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Golpistas, traidores y fusilamientos


Antonio Felipe Rubio
Periodista

➤Seguramente recordarán aquel debate cara a cara entre Rajoy y Sánchez en el que el aspirante socialista a presidir el Gobierno de España llamó “indecente” al candidato del PP. Fue tal el impacto que produjo este calificativo, que Rajoy fue víctima de una visible reacción fruto de una mezcla entre indignación y perplejidad conducente a espetar a su interlocutor el apelativo de ruindad trastabillándose con el famoso “ruíz”; cuando quería decir, con acierto descriptivo, “ruin”. La táctica de Sánchez en aquel momento era la de descolocar mediante un grueso e inesperado insulto a una persona a la que se le podían criticar y tildar sus actuaciones de mil maneras diferentes; todas las imaginables, pero jamás la de indecencia.

“Partícipe y responsable” o “partícipe irresponsable”: he aquí el dilema

Pero, ¿qué es la indecencia? Mejor aún, veamos qué es la decencia, según la RAE.  Decencia: Aseo, compostura y adorno correspondiente a cada persona o cosa. 2. f. Recato, honestidad, modestia. 3. f. Dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de las personas. Según estas definiciones, encontramos una gran cantidad de “indecentes” en algunos partidos políticos, algunos emergentes, y otros con más de cien años de historia; por cierto, en algunos periodos temporales críticos con bastante exhibición de indignidad y traición. Si hablamos de aseo, compostura, adorno, recato, honestidad, dignidad, calidad… algunos foros, incluidos algunos animados escaños parlamentarios, se convertirían en un referente de parque temático de la indecencia.

Ahora, tras el reparto de carnés que gratuitamente otorga el PSOE a los fachas, antipatriotas, etc., el selectivo reparto arroja un balance de nuevos antipatriotas entre los que se encuentra el presidente del PPPablo Casado, recientemente agraciado con el marchamo antipatriótico por criticar los Presupuestos Generales del Estado; esa “cosa” en la que “se pueden poner mil millones de aquí y sacar otros mil millones de allí”. ¡Tú ya me entiendes chiki, churri, chati, cari, pisha, gordi…!  Es lo que tiene la versión andaluza de hacer los Presupuestos con gracia y tronío. Supongo que los periodistas no se sienten afectad@s cuando desde la izquierda se les responde con esta displicencia sureña: “Mira tonti: te lo voy a explicar p´a  que m´entiendas”… y tod@s content@s. 

Ahora, el presidente Sánchez se ha sentido ofendido porque Casado le ha acusado de ser “partícipe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando ahora mismo en España”. He de hacer referencia y salvedad sobre una duda léxica. No sé si dice Casado “partícipe y responsable” o “partícipe irresponsable”. Creo mejor la segunda opción dada la errática y peligrosa senda por la que discurre Sánchez con las peores compañías a las que un presunto demócrata constitucionalista puede entregarse a cambio de interesados apoyos en clara bastardía y vileza para los intereses generales de España. No es necesario insistir en el denodado esfuerzo para la destrucción del país por parte de comunistas populistas, nacionalistas secesionistas y excrecencias filo etarras, todas y cada una de ellas, colaboradoras necesarias para el sostenimiento de esta insoportable anomalía que pretende, a toda costa, la emulación de sistemas bastante indeseables.

Es evidente que si te ayudas de enemigos de la CoronaConstitución y Estado de Derecho lo menos que te puedes granjear es el calificativo de colaborador necesario. Pedro Sánchez, como en otras históricas ocasiones ha hecho el PSOE, se aliará y cederá a las más perniciosas demandas para permanecer en el poder. 

La hipocresía sectaria pondrá por delante la moralidad y los derechos humanos ante crímenes execrables, pero como ahora hay elecciones, son los intereses socioeconómicos los prioritarios. Así, las corbetas las compramos y nos las quedamos nosotros. Total, ya no están el “Fortuna” y el “Azor”, pues reconvertidos a yates oficiales: uno para Sánchez, incluyendo las gafas polarizadas; otro para Iglesias a juego con su casoplón; otro para Torra con barretina en el carajo y otra corbeta customizada para Otegi con cañones por banda del 9 Parabellum.   

“Si el señor Casado pudiera, nos fusilaría”. Es la penúltima -siempre hay que esperar nuevas y brillantes evacuaciones intelectuales- deyección parlamentaria del señor Tardá, diputado de la ERC que rescata la añoranza guerracivilista y recurre al paradigma del estruendo del pelotón. Ahora, y hablando de “fusilamientos”, imaginen un supuesto “Tribunal Antifascista de la Revolución Republicana” atendido por Tardá y Rufián, ambos con gorra cuartelera, estrella roja, guerrera con abundante “quincalla” soviética y juzgando diversos casos de desafecto a la causa… Ahora sí imagino eso de “si pudiera, nos fusilaría”. Cada uno es preso de sus oníricos deseos, y los demás, de las pesadillas que algunos infunden.

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