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Sobre el Libro de Estilo de Canal Sur

Luis Cortés
Catedrático de Literatura

Hace unas semanas, una amiga periodista, preocupada por el buen estilo de sus escritos, me planteó la siguiente duda: ¿se debe decir: argumentos clave o argumentos claves, puntos clave o puntos claves? Creo que le respondí acertadamente pero sin estar plenamente convencido. Es más, era tal mi inseguridad con algunos ejemplos que busqué en los diccionarios de dudas (Seco, Martínez de Sousa, Panhispánico) y en algunos libros de estilo sin encontrar referencia alguna. No puedo afirmar que no las haya, pero sí que no las encontré.

Una consulta que con este motivo hice al Dr. Polo, catedrático de Lengua española y autoridad en cuestiones normativas, me sirvió, entre otros asuntos, para conocer la excelencia del Libro de estilo de Canal Sur TV Andalucía. La obra me fue recomendada por dicho profesor por la claridad con que explicaba los distintos temas en general y este, el que había dado pie a nuestra conversación, en particular. Y efectivamente, el tratamiento que se hace del punto mencionado al inicio de este artículo es tan lúcido y coherente que no se necesita ir a consultar otras referencias.

Aunque no sé los derechos que habremos de pagar por la autoría, me gustaría ahora exponer su explicación. Está en las páginas 191 y 192, en el apartado 11.2.7, que se denomina "El plural de las aposiciones", y dice que cuando dos sustantivos se unen y el segundo de ellos especifica el significado del primero (hombres rana u hombres ranas) puede ir este en singular o en plural. La solución viene dada por la respuesta que demos a la siguiente pregunta: ¿son una cosa y la otra a la vez? Si la respuesta es que sí, admitirán el plural ambos términos. Así decretos leyes, porque son decretos y son leyes a la vez; casas cuarteles porque son casas y son cuarteles al mismo tiempo; en cambio si la respuesta es negativa, o sea que no son las dos cosas, el segundo sustantivo no lleva la marca de plural; por ejemplo hombres rana porque son hombres pero no son ranas; cheques gasolina, porque son cheques para comprar gasolina pero no son gasolina; coches bomba, porque son coches que contienen una bomba pero no son bombas. Y termina el apartado diciendo lo siguiente: "si la duda persiste, es preferible no utilizar la marca de plural en el segundo de los términos de la aposición".

El mismo día en que consultaba el citado Libro de estilo de Canal Sur TV, visitaba Almería un conocido consejero andaluz -hoy de actualidad informativa- encargado de nuestra justicia; el motivo de su llegada era la inauguración o presentación de un edificio muy grande y muy caro en el que se albergarían todos los juzgaos, abogaos, magistraos que hasta entonces estaban repartíos por diversos lugares. Meses atrás había sentido yo una cierta indignación cuando percibía la complacencia con que los locutores de un programa deportivo regional de Canal Sur Radio se recreaban -posiblemente, porque los hiciera sentirse más andaluces- en el empleo constante del -ao e -ío.

En vista de que ambos tipos de pronunciación -la del consejero y la de los periodistas deportivos- coincidían en producirse en registros formales de habla, donde no cabe tal relajación, sentí curiosidad por ver si nuestro libro de estilo había desvariado en este sentido. Afortunadamente, no fue así. ¿Quieren ustedes saber lo que dice sobre el uso de las terminaciones en a(d)o, i(d)o, etc.? Pues afirma lo siguiente (Libro de estilo de Canal Sur, pág. 222.): "Aunque es un uso muy pujante en todas las modalidades de español coloquial, andaluz incluido, debemos evitar la supresión del sonido [d] en las palabras acabadas en - ado, ya sean sustantivos: -soldado- *[soldao], o participios: -cortado- *[kortáo]. En la misma página, algo más adelante, señala esto otro: "La supresión de la d intervocálica en las palabras acabadas en -ido, -odo, -udo, -edo se considera vulgar y debe evitarse.

Puede ser que las relaciones entre la radio y la televisión andaluzas no sean cordiales y los unos se dediquen a boicotear a los otros, pues no entiendo que los libros de estilo de un medio aconsejen tan acertadamente una cosa, y los de al lado digan con insistencia y procacidad otra, casi tanta como la del Consejero que vino a Almería a inaugurar la llamada Ciudad de la Justicia.

Es tremendo que alguien no le haya dicho a este Sr., de apellido Pizarro, que podría intentar hablar un poquito mejor; que si así lo hiciera, seguiría siendo tan andaluz como cuando hablaba tan mal, y, por último, ya puesto a decirle, se le podría comentar que lo que él habla es andaluz … pero un andaluz vulgar que no es otra cosa que un español vulgar. Ni más ni menos. Señor, Señor … ¡qué fuerte es el poder!

1 comentario:

  1. Anónimo5/4/11 11:42

    Sr. Cortés, debería usted prodigarse más. Le felicito por la explicación.

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