Luis J. Pasamar
Articulista
Ya que nuestro querido alcalde, hasta ahora, tuvo el detalle de pasear por el Parque Nicolás Salmerón, podía haber aprovechado para visitar el entorno. Quizás hubiera podido comprobar por sí mismo lo que los vecinos padecemos cada día. Se podrían retirar los contenedores de basura durante el día, en lugar de tenerlos afeando las vistas de una zona tan emblemática. Sin olvidar a los vándalos que se dedican a quemarlos con el consiguiente peligro para las viviendas próximas, que en calles como Pedro Jover, una de las preferidas por los canallas incendiarios, están muy, muy próximas.
Podría darse cuenta de que para quien no accede a la zona en vehículo oficial, con chófer, y aparcamiento reservado, es un auténtico milagro poder aparcar, y no se trata de que vengan de otros lugares de la ciudad, o de la provincia a visitar nuestro barrio. Se trata de que si tienes un par de horas para comer al mediodía, más vale que destines una parte de tus ingresos a comer fuera de casa, o te lleves la clásica “tarterica” con tortilla y filetes empanados. Si es al terminar la jornada, tienes más tiempo para ir dando vueltas hasta tener suerte.
Lo de la Plaza de Pavía es sangrante. Supongo que se sentirá muy orgulloso de haber devuelto con intereses una subvención con la que podía haber adecentado el mercado y su entorno. Tampoco ha visto oportuno destinar ni un euro de los “planes de Zapatero” para ese fin. No es que no haya querido gastar dinero del ayuntamiento, es que no ha querido gastar ni del “regalado”. ¿Continuará?
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