Francisco Amizian
Concejal de Almería por el PP
Ha sido realmente curioso el desarrollo del pleno sobre el Estado de la Ciudad. Y ha sido curioso porque, al menos a mí me ha parecido, se han enfrentado dos mundos: el mundo de lo real y el de la imaginación; el mundo real, representado por mi compañero Pablo Venzal, que ha utilizado el pleno para hacer un retrato de cómo está la ciudad y qué cosas se han hecho en ella en los últimos años; y el de lo imaginario, representado por ese candidato ‘a palos’ que es el señor Usero, al que le han obligado a presentarse a alcalde y le han escrito un guión que ni él mismo cree.
El señor Usero se empeñaba el otro día en decirnos que las obras todos ustedes han sufrido en sus calles y barrios y que hoy se han convertido en mejoras para la ciudad no han existido; que los campos de hierba artificial y natural y los pabellones y pistas polideportivas nuevos que se han construido son producto de la imaginación de usted y mía; que los miles de ciudadanos de todas las edades practicando deporte todos los días en la ciudad nos los hemos inventado; que los conciertos y actividades culturales que usted ha vivido son como un extraño sueño, que cuando usted entra en la ciudad por el cementerio, no lo está haciendo por una carretera nueva y por un bulevard que pronto estará terminado, sino por la antigua carreterilla del siglo pasado y que cuando lo hace por Retamar, también lo hace por la carretera antigua; que las remodelaciones de barrios completos, con calles, saneamientos, electrificación e iluminación, etc. son mentira o ficción y no una realidad que ustedes disfrutan en Retamar, Los Molinos, Cabo de Gata, La Cañada o Cortijo Grande deben ser producto de una intoxicación colectiva de todos los almerienses; que no es verdad que las zonas verdes de la ciudad se hayan multiplicado por muchos enteros, así como las fuentes, las plazas y las zonas abiertas para el uso público social; y que no es cierto lo que dicen las cifras oficiales, que hemos multiplicado a más del doble las plantillas de Policía Local y Bomberos, es decir, que no debe usted dirigirse a un policía por la calle, no sea que se trate de un trasgo.
Y en mitad de todo ello, con el salón de plenos lleno de personas, con las diferentes televisiones grabando y emitiendo, el señor Usero nos ha negado la realidad que vivimos, que respiramos, que tocamos y que pisamos cada día en Almería. Nos ha dicho que no, señores, con la anuencia y la complacencia de sus compañeros de bancada.
Créanme si les digo que incluso yo mismo, sentado y atónito sobre mi lugar habitual en el salón de plenos, llegué a dudar de si he vivido estos últimos siete años sumido en un profundo y agradable sueño.
Menos mal que, nada más terminar el pleno, después de horas de escuchar mensajes alucinantes provinentes de los bancos de la oposición, me di una vuelta por la ciudad, y vi parques, vi rotondas ajardinadas, fuentes, basureros limpiando calles en diferentes barrios, vi parkings (no agujeros de cuatro años de duración) y gente trabajando en nuestras calles, asfaltando y pavimentando, es decir, vi vida, como usted la ve todos los días.
Usted podrá pensar, en cada una de las iniciativas de este equipo de gobierno, que podrán estar mejor o peor. Pero estoy seguro de que usted, que no está ciego, lo que no dirá nunca es que no existe esa realidad. El mundo de lo imaginario y los ‘observatorios varios’ quedan para el señor Usero y sus compañeros. Yo me quedo con el mundo real.
El señor Usero se empeñaba el otro día en decirnos que las obras todos ustedes han sufrido en sus calles y barrios y que hoy se han convertido en mejoras para la ciudad no han existido; que los campos de hierba artificial y natural y los pabellones y pistas polideportivas nuevos que se han construido son producto de la imaginación de usted y mía; que los miles de ciudadanos de todas las edades practicando deporte todos los días en la ciudad nos los hemos inventado; que los conciertos y actividades culturales que usted ha vivido son como un extraño sueño, que cuando usted entra en la ciudad por el cementerio, no lo está haciendo por una carretera nueva y por un bulevard que pronto estará terminado, sino por la antigua carreterilla del siglo pasado y que cuando lo hace por Retamar, también lo hace por la carretera antigua; que las remodelaciones de barrios completos, con calles, saneamientos, electrificación e iluminación, etc. son mentira o ficción y no una realidad que ustedes disfrutan en Retamar, Los Molinos, Cabo de Gata, La Cañada o Cortijo Grande deben ser producto de una intoxicación colectiva de todos los almerienses; que no es verdad que las zonas verdes de la ciudad se hayan multiplicado por muchos enteros, así como las fuentes, las plazas y las zonas abiertas para el uso público social; y que no es cierto lo que dicen las cifras oficiales, que hemos multiplicado a más del doble las plantillas de Policía Local y Bomberos, es decir, que no debe usted dirigirse a un policía por la calle, no sea que se trate de un trasgo.
Y en mitad de todo ello, con el salón de plenos lleno de personas, con las diferentes televisiones grabando y emitiendo, el señor Usero nos ha negado la realidad que vivimos, que respiramos, que tocamos y que pisamos cada día en Almería. Nos ha dicho que no, señores, con la anuencia y la complacencia de sus compañeros de bancada.
Créanme si les digo que incluso yo mismo, sentado y atónito sobre mi lugar habitual en el salón de plenos, llegué a dudar de si he vivido estos últimos siete años sumido en un profundo y agradable sueño.
Menos mal que, nada más terminar el pleno, después de horas de escuchar mensajes alucinantes provinentes de los bancos de la oposición, me di una vuelta por la ciudad, y vi parques, vi rotondas ajardinadas, fuentes, basureros limpiando calles en diferentes barrios, vi parkings (no agujeros de cuatro años de duración) y gente trabajando en nuestras calles, asfaltando y pavimentando, es decir, vi vida, como usted la ve todos los días.
Usted podrá pensar, en cada una de las iniciativas de este equipo de gobierno, que podrán estar mejor o peor. Pero estoy seguro de que usted, que no está ciego, lo que no dirá nunca es que no existe esa realidad. El mundo de lo imaginario y los ‘observatorios varios’ quedan para el señor Usero y sus compañeros. Yo me quedo con el mundo real.
(Publicado en noticiasdealmeria.com)
Tanto como se suele poner usted, no.
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