Luis J. Pasamar
Articulista
Creo que ya hemos oído suficientes críticas sobre las distintas actuaciones que el equipo que dirige Luis Rogelio Rodríguez en nuestro Ayuntamiento ha realizado en los barrios de Almería por las diferencias en sus prioridades. Así que voy a referirme a otra cuestión que me resulta aún más reveladora. En la ciudad de Almería disponemos de una estupenda desaladora de agua de mar, que produce agua de una calidad comparable o mejor que la de muchas otras que nos venden embotelladas y más caras. Sabemos que esta instalación produce mucha menos agua de su capacidad, y también sabemos que una gran parte de ciudadanos de Almería no gozamos del privilegio de disponer de esta agua en nuestras casas. También sabemos a ciencia cierta es que en su día se acordó una subida en el recibo del agua debido al mayor costo del agua producida por la desaladora que pagamos todos los ciudadanos, dispongamos de ella o no. Esto es así por la dificultad y coste de unir los depósitos que surten a la ciudad que están en la zona de Torrecárdenas, que sí reciben agua desalada, y los que están en la zona de la Alcazaba, que no reciben agua desalada.
A pesar de la ingente cantidad de dinero que nuestro Ayuntamiento ha invertido en obras en nuestra ciudad, a pesar de las cantidades recibidas para ello de los planes para paliar el desempleo tanto del gobierno central como de la Junta de Andalucía y de la Diputación, el caso es que no se ha hecho la tubería que una ambos depósitos para que todos gocemos del agua de calidad que estamos pagando. Es comprensible pensar que una obra de tal dificultad y coste supere las expectativas del equipo de don Luis Rogelio, pero no es tan comprensible que no se haya aceptado la ayuda que la Junta de Andalucía ha ofrecido para acometer dicha actuación. Puede que el asunto radique en las ganancias que se obtienen de cobrar a parte de la ciudad un producto más barato a un coste mayor, pero eso no es comprensible, es injustificable y muy poco equitativo.
A pesar de la ingente cantidad de dinero que nuestro Ayuntamiento ha invertido en obras en nuestra ciudad, a pesar de las cantidades recibidas para ello de los planes para paliar el desempleo tanto del gobierno central como de la Junta de Andalucía y de la Diputación, el caso es que no se ha hecho la tubería que una ambos depósitos para que todos gocemos del agua de calidad que estamos pagando. Es comprensible pensar que una obra de tal dificultad y coste supere las expectativas del equipo de don Luis Rogelio, pero no es tan comprensible que no se haya aceptado la ayuda que la Junta de Andalucía ha ofrecido para acometer dicha actuación. Puede que el asunto radique en las ganancias que se obtienen de cobrar a parte de la ciudad un producto más barato a un coste mayor, pero eso no es comprensible, es injustificable y muy poco equitativo.
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