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Almería, ¿ciudad turística?

Jesús Muñoz 
Escritor 

Almería, al contrario de la creencia popular, es una ciudad que tiene una oferta importante de carácter monumental y cultural pero a pesar de ello flojea continuamente como destino turístico. No quiero caer en el tópico de criticar exclusivamente a la administración central y andaluza por el perenne olvido y falta de interés en el que nos tienen sumidos. Me gustaría analizar los fallos de la ciudad de Almería como destino (que bien podría aplicarse al resto de municipios) y de los propios empresarios y administraciones locales.

Hace unos meses nos echábamos las manos a la cabeza cuando el consejero de Turismo afirmaba que nuestra provincia no es un destino turístico maduro, y en parte creo que tiene razón. Sólo hace falta visitar cualquier destino turístico de primer orden para conocer nuestras carencias. Almería necesita urgentemente un plan turístico que marque a medio y largo plazo cual es la oferta que desea ofrecer a un visitante. A día de hoy únicamente se realizan actividades puntuales e individuales que sufren una gran descoordinación entre administraciones y corren mejor o peor suerte. Podemos mirarnos el ombligo y pensar que en Almería todo es genial. Que las tapas de Almería son magníficas (aunque las que tiene fama sean las de Granada) o que Cabo de Gata es un paraíso (aunque sea una odisea coger un transporte público para llegar hasta allí), pero la visión para un visitante es todo algo diferente.

Cabo de Gata
Por poner solo un ejemplo de medida sin demasiada fortuna se podría analizar la Almería Card, esta tarjeta parece más una tarjeta de fidelización comercial que una auténtica tarjeta turística. Este tipo de promociones suelen tener dos usos principales: ahorrar al turista la entrada a monumentos (que en Almería suelen ser gratuitos y el único de pago, la Catedral, no está incluido) e incluir transporte público gratuito (que tampoco lo tiene) por lo que en nuestra ciudad carece un poco de sentido por muchas promociones de rebajas que se le agreguen.

Nuestra realidad es que a pesar del crecimiento de viajeros en toda Andalucía, Almería es la única provincia que pierde visitantes según los datos estadísticos de los que disponemos. Debemos ver exactamente que se encuentra un turista cuando pisa por primera vez la ciudad de Almería, analizarlo y hacer examen de conciencia porque los problemas existentes no son sólo políticos.

Un turista urbano está buscando principalmente monumentos, cultura y ocio. Monumentalmente Almería posee una gran riqueza la cual está altamente desaprovechada por diversas causas. Las estrellas son sin lugar a dudas la Alcazaba y la Catedral. Mientras la Alcazaba tiene una oferta aceptable podría mejorarse si de una vez por todas la Junta decidiese apostar por ella como uno de los principales monumentos de la comunidad e invirtiera el dinero que recibiría si se encontrase en otra capital. A pesar de que no estamos en buenos momentos para hablar de inversiones es cierto que podemos incidir en aspectos como el horario. En julio y agosto cerrar a las 20:30 no parece lógico. Debido al calor es raro que nadie se acerque por la tarde antes de las 18:30 o 19:00. Sin mencionar que es completamente absurdo cerrar los domingos por la tarde y los lunes en época estival.

La situación de la Catedral es mucho más preocupante. Los horarios para visitas turísticas son poco más que ridículos, dos o tres horas por la mañana y lo que es peor una hora por la tarde, de 16:30 a 17:30. Mientras que los fines de semana sólo abre los sábados por la mañana. Este horario es inaceptable para el segundo monumento de la ciudad y las autoridades deberían negociar una ampliación de la apertura urgentemente. Y no hablemos de una entrada de 5€ para unas prestaciones turísticas “modestas”. El resto de patrimonio está en una peor situación, siendo prácticamente imposible visitar ninguna de nuestras iglesias o de edificaciones civiles (que albergan la mayor parte del patrimonio histórico artístico).

Estación de Ferrocarril
La antigua Estación de Ferrocarril, una de las más bellas de España, completamente cerrada y carente de uso mientras que nuestras casas palaciegas son usadas en su mayoría como sedes administrativas por lo que es casi imposible disfrutar de sus interiores, la magnífica delegación de la Junta en el Paseo, el palacio de los marqueses de Cabra o de los vizcondes de Almansa, la delegación de Hacienda, el patio de los naranjos del Gobierno Militar, etc., son tesoros que están vetados para el público general y es una pena que no se esté sacando ningún rendimiento a este potencial turístico. Quizás en otras ciudades anden sobrados de palacios como para darles uso administrativo pero en Almería es un completo desaprovechamiento. Hay que tener en cuenta que los delegados de la Junta pueden dar sus comunicados en cualquier otro sitio que no sea el salón árabe del antiguo Casino.

