Emilio Ruiz
➤ Entre la nueva hornada de políticos Inés Arrimadas ha sorprendido
gratamente, no solo en Cataluña, sino en toda España. Ante la figura de una
mujer que, por su agradable semblante, pudiera parecer frágil, lo que se
esconde es una persona con garra, preparada, dotada de recursos dialécticos y
que, lejos de amilanarse, se agiganta cuando alguien, como los nacionalistas,
intentan avasallarla. Es lógico que Ciudadanos haya querido aprovecharse de su
fuerza para elevarla a la política nacional, haciendo simultáneo su papel en Cataluña
–menudo papel- con la portavocía del partido a nivel estatal.
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| Inés Arrimadas (Loa) |
Arrimadas es jerezana. Una razón más para tener en las elecciones
andaluzas un considerable protagonismo. Aquí ha permanecido media campaña.
“Bienvenida a Cataluña, y gracias por hacer un agujero en la campaña electoral
andaluza”, le recriminó Quim Torra. Pero a ella, que
siempre tiene a mano una respuesta ocurrente, no se le frunció el ceño: “Usted
se va a Euskadi a abrazarse con Otegi y yo voy a la tierra de mis padres a
defender su derechos”.
En Andalucía son muchos quienes se le acercan para lamentar que no
fuera ella quien liderara la candidatura de Cs en estas elecciones. Su reacción
es la propia de la situación: que Juan Marín es un excelente candidato. Y sí,
lo será, pero puestos ambos en la balanza, al menos en empatía, no hay color. ¿Resulta
disparatado pensar que algún día Inés Arrimadas pudiera ser candidata a la
presidencia de la Junta de Andalucía? Rotundamente, no. Y tampoco que su futuro
político ande por Madrid. Por lo pronto, un dato: su marido, Xavier Cima, acaba de abrir oficina de consultoría en Madrid. Ahí lo
dejo.
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