La intervención de Rocío Flores, la hija de Rocío
Carrasco y de Antonio David Flores, en el programa ¡De Viernes! parece
haber sido un éxito económico para la interesada (se habla de 120.000 euros por
su doble aparición), pero con un coste demasiado elevado para su credibilidad.
Si hubiera que resumir esta aparición televisiva en unas pocas palabras la
conclusión a extraer es clara: ¡Cuánta razón tenía Rocío Carrasco! Rocío Flores
no solo no invalidó ninguna de las afirmaciones de su madre en la docuserie Rocío,
contar la verdad para seguir viva, sino que, inconscientemente, vino a
ratificarlas una por una.
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Las redes sociales han mostrado su incredulidad ante
la actitud de la joven, al igual que lo han hecho participantes en los
programas del corazón el día posterior a su desafortunada intervención. Hasta
el periódico de mayor difusión de España, El País, se ha hecho eco del
tema echando mano de la pluma de una de sus críticas de televisión más
cualificadas, Jimina Samadú. Aconsejamos leer en su integridad el indicado
artículo. He aquí algunas frases de la autora:
Crítica a Telecinco: “La
pretensión de hacer una televisión blanca y familiar tenía la misma
credibilidad que tenemos cualquiera de nosotros cuando decimos “mañana me
levanto a las seis, voy a correr, y luego al trabajo”.
El padre y la hija: “Tras la
promesa de Telecinco de no volver a llevar por allí a Antonio David Flores, ha
sido su hija (su marioneta mediática) la que se ha sentado en una butaca a
contar lo mucho que han sufrido por culpa de su madre”.
Lo peor que le pudo pasar a
Rocío Carrasco: “Fue enamorarse de Antonio David, personaje siniestro
y pestilente que ha vivido (y muy bien) de hablar mal de la madre de sus hijos
y de su exfamilia política. Antonio David es un vampiro al que Rocío Carrasco
invitó a entrar”-
En los platós, no en casa: “Rocío
respondía con mal disimulado rencor, pero dejando claro que es mejor que su
madre. “Mi padre nunca nos ha hablado mal de la familia de mi madre”. Lo hacía
en los platós, pero no en casa. “Es mi madre quien nos ha prohibido tener
contacto con la familia”, pasando por alto la paliza que la entrevistada le
propinó a su progenitora”.
Es mejor no tenerle como enemigo: “Lo más elocuente que ha dicho, y lo único que me he podido creer, es que el mayor “defecto” de su padre es que “es mejor no tenerle como enemigo”. Poco que añadir a eso. Lo mejor que podría hacer esa familia es dejar de airear su vida en los platós. Quizás les salvaría de sí mismos, pero, entonces, ¿de qué iban a vivir?”.
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