La velada de ayer
bajo el lema «El sentido de la lidia» y anunciada como «disertación» resultó
ser una actuación animada, en ocasiones un poco teatral, de un ex torero ante
30 oyentes, en su mayoría personas mayores. Al menos esta vez no había menores
presentes. Víctor Méndez habló con orgullo y dedicación sobre su larga y
«exitosa» carrera. Comenzó su «disertación» con la definición de lidia como
«luchar con un ser vivo noble, para que el torero pueda demostrar su valía
frente a este animal», intentó presentar continuamente la tauromaquia como un
arte y, tras casi 90 minutos, terminó de forma casi filosófica («cada toro es
un mundo»). Era difícil creer que hubiera tanto que decir sobre cómo maltratar
animales de forma artística.
Y era difícil creer que una persona tan simpática hubiera torturado brutalmente hasta la muerte a 1300 toros.
Cuando ven amenazada su visión de la vida o su importancia personal por los cambios sociales, los políticos astutos intentan actuar con previsión y acercarse a sus críticos. En Vera, se les ofrece continuamente la posibilidad de hacerlo desde hace más de dos años, la última vez hace unas tres semanas. El alcalde Alfonso García y el concejal de Cultura Antonio Soler recibieron en una carta conjunta de Antitaurinas Vera, Verdesequo Vera y Podemos Vera la propuesta, una vez más, de enfrentarse al público de Vera en un acto público junto con los críticos de la tauromaquia.
Si ambos señores y su Gobierno Local están seguros de tener los mejores argumentos a su favor en lo que respecta a la tauromaquia y de contar con el apoyo de los «buenos veratenses» responderán positivamente a la carta y tal vez propongan una fecha para el debate. ¿Qué tal el 20 de noviembre, Día Mundial del Niño de la ONU, para recordar el respeto de los derechos de los niños? Si es demasiado pronto, ¿qué tal el 17 de enero de 2026, «Día Mundial de Bendecir a los Animales», dedicado a honrar la vida animal y fomentar la compasión y el respeto hacia los animales?
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