Jesús García Lozano
Teleprensa
Últimamente vienen apareciendo en los medios de comunicación noticias referentes a los posibles recortes salariales a los trabajadores y merma de los servicios públicos por la “crisis” que estamos pasando, y, la verdad, no estoy en absoluto de acuerdo con que los excesos de políticos, especuladores y banqueros, que fueron los culpables y que ahora salen en los medios de comunicación pidiendo a los demás sacrificios, sean pagados siempre por los mismos: los más débiles, los que llegamos a duras penas a fin de mes. Primero hay que eliminar gastos improductivos y superfluos y después hablaremos de los recortes en salarios y servicios esenciales (educación, sanidad, etc.).
Pero además el PP de forma machacona intenta convencer a la ciudadanía de que él es el único que puede cambiar la situación y que tiene la receta para hacerlo, y a mí me parecería bien si así fuese, pero nada más lejos de la realidad. En los municipios y comunidades autónomas donde gobierna dice una cosa pero realiza la contraría, se reduce el salarios de los trabajadores y recortan los servicios esenciales manteniendo e incluso aumentando sin ningún pudor los gastos superfluos.
No hay más que ver los presupuestos del Ayuntamiento de Roquetas de Mar (ayuntamiento modelo del PP) para 2012 para observar partidas vergonzosas que habría que eliminar aunque sea solo por higiene pública.
Pero además el PP de forma machacona intenta convencer a la ciudadanía de que él es el único que puede cambiar la situación y que tiene la receta para hacerlo, y a mí me parecería bien si así fuese, pero nada más lejos de la realidad. En los municipios y comunidades autónomas donde gobierna dice una cosa pero realiza la contraría, se reduce el salarios de los trabajadores y recortan los servicios esenciales manteniendo e incluso aumentando sin ningún pudor los gastos superfluos.
No hay más que ver los presupuestos del Ayuntamiento de Roquetas de Mar (ayuntamiento modelo del PP) para 2012 para observar partidas vergonzosas que habría que eliminar aunque sea solo por higiene pública.
En la Televisión Municipal (Tele PP), que ni funciona ni tiene licencia para emitir, nos gastamos 178.800 euros. En las actividades de la plaza de toros, a pesar de que la explotación no es municipal, nos gastamos 157.000 Euros. En el Teatro Auditorio, a pesar de que se agotan las entradas en la mayoría de las actuaciones y que las entradas no son nada baratas, tenemos pérdidas: se llena el Teatro, pero la recaudación no va acorde con las personas que acuden, nuestros gobernantes son muy generosos con los servicios que pagamos el resto de los ciudadanos, las pérdidas se cuantifican en 708.000 euros. Está bien que apoyemos el deporte para todos, pero no comparto subvenciones ni patrocinios al deporte de alto nivel en Roquetas, lo que hacemos con 200.000 euros.
Nada más que con la eliminación de estas partidas totalmente superfluas y prescindibles nos podríamos ahorrar 1.243.000 euros.
Nada más que con la eliminación de estas partidas totalmente superfluas y prescindibles nos podríamos ahorrar 1.243.000 euros.
Si seguimos observando vemos partidas en el presupuesto totalmente desproporcionadas e inmorales como el gasto en teléfono de los concejales del PP de 20.000 Euros y las dietas de 25.000 euros, así como su retribución de 496.460 Euros.
Eliminando gastos superfluos y corrigiendo partidas desproporcionadas se podría ahorrar sólo en Roquetas dos millones de euros, o lo que sería aún mejor, emplearlos en gastos productivos para dar mejor servicio a los ciudadanos y crear puestos de trabajo, así y sólo si las administraciones trabajan en este sentido podremos salir “Todos” de la crisis sin perder puestos de trabajo ni servicios esenciales.
Eliminando gastos superfluos y corrigiendo partidas desproporcionadas se podría ahorrar sólo en Roquetas dos millones de euros, o lo que sería aún mejor, emplearlos en gastos productivos para dar mejor servicio a los ciudadanos y crear puestos de trabajo, así y sólo si las administraciones trabajan en este sentido podremos salir “Todos” de la crisis sin perder puestos de trabajo ni servicios esenciales.
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