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La revolución silenciosa

Emiliano Domene Fernández
Empleado Público

Islandia fue la primera gran quiebra de esta crisis. En 2008 la economía islandesa se desplomó. En ese momento los poderes económicos mundiales decidieron que tal como se ha hecho posteriormente en otros países, el estado inyectara miles de millones de euros a los bancos. Los ciudadanos islandeses se movilizaron en constantes protestas y asambleas populares, hicieron caer al gobierno y consiguieron que se convocara un referéndum en el cual el pueblo expresó su negativa a estos rescates. La ciudadanía rechazó pagar por los errores de los bancos, el nuevo gobierno hizo lo contrario que el resto de países, proteger a los ciudadanos y no a los bancos, se inició una investigación para depurar responsabilidades entre aquellos que con su forma de actuar generaron la crisis, banqueros y altos ejecutivos fueron juzgados y encarcelados. Igual camino siguió el primer ministro de entonces, acusado de negligencia en su gestión.

Los tres principales bancos del país fueron nacionalizados y para proteger a las clases más desfavorecidas y más afectadas por los efectos de la crisis el estado amplió su red de protección social.

En este contexto, se elige una asamblea para redactar una nueva Constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política, la asamblea constitucional comienza su trabajo en febrero de 2011 para presentar un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebran por todo el país, redes sociales, etc. Se convertirá, pues, en una constitución participativa.

El resultado total tras estas excepcionales acciones es que Islandia crecerá en el 2012 el triple que los países de la zona euro y resulta realmente curioso como los medios de comunicación han pasado de puntillas por lo que algunos ya denominan “La revolución silenciosa”, en clara alusión a la poca atención informativa que estos hechos han tenido.

No digo que el caso de Islandia se pueda extrapolar a nuestro país. Son sin duda dos realidades sociales, económicas y culturales totalmente distintas, pero no puedo evitar una gran sensación de envidia,  porque mientras esto pasaba en Islandia, en España altos cargos de entidades financieras rescatadas con dinero público reciben sueldos blindados e indemnizaciones escandalosas, el gobierno ya en funciones indulta a un banquero inhabilitado en contra de la opinión del tribunal supremo, la acción política se centra en buscar donde llevar a cabo cada día mas recortes y en intentar hacer culpable a la ciudadanía por “vivir por encima de nuestras posibilidades” y se sigue protegiendo a la banca. El Gobierno y el principal partido de la oposición llegan a acuerdo por primera vez en mucho tiempo para reformar nuestra Constitución por vía rápida y sin referéndum al margen de la voluntad del pueblo.

Quizá llegue el momento de poner en práctica políticas alternativas a las fracasadas e injustas que los actuales responsables europeos nos están imponiendo y de dar más terreno a la democracia social y política y a la participación ciudadana, porque hay otras maneras de salir de la crisis, aunque se les intente aplicar la ley del silencio.

1 comentario:

  1. Emiliano, no dejes de publicar, la sensatez nunca está de sobra. Un abrazo "MOOOOOTRUOOOO"

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