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Lo inevitable de la Sierra

Lourdes Arriaga Sánchez
Periodista
Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía (AEMA)

Canteras de Macael
A veces ocurren cosas que no se pueden evitar. El suceso acaecido en nuestra sierra hace unas semanas es un ejemplo de ello. Cada mañana, los canteros salen a su trabajo siendo conscientes del riesgo que tienen, pero también con suficiente fuerza y valentía para afrontar el duro día que les espera. En verano mucho calor y en invierno mucho frío, pero nunca los oirás quejarse porque para ellos la cantera es una parte muy importante de su vida y merece todo su respeto. Sin duda, la esencia de todo el proceso de extracción de la piedra son ellos, nuestros canteros y gracias a su trabajo, los distintos mármoles que se extraen en nuestra zona son conocidos fuera de ella.

Nadie mejor que ellos conoce, junto a los expertos en esta materia, cuáles son los peligros de la sierra, y a lo que se enfrentan a diario. Pero como dijimos al principio, no podemos obviar que los sucesos ocurren y por mucho que nos duela, la realidad de esta sierra es que su trabajo es duro y ante esto no podemos luchar, sí poner todos los medios para evitarlo, aunque ocurra.

Hace muy poco también homenajeamos a varios canteros que se jubilaban, qué orgullo poder llegar hasta el final, tener el merecido descanso y disfrutar con la familia y amigos. Toda una vida dedicada a la cantera, desde edad muy temprana y hasta la llegada de la jubilación.

Macael se caracteriza no sólo por tener su blanco mármol y sus canteras, sino que sus gentes son otro Don de esta tierra. Y por ello, ante cualquier suceso como el que desgraciadamente sucedió hace unas semanas, todo un pueblo se vuelca y ofrece su hombro para aquello que necesite. La fortaleza no es sólo su mármol sino sus gentes. Un pueblo arraigado en su historia desde siglos. Una historia muy difícil de entender, analizar y valorar. Un pueblo donde todos somos una familia, convivimos a diario mujeres, niños, adultos, trabajadores, empresarios y el problema de uno es el problema de todos. Nadie esquiva a nadie.

Este joven era una persona muy querida y admirada por la empresa en la que llevaba más de 10 años trabajando. Era parte de la familia. Un joven granadino, que se dejó la vida en el tajo y que luchó hasta el final de sus días por el trabajo de esta tierra. Fueron muchos los que quisieron recordarle en el día de su muerte, compañeros de trabajo, amigos, empresarios, entre otros… y acompañar a su familia en este día tan doloroso y difícil.

Nadie conoce la realidad de la zona hasta que no la vive. Este joven la conocía, pero por desgracia nos dejó. Algo inevitable sucedido aquella mañana, 1 de diciembre en la sierra de Macael. Todos lo recordaremos siempre.

Sabemos que la fuerte crisis está afectando a nuestro sector de manera abismal y que las empresas viven momentos muy difíciles, pero por ello no se deja de invertir en seguridad, a fin de que los trabajadores puedan realizar su labor de una forma tranquila y segura*, ya que todas las empresas cumplen las Reglamentaciones en materia de Seguridad y Salud.

En estas líneas quiero manifestar, a través de mi humilde y modesta opinión, que vivimos en una sociedad plural, donde los profesionales de la comunicación somos una parte importante dentro de la sociedad y por tanto tenemos la responsabilidad de buscar y llevar la verdad a todos los rincones de la tierra. Una verdad que no puede ser nunca la nuestra sino la verdad desde la honestidad, la honradez, la humildad, la responsabilidad y siempre con unos sentimientos solidarios, que nos lleven a hacer o crear una sociedad más justa.

Una sociedad que lamentablemente se mueve por el sensacionalismo y el morbo atroz de sus noticias, y donde a veces olvidamos, que hay que ser más consecuentes con las palabras que decimos o las historias que contamos y evitar, en cierto modo, el oportunismo.

Concluyo repitiendo que hay que vivir la realidad de una zona y conocer a fondo su día a día, por muy duro que sea y dentro de esta dureza hay que ser más susceptibles y cautelosos para evitar dañar la sensibilidad de las personas porque al fin y al cabo todos somos humamos.

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