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Ciudad del Cine sí o no o todo lo contrario

Emilio Ruiz

En cierta ocasión de la década de los ochenta del siglo pasado asistí a un mitin de Felipe González en el teatro Cervantes de Almería. No recuerdo qué elecciones se celebraban, pero sí que el alcalde era Santiago Martínez Cabrejas. Como suele ser habitual en los prolegómenos a este tipo de actos, antes de subir al escenario Felipe se interesó por algunos de los asuntos que preocupaban a los almerienses para mencionarlos en su intervención. No descubro ningún secreto si digo que en el manual básico del buen mitinero figura como punto número uno algún gesto de identificación del orador con el lugar que le acoge y los receptores de su mensaje. A veces pasa como le pasó en mi pueblo, Los Gallardos, a otro mitinero, Juan Antonio Gómez Angulo, que aspiraba a revalidar su cargo como diputado por UCD. “Buenas noches, gracias por venir, yo, aquí, en Lubrín, siempre he tenido grandes amigos”: así fue como empezó su intervención. Con tantos mítines el hombre ya no sabía ni en qué pueblo estaba. El preámbulo del manual al que he hecho mención lo dice bien claro: “En primer lugar debes saber en qué lugar estás”.
“Compañero Felipe –le dijo Santi-, si tú esta noche anuncias que si ganamos las elecciones te comprometes a hacer las obras de la Rambla, la mayoría absoluta está asegurada. El bueno de Santi recibió calabazas"
Volvamos a Felipe. En aquel momento se le ofrecieron un amplio abanico de temas: la autovía del mediterráneo, las comunicaciones ferroviarias, el plan hidrológico… Fue entonces cuando Santiago Martínez Cabrejas alzó la mano y enfatizó: “Compañero Felipe –Santi era muy formalista en momentos como éstos-, si tú esta noche anuncias aquí que si ganamos las elecciones te comprometes a hacer las obras de la Rambla, la mayoría absoluta está asegurada”. El bueno de Santi recibió calabazas. Ahí pensé yo: “Oye, pues este Felipe parece legal, pues ofrecer por ofrecer tampoco es tan grave en política”. La constancia de Santi con la Rambla recibiría su recompensa varios años después, como todo el mundo recuerda.
"Para quienes no tengan un diccionario a mano les digo que el de la RAE define el verbo incentivar como “estimular a alguien o a algo mediante un incentivo”. O sea, leche y pan para sopas" 
Vayamos ahora a otro momento preelectoral. Indeterminado. O sea, que no recuerdo cuándo fue ni dónde. Se buscó mi colaboración para redactar un programa electoral para unas elecciones municipales. Me reúno con los concejales y les digo que vayan diciéndome las cosas que pretenden hacer. “Pues asfaltar los caminos”, decía uno. “Pues llevar el agua potable a la barriada tal”, decía otro. En fin, lo propio. “Pon ahí –me dijo con convicción quien aspiraba a alcalde- que vamos a hacer un polígono industrial”. Se armó la marimorena. “¿Un polígono industrial, dónde, si no tenemos en el pueblo ni un llano; con qué dinero, dónde están las empresas… qué quieres, que nos apaleen en el pueblo?”. Yo anotaba. “Otra cosa”, dije. “¿Cómo otra cosa, y lo del polígono ése cómo ha quedado”. “Os lo leo: Incentivaremos iniciativas encaminadas a la promoción de un polígono industrial en nuestro término municipal”. Se miraron unos a otros, no sé si confundidos. “¿Eso quiere decir que nos comprometemos a hacer un polígono sí o no”, me preguntó quien quería ser alcalde. “Eso quiere decir que si puedes hacerlo lo haces y si no puedes hacerlo no lo haces, pero nadie te podrá reprochar incumplimiento de programa, a ver si aprendemos a leer”, le contesté. Obviamente, ni hay polígono en el pueblo ni nunca va a haber polígono. Porque no puede ser y además es imposible. Para quienes no tengan un diccionario a mano les digo que el de la RAE define el verbo incentivar como “estimular a alguien o a algo mediante un incentivo”. O sea, leche y pan para sopas.
"¿Qué significa exactamente 'respaldar un estudio de viabilidad'?”
A raíz del debate del Estado de la Comunidad celebrado en el Parlamento de Andalucía la semana pasada, unas palabras de Susana Díaz me trajeron al recuerdo todas estas promesas e inconcreciones electorales que he contado. Así se manifestó la presidenta: “Respaldaremos un estudio de viabilidad para la creación de la Ciudad del Cine de Almería”. Cada medio de comunicación ha hecho una interpretación libre de esta manifestación/compromiso de la presidenta. Solo tomo dos a modo de ejemplo. “La Ciudad del Cine echa a rodar en Almería”, ha titulado “Abc”. “¿Ciudad del Cine en Almería? Susana Díaz anuncia un estudio de viabilidad”, se ha preguntado/afirmado “La Voz de Almería”. Yo, por mi parte, voy a hacer una reunión con los concejales del pueblo del polígono industrial a ver si ellos me aclaran qué significa exactamente “respaldar un estudio de viabilidad”. ¿Serán unos respaldos similares a los incentivos que yo redactaba? No creo. Susana es mucho más seria que yo… aunque no tanto como Felipe.

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