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¿Para qué sirve la lección de democracia en las agrupaciones del PSOE?

Juan Torrijos
Periodista

En el PP no te engañan con tontas votaciones. Los candidatos los pone la dirección y a los ajos y al vaso de agua. En el PSOE primero votan las agrupaciones locales, en la ejecutiva provincial otra votación con la lista que quiere el jefe y en la dirección nacional cortes de cabezas, de mangas y a los ajos y al vaso de agua. Si quieres lo tomas y si no…
 
Antonio Martínez ha sido el más votado por los afiliados para el Senado, pero ha sido vetado por la dirección federal del PSOE (Foto. Loa)
 
No soy militante del PSOE. Si lo fuera, si hubiera ido a votar a los compañeros de mi agrupación, viendo lo que ha hecho después el gran jefe de Madrid, sentiría que me han tratado como a un borrego. No sé cómo se sienten los militantes almerienses del PSOE. Con alguno que he hablado se ha sentido toreado, humillado, banderilleado y muerto a estoque.
 
Cuando en un partido impera la democracia de boquilla ¿qué futuro le puede esperar al militante de a pie? Nos quejamos del dedazo del PP, pero no hay gran diferencia con el de Sánchez en el PSOE. Diría más, en el PP ya sabes a lo que te expones cuando juegas con ellos. Con el PSOE te hablan de democracia, se les llena la boca de democracia y, al final, contra la tapia del cementerio el domingo a la caída de la tarde.

Y se sabía. Y lo dijimos por este rincón. Si el ministro paraca se decide por Almería, Fernando Martínez irá como número uno al Senado. Y así lo ha decidido Ferraz en el último momento. Y dijimos más, Consuelo Rumín o quiere jugar a ir en la lista y quedó claro en una comida en Madrid. Si gana el PSOE, le gustaría volver a lo que está haciendo ahora, trabajar con la inmigración. Si Consuelo hubiera querido jugar sus cartas, no tengan duda, Sonia Ferrer no iría en el puesto 2 al Congreso, detrás del ministro.
 
Es consciente la señora Ferrer de que no es el susanismo almeriense o andaluz quien salva su carrera política, sino el deseo de Consuelo de no apostar por las listas y no tener el sanchismo almeriense una candidata clara para ese puesto. Entre eso y la cremallera, Sonia salva la cabeza. Fue uno de los candidatos que más votos obtuvo en la provincia, el ex de Benahadux, Juan Jiménez, y ahí lo tienen, desaparecido. ¿De qué le ha servido saber que cuenta con el apoyo de la militancia, si al final el dedo de un jefe lo hace desparecer de la lista? Un jefe que dijo que lo más importante es lo que dice la militancia. Con jefes así, ¿tiene futuro la democracia en los partidos?

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