no es sostenible y no es verdad. La sanidad pública cuesta tres euros 
por andaluz y día, menos que un paquete de tabaco”, defendió. Anunció 
que se van a convocar oposiciones para cubrir 1.000 nuevas plazas sanitarias y 
que 8.000 nuevos andaluces van a recibir la teleasistencia. El Gobierno 
andaluz se ha comprometido a seguir financiado la dependencia a pesar de que los 
ayuntamientos del PP, el de Jaén ya lo ha hecho, han amagado con plantarse ante 
las deudas del Gobierno andaluz en la financiación de esta prestación (los 
populares retiraron el órdago el sábado, en el Consejo Andaluz de Alcaldes). “No 
voy a permitirle a la derecha que jueguen con los más frágiles, no se lo voy a 
permitir a los alcaldes del PP”, dijo la socialista. También dejó claro la 
presidenta andaluza que la tregua dada al presidente Mariano Rajoy en los 
primeros meses de su Gobierno ha concluido. Elevando el tono de la 
confrontación, acusó al líder del PP de no pensar en los intereses de los 
andaluces sino en los de su partido: “Es un Gobierno al socaire de los intereses 
del PP”.
Rubalcaba, que hizo de telonero de la gran protagonista del fin de semana, 
celebró el ascenso de la socialista sevillana y reivindicó con énfasis la fuerza 
del socialismo andaluz. “Aquí donde se publican libros que invitan a las mujeres 
a casarse y ser sumisa, hemos decidido que nuestra secretaria general sea una 
mujer”, dijo en alusión a la publicación del arzobispo de Granada. Para definir 
a Díaz eligió un calificativo muy andaluz: “Para describir a Susana se 
me ocurre la palabra poderío. Firmeza, seguridad”. Eso sí de la renovación en el 
liderazgo del partido no dijo ni mu.
 

 
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