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Flamencos de Fuente de Piedra (Málaga) se alimentan cada día en Vera y Cuevas

Antonio Torres
Periodista 

Fotografiar a las aves es un espectáculo único cuando se detienen, procedentes del Norte de Europa, en la desembocadura del río Almanzora, hacia África, o el acontecimiento diario que ocurre en Vera. Ese espectáculo se da cada día en el Solar de los Canos (Vera). Hay mucha actividad con las aves que vienen del norte de Europa y se detienen aquí varios días en su camino hacia África. El fotógrafo de Mojácar, el naturista, Emilio Aramburo, lo viene observando en los últimos años. El pasado viernes tuvo una experiencia singular en la zona de Villaricos con la figura de un águila pescadora, conocida como halieto o gavilán pescador, dando vuelta en busca de lanzarse en picado en busca de un pez. “He captado el momento. También cuando se ha ido a la orilla contraría a la mía para comerse al pez y al mismo tiempo pendiente sobre una docena de garcelas, aves zancudas que abundan en la desembocadura del río Almanzora. Eran las ocho de la mañana”. Otra gozada que vive Aramburo, espectáculo único, es observar y fotografiar los flamencos de Fuente de Piedra (Málaga) que vienen cada mañana en busca de alimentos para sus crías. Regresan a Málaga por la noche y otra vez por la mañana en Almería. “No anidan aquí porque no tienen un espacio de seguridad amplia para que los jabalíes no se coman sus nidos. Es espectacular como regresan los flamencos adultos antes del amanecer a recoger alimentos para sus crías y vuelven por la noche tras alimentar a sus polluelos”.

Una garza real sobrevuela la desembocadura del río Almanzora / Emilio Aramburu


Emilio Aramburu, en la desembocadura del río Almanzora / David Beatson

El rio Almanzora ha vuelto a ser noticia con las fuertes lluvias y la salida de ramblas que han revitalizado de agua al río más largo de toda la provincia de Almería, por la que discurre íntegramente durante sus 120 km de recorrido, hasta desembocar en el Mediterráneo a la altura de Villaricos, barriada de Cuevas del Almanzora, donde un fotógrafo naturista viene trabajando de forma metodológica, muchas horas de observación, para ofrecernos “fotazas” de esperanza y belleza. Pese a las tormentas otoñales, la sequía afecta en la actualidad y en el futuro. Forma parte de la historia de Almería y de casi todo el desierto del sureste.

El periodista, Emilio Aramburo Escolano (Madrid, 1955), lleva prácticamente toda su vida aquí. Reside en Mojácar desde 1984. Se ha ganado un prestigio a fuerza de trabajo en la fotografía documental, de Naturaleza, etnografía, paisajística y creativa. Amaneceres, días enteros y pasión ofrece trabajos para conservar. Tiene sensibilidad y capacidad para conectar con y cuidad la naturaleza. De su amplio muestrario, nos quedamos con una fotografía en la que una garza real sobrevuela la desembocadura del río Almanzora al amanecer; un espacio que sirve como refugio y fuente de alimentación para una gran variedad de aves en este humedal de la costa del levante almeriense. Mucha pericia para trabajar con especies y aves en peligro de extinción. De nosotros depende que sigamos captando la belleza de los flamencos y su paso migratorio en la Costa de Almería, especialmente en las Salinas de Cabo de Gata.

Aramburo acude cada amanecer a captar la belleza de la vida en la desembocadura del Almanzora. La pasión de este comunicador es la fotografía. Ha apartado un poco lo de explorador de montañas. Desde hace cuatro años se dedica a retratar las oportunidades que le ofrece la naturaleza con las aves. “Cada día, aprendo algo nuevo. Cómo vuelan o se reproducen. Es algo increible”. A Aramburo le gusta compartir su trabajo documental. Con su equipo Vera International Photo Club prepara una exposición en el Centro de Arte de Mojácar que se prolongará un mes de desde el 15 de noviembre. Es miembro del Colectivo FotoArt con los que ha participado en varias exposiciones. Miembro invitado del escocés Bon Accord Camera Club y del Internacional Two Photographers. 

Para que hay vida y naturaleza es necesaria la restauración ambiental, así lo explica el alcalde de Cuevas del Almanzora Antonio Fernández Liria. “La intervención en la desembocadura del río Almanzora está enmarcada en el Plan de sostenibilidad en turística en destino que persigue restaurar paisajísticamente una zona degradada de la desembocadura y la recuperación de la zona húmeda y hábitats para la fauna y la flora, mediante trabajos de renaturalización y la definición de zonas de protección para que tanto la flora como la fauna se puedan recuperar y desarrollar adecuadamente”.

En la provincia hay reconocidos grandes humedales, ecosistemas que deben ser cuidados. La vida, la naturaleza, se abre paso.  Es inexplicable con tanta presión del hombre, la falta de cuidados y la presión de suciedad, plásticos y latas.  Buena parte de nuestro patrimonio se encuentra en las albuferas de Adra, entre Puente del Río y la playa de Balanegra. Por supuesto en las viejas salinas de Cerrillos y la Ribera de la Algaida en Roquetas de Mar.  Es elogiable la recuperación y cuidado del Salar de los Canos, humedal costero de carácter salino, situado en Vera entre las desembocaduras de los ríos Antas y Almanzora.  Piden a la Junta de Andalucía que no accedan a la presión urbanística. Se encuentra en el tramo final de la rambla del Algarrobo. Estuvo conectado al mar, pero el desarrollo urbanístico lo ha aislado definitivamente, según la Asociación Salvemos el Solar de los Canos y el Territorio. Asociación que busca dar a conocer este humedal en su entorno más cercano para que se valore y respete como se merece. Trabajan en la creación de redes provinciales para la resiliencia y creando sinergias de apoyo en la provincia y forma parte de la red de protección del agua y los humedales de Almería. 

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