Me gustaría enlazar este tema con el de los museos de Almería. Puesto que creo que se les podría dar este uso en algunos casos para dotarlos de contenido y de paso cumplirían alguna promesa electoral olvidada por todos los partidos. A parte de eso es importante hablar de la dificultad de acceso de los museos o espacios expositivos de Almería. En una ciudad con un centro histórico tan concentrado no es lógica la gran dispersión que sufren. La casa del cine en los Molinos. El museo arqueológico en carretera de Ronda. El CAMA en frente de la Intermodal. El Museo de la ciudad en la calle de detrás de la catedral, y cerrado y sin contenido. El CAF en pleno centro histórico. ¿Realmente un turista que se acerca desde su alojamiento de playa a conocer la ciudad durante un día tiene fácil acerarse a verlos? ¿No sería mucho más eficiente y cómodo concentrarlos en la ruta o itinerario turístico habitual? La realidad es que difícilmente se acercará a visitarlos salvo que esté muy interesado en alguno en concreto o tengan mucho tiempo para usarlo en desplazamientos. Teniendo que ser consecuentes que el contenido, aun teniendo una calidad media, no tiene un peso tan importante como para animarlos a realizar el esfuerzo extra que suponen estos desplazamientos. Sin contar que los transportes públicos no son especialmente eficientes para estos destinos al no estar pensados para el uso turístico. ¿No se podría plantear un linea de autobús turístico que recorriera continuamente los principales puntos turísticos y que se pudiera usar con un único billete turístico permitiendo bajar y subir las veces que uno quisiera? No es complicado, solamente es necesario tener algo de planificación de la oferta almeriense y estar por la labor de gestionarla bien.

Desgraciadamente los turistas, cuando llegan a Almería se encuentran con monumentos difíciles de encontrar (la señalización turística en Almería es pésima), dispersos y en la mayor parte de las veces cerrado (o simplemente con la visita prohibida) y sin un itinerario claro que seguir para visitar el patrimonio recomendado en sus guías. Esto causa al visitante que se siente defraudado ante unas expectativas creadas. Vivo en el centro y veo diariamente turistas desorientados al no saber llegar a la Alcazaba o sencillamente en la puerta de una iglesia o un palacete cerrado a cal y canto. Podemos llenar guías y trípticos de las maravillas de la ciudad, hablando de barrios típicos (todos los veranos desgraciadamente la policía tiene que ir a por algún turista a la Chanca), de los retablos barrocos de nuestras iglesias o de la decoración historicista del teatro Cervantes pero la realidad es que nuestros visitantes serán incapaces de verlos fuera de las fotos de dichas guías. Es muy necesario llegar a acuerdos con la Iglesia y con entidades públicas y privada para permitir las visitas de nuestras edificaciones más señeras. Aquí quizás tendría más sentido la Almería Card, la dotaríamos de contenido turístico al pagar una tarifa simbólica que te permitiese el acceso a todos estos monumentos.

Teatro Cervantes
En cuanto al ocio y la cultura vamos poco a poco mejorando, la oferta va incrementándose año tras año y poco a poco, los ayuntamientos y asociaciones privadas empiezan a desarrollar una actividad cultural interesantísima pero continúan con una gran carencia. La falta de difusión. Mientras que las asociaciones privadas está claro que siempre se van a limitar por la escasez de medios económicos las entidades políticas no pueden alegar esta misma excusa, ni siquiera en los tiempos que corren. Recuerdo de mis años universitarios que en Valencia todas las avenidas principales de la ciudad se llenaban de publicidad de los actos culturales. Si por ejemplo se realizaba una exposición de fotografía o pintura, la ciudad se llenaba de banderolas que la anunciaban a bombo y platillo. En Almería con suerte se ponen en la Rambla Obispo Orberá y en la misma puerta de la sala de exposiciones pero es raro ver ninguna publicidad en el Paseo, la Avenida del Mediterraneo, la Avenida Cabo de Gata o cualquier otra ¿por qué? ¿No es posible difundir estos actos para que tengan más repercusión?

Otro de los puntos a trabajar para incrementar los ingresos turísticos es el comercial, principalmente la hostelería y el comercio tradicional. Es cierto que en época de crisis no es fácil emprender pero también es cierto que cuando ha habido dinero a raudales tampoco se ha hecho. No es lógico que en una ciudad que aspira a ser un destino turístico importante apenas tenga 4 únicas tiendas destinadas al turismo (una en el Paseo, dos en la calle Las Tiendas y una en la calle Almanzor). Que me disculpen si me dejo alguna. El turista que baja de un crucero y que pasea por las callejuelas de un centro histórico está deseando pararse a ver tiendas de camisetas, artesanía local, recuerdos y postales, etc. es parte de la experiencia turística y Almería está despoblada de ellas. El turista que va desde la Alcazaba hasta la iglesia de San Juan debería verse “invadido” por decenas de tiendas de jarapas, cerámicas, indalos, vinos, mantecados y posters de películas rodadas en Almería. Desgraciadamente el turista pasea por un conglomerado de calles preciosas pero que no le aportan ningún aliciente a permanecer entre ellas los escasos cinco minutos que se tardan en atravesarse. Saliendo del comercio puramente turístico el resto del comercio no parece estar interesado en sacar tajada de nuestros visitantes. En una coyuntura en la cual se está empezando a plantearse abrir los domingos parece extraño que la mayor parte de las tiendas del centro permanezcan cerradas a cal y canto un sábado por la tarde. Es cierto que el pequeño comercio tiene derecho al descanso, eso nadie se lo niega, pero si quieren sobrevivir deben adaptarse ¿por qué no cerrar el lunes por la mañana?

Plaza Vieja
Cualquier persona que venga de fuera de Almería todavía le cuesta creerse que un sábado por la tarde solamente abran los comercios de cadenas nacionales. Esa vitalidad que da el comercio a un centro histórico en Almería parece que la perdemos en cuanto llega el fin de semana. El otro pilar a tratar sería la hostelería. Creo que en este punto los empresarios del sector le llevan ventaja al comercio y si están sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos. Los horarios se amplían a los domingos y su número se incrementa por momentos. Hace unos años si algún turista te preguntaba “¿dónde está la zona de bares de Almería?” te quedabas sin poder responderle. Había muchos pero disgregados y destinados al cliente local. Sin embargo a día de hoy en las Cuatro Calles y la zona de la Plaza Vieja empiezan a aglutinar gran número de estos establecimientos. El número hace la fuerza y estas zonas se están asentando como zonas hosteleras de importancia. Aun así las administraciones podrían echar un cable al sector. Si quieres proliferar la creación de establecimientos en una zona determinada debes poner en marcha medidas destinadas a ello. No tiene que ser obligatoriamente con subvenciones económicas si no con medidas que les faciliten el funcionamiento y que les lleven clientes. La liberación o exención de algunas tasas municipales (por ejemplo las terrazas o la apertura de “negocios turísticos”) en todos aquellos comercios que se sitúen en determinada zona y se dediquen a ciertas actividades.

También es necesario hacer atrayente las zonas céntricas, el urbanismo y el paisajismo urbano son imprescindibles, normas como la exigencia de construir en el centro únicamente con la fachada típica almeriense, obligar que los cableados vayan soterradas para evitar afear las fachadas o simplemente algo tan sencillo como colocar árboles de diferente porte para enmascarar calles muy degradadas con los “booms” de la construcción de los sesenta y de la última década. Otra medida muy importante es la peatonalización. Esta actuación está demostrando ser una gran medida, basta poner de ejemplo la plaza Marques de Heredia, pero debe continuar, la Almedina, las Cuatro Calles e incluso el Paseo deben aspirar a convertirse en peatonales con los años. Ejemplos cercanos como la transformación del centro de Málaga son espejos donde mirarnos. Pero esto exige la implicación máxime de las administraciones, deben perder el afán recaudatorio o el miedo a las criticas iníciales y tomar una actitud valiente y planificada para conseguir buenos resultados a futuro.

Almería es un diamante en bruto. Posee una rica historia y patrimonio, una gastronomía magnífica, unos parajes naturales espectaculares y un clima envidiable para ser un destino imprescindible de cualquier catalogo turístico. Sin embargo no somos ambiciosos, debemos dejar de ver el turismo como un complemento de nuestra economía local si no como una fuente importante de ingresos para la provincia. Debemos creérnoslo, debemos ser los primeros en cambiar la mentalidad provinciana de ser el patito feo y empezar a luchar por lo nuestro con esfuerzo y mucho orgullo. Es la única forma de conseguir el objetivo de la excelencia turística que tanto ansiamos.

1 comentario:

  1. Hola, la foto que habeis colgado de la "Plaza Vieja" no es de la almeriense. Un saludo

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