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Marruecos se queja

Armando García
Director de AG Comunicación


Anda revuelta la relación diplomática entre la UE y Marruecos desde que el pasado mes de diciembre el Tribunal de Justicia de la UE anuló el acuerdo de asociación bilateral en los capítulos agrícola y pesquero por incluir los territorios del Sáhara occidental cuya soberanía no está reconocida internacionalmente. Aunque en principio todo iba a quedar en un susto y el Consejo Europeo recurrió la sentencia en un claro gesto de tranquilizar a uno de sus vecinos mediterráneos más importantes, los acuerdos comerciales siguen suspendidos y Marruecos ha decidido dar un tirón de orejas a la comunidad europea. Por eso, el jueves se confirmó oficialmente desde Rabat la ruptura de las relaciones bilaterales, que ahora están reducidas a las conversaciones de urgencia para volver cuanto antes a la normalidad, es decir, a la reactivación de los acuerdos comerciales por los que Marruecos recibe importantes compensaciones económicas.

Marruecos acusa a
Europa de desleal
Lo más importante para Almería es si todo esto puede afectar a que se paralicen también las relaciones comerciales entre Marruecos y la UE. ¿O es una pataleta diplomática cuyos efectos no se dejarán sentir en las exportaciones agrícolas de Marruecos con destino a Europa ni en las importaciones europeas a Marruecos? Tampoco está claro que la ruptura de relaciones implique que Bruselas cierre el grifo de las ayudas europeas a Marruecos, que es el principal perceptor de subvenciones de la política europea de buena vecindad con un montante anual de 200 millones de euros.

Marruecos acusa a Europa de ser desleal y asegura que los acuerdos comerciales son conformes al derecho internacional. El criterio marroquí es compartido por la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, la italiana Federica Mogherini, quien respondió hace unos días a una pregunta de un eurodiputado de Podemos que “no hay ninguna norma de derecho internacional que impida a la UE firmar tratados con Marruecos que incluyan al Sáhara occidental”.

Para Marruecos, la cuestión del Sáhara no es un juego ni un asunto comercial, sino una importante cuestión geoestratégica. En esa región poco habitada hay importantes reservas de fosfatos y bolsas de petróleo que Rabat no quiere ceder a nadie. Parece que los acuerdos comerciales, teniendo en cuenta lo que hay en juego, importan poco y que realmente lo que se persigue es la consolidación de la soberanía de Rabat sobre el Sáhara occidental. Por eso, la cuestión puramente comercial se banaliza y la prensa alauita asegura en estos días que el acuerdo agrícola con Europa es hasta perjudicial para Marruecos a consecuencia, por ejemplo, de la entrada masiva de trigo blando procedente de Francia. De hecho, la balanza del comercio agrícola bilateral registró para Marruecos un déficit de 67 millones de euros en 2014.