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Un consejo a Soraya Sáenz de Santamaría: visite Almería

Javier Salvador 
Periodista / Teleprensa 

Que el Partido Popular tiene un visión muy heavy de los medios de comunicación es algo tan palpable como el uso y disfrute que hacen de los que tienen bajo su tutela, como las autonómicas o municipales, e incluso por aquellos que nacen a su amparo y que casi siempre propician para combatir al enemigo, es decir, luchar contra aquellos que no se pliegan a su censura. Este, por ejemplo, es el caso del Ayuntamiento de Almería o la Diputación Provincial, que seleccionan a su bola no sólo aquellos medios en los que reparten la publicidad institucional, sin atenerse a audiencias, sino que llegan más allá decidiendo quiénes tienen derecho o no a la información institucional, algo que claramente viola lo que establece la Constitución Española, pero, claro, la pobre Carta Magna está tan taladrada últimamente que éste debe ser uno de sus males menores.

Gabriel Amat, presidente de la Diputación,
es entrevistado en ACL Radio
Pero este tipo de comportamientos es algo que hemos aprendido a aceptar cuando un político u otro asume el poder y si éste es absoluto o compartido, las cosas surgen de una manera u otra. Y así pasa lo que pasa, que la clase política es el tercer problema y ahora a la vicepresidenta le preocupa esta cuestión. De cualquier forma, lo primero en lo que se tiene que fijar es en esa constante que se repite en los políticos actuales. Siempre buscan a alguien que esté por debajo de él en sus capacidades y habilidades con el fin de que no pueda hacerle sombra. Es decir, un político mediocre, que es lo que abunda, buscará siempre gente por debajo de ese nivel y claro, así nos luce el pelo.

Por todo ello me extraña mucho que a estas alturas de la película la Asociación de Periodistas se sorprenda de que la Diputación Provincial de Almería tenga en su relación de personal como requisito que los responsables de comunicación tengan, como titulación de partida, el bachillerato. Pero todo tiene su explicación. Lo primero es que Gabriel Amat tenía que pagar los favores de aquellos a los que utilizaba para intentar frenar el avance de la prensa independiente. Lógicamente para ello no buscó profesionales, sino imitadores de Jiménez Losantos que sólo tenían que contentar a su propia audiencia, porque una constante de la derecha que cultiva el PP es que sólo le gusta ver, escuchar o leer, aquello en lo que se habla bien de ellos. El resto son rojos.

Por otro lado, siendo Gabriel Amat el presidente de la Diputación y Javier Aureliano García su segundo de a bordo, también estaba claro que a gente muy brillante no iban a buscar para su entorno más cercano, porque entonces las carencias iban a quedar sobradamente expuestas. Y si uno no es capaz de escribir un dictado de quince líneas, lo que estaba claro es que no iban a contar con periodistas de verdad, porque entre otras cosas, para ellos esta profesión sólo tiene dos imágenes claras: una, la de tipos con la lengua de color marrón claro y otra, la de tocapelotas que deberían estar en la cárcel.

Ahora bien, por primera vez me siento orgulloso de que este colectivo, el de periodistas, señale con el dedo las trampas de estos pseudotodopoderosos que hemos dejado nacer con esta nueva clase política que ahora resulta que nadie soporta. Parece que el Colegio de Periodistas, -del que soy un orgulloso miembro y desde hoy defensor a ultranza-, no entiende o no va a entender de servilismos o silencios sin sentido. Y ojo, que si esta profesión vuelve a ocupar su lugar es algo que no nos ayudará en nuestra situación laboral, pero tengan por seguro que será un pilar estratégico para que los españoles vuelvan a creer en la transparencia, la independencia y, por qué no, en la mismísima libertad de expresión.

Y si tan preocupada está la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con la forma de frenar ese descrédito de la clase política, que se de una vuelta por Almería, sin la escolta de sus compañeros de partido y comprenderá por qué se ha llegado a todo esto.

3 comentarios:

  1. Puestos a dar paseos, ¿por qué no visita ústed la Diputación de Jaén?, después nos puede dar una visión igual de objetiva que la expuesta aquí...

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  2. Laura Carretero11/10/12 07:34

    Genial artículo, y una realidad como un castillo.Me quedo con este comentario ..."lo que estaba claro es que no iban a contar con periodistas de verdad, porque entre otras cosas, para ellos esta profesión sólo tiene dos imágenes claras: una, la de tipos con la lengua de color marrón claro y otra, la de tocapelotas que deberían estar en la cárcel."
    Es increíble como algunos medios de comunicación en Almería pierden su criterio ( que cuestiono que alguna vez lo tuvieran, visto lo visto) según cambie el color de las instituciones municipales.Es triste que el ciudadano que sólo lee la prensa escrita, tenga una visión totalmente sesgada de la realidad de la ciudad y de los distintos puntos de vista de las diferentes formaciones políticas.¿Le plantará alguien cara a la voz de mi amo?

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  3. Estimado Javier

    es una forma de entender la politica, una politica torticera, dirigida a perpetuarse en el poder merced a bocear "sus virtudes" y silenciar las criticas; considerando a los ciudadanos un medio, un objeto, un mal necesario, para obtener el fin ansiado dinero, poder, reconocimiento, etc...

    gracias.

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