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El soterramiento vuelve al punto de partida

Miguel Cárceles 
Periodista 
 
Las esperanzas de ver el soterramiento en un futuro próximo se esfumaron la tarde del 4 de abril. Apenas habían pasado unos días de las elecciones autonómicas andaluzas, el Gobierno de España daba a conocer su proyecto de Ley de Presupuestos con unas cuentas que dejaban una cuantía mínima para este proyecto de integración ferroviaria. Los propios dirigentes del PP, ya en el Gobierno central, daban por hecho que el soterramiento, tal y como se había concebido, total, con un túnel entre El Puche y la estación, con una terminal bajo tierra, y con una futura conexión de las vías con el Puerto, no se va a hacer al menos en el corto plazo. «La situación económica no permite grandes alegrías», aducía el primer edil de la capital, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador.
 
Imagen virtual del soterramiento
Esa tarde, el regidor alumbraba una frase ya famosa: «Ahora mismo el Ministerio de Fomento no está en condiciones de aportar 250 millones de euros para una obra, ni aquí ni en Vladivostok». Y ayer, durante una nueva reunión de la sociedad Almería Alta Velocidad, encargada de alumbrar esa integración entre la ciudad y la red ferroviaria, volvió a ratificarlo aunque con otras palabras. «Es un hasta luego», indicaba el primer edil sobre este particular.
 
Hasta luego que ayer volvió a ratificarse más allá de las declaraciones. El proyecto de soterramiento dio un paso más que significa, no obstante, una vuelta a los orígenes. Los representantes de las administraciones y empresas participantes (Ministerio de Fomento, Adif, Renfe, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Almería) acordaron crear una comisión de trabajo interna que estudie la viabilidad económica y financiera del proyecto y los costes del mismo «en su totalidad». Pese a que el Estudio Informativo ya marcaba que la implementación de la integración costaría -sin contar la conexión con el Puerto- cerca de 250 millones de euros, este nuevo estudio valoraría de nuevo esas cantidades y, obviamente, revisaría las plusvalías que se obtendrían de la venta de terrenos para la construcción en un momento en el que, a precios de mercado, el suelo ha caído en cascada y sin frenos. «Las plusvalías [de los terrenos liberados] no valen lo que hace seis u ocho años», alegaba el diputado popular Rafael Hernando aquel 4 de abril.
 
Según indicó ayer Comendador durante una rueda de prensa posterior a la reunión de la sociedad Almería Alta Velocidad -en la que también se nombraron a los nuevos consejeros de la entidad emanados de los procesos electorales anteriores- la comisión de trabajo estará compuesta por un representante por cada una de las administraciones y se encargará, mediante reuniones periódicas, de hacer un «seguimiento directo y estricto» de las cuestiones económicas y financieras del proyecto en el nuevo contexto de constricción económica y austeridad en el gasto público, especialmente en las infraestructuras públicas, siempre caras.
 
No obstante, y pese a que públicamente las declaraciones respecto del soterramiento son muy comedidas y aguardan con esperanza la continuidad del proyecto, aunque sea en el largo plazo, las esperanzas de que la integración de las vías del tren vuelvan a la pizarra pública son escasas. Hasta el punto de que fuentes municipales indican que el Ministerio de Fomento no contaría con invertir en el soterramiento del tren en la capital almeriense al menos hasta dentro de doce años, el año 2024, anualidad en la que debería de haberse completado el Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda recién presentado por la ministra Ana Pastor -lo dio a conocer el 26 de septiembre- y que, sin embargo, sí que incluye en sus 'tareas pendientes' la integración ferroviaria y la conexión de las vías con el Puerto. Especialmente esto último se incluye también en los planes transnacionales de la Unión Europea para potenciar el transporte logístico intermodal ferroportuario en el eje del Corredor Mediterráneo. ¿Es un adiós? «Es un hasta luego», reconocía a la prensa Comendador pese a los avances que había experimentado en los despachos este proyecto tras decenios