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Carmen Navarro, asesora de Diputación

Juan Torrijos
Periodista


Carmen Navarro vuelve a las listas del PP en las elecciones del próximo 26-J, pero saben, tanto ella como el presidente de su partido, Gabriel Amat, que si ya es difícil conseguir que Eloísa Cabrera se haga con un escaño en el Congreso -en diciembre pasado se quedó el PP a poco más de mil votos del tercero, y luchando está por conseguirlo- casi imposible es que se consiga el cuarto, donde han ubicado a doña Carmen Navarro.

Carmen Navarro

Lo evidente es que sus compis de partido no la podían dejar a dos velas (pobre mía), y para ello nada mejor que las famosas puertas giratorias abiertas de par en par para la clase política. ¡Viva la clase política! Ya es asesora de la Diputación en el área de Fomento y no sé qué más. Ya tiene asegurado su sueldo un mínimo de tres años. En los tiempos que vivimos tres años a tres mil euros al mes y dos extras no es “moco de pavo”, que decían los vecinos de los años de las hambres por estos pagos. Si usted le añade un par más de años de paro…No los sume, por su “mare”, a los políticos no les interesan las colas del Inem, en el paro no se ganan los tres mil al mes, el paro es para los “desgraciaos” que han perdido el trabajo, ellos, los políticos, a las puertas giratorias, que es donde se sigue con los tres mil del ala al mes y por catorce pagas. 

El político que se agarra al paro es obligado porque el dirigente de su partido ha perdido la confianza en él y le condena al paro y a ser carne quemada de acera. Yo me alegro de que Carmen Navarro, como persona civil y madre, sea asesora de la Diputación Provincial, hay que seguir viviendo y manteniendo a la familia. Lo lamentable es que si Carmen Navarro no fuera una política del PP no sería ni tendría la confianza para ese cargo por parte del señor Amat, don Gabriel.

La conclusión es que ellos, los políticos, sólo se van a preocupar de los de su entorno, de los que forman parte de su escuadra y lo hacen, ustedes lo saben, con el dinero que no es de nadie, según acuñación de una tonta soberana (política tenía que ser), pero que sale de los bolsillos de los ciudadanos: nosotros. Tras el 26-J las puertas giratorias tendrán que ponerse de nuevo en funcionamiento para todos aquellos políticos que se van a quedar fuera de los sillones. Y no crean, hay susto en algunos cuerpos, no las tienen todos consigo. No pierdan la esperanza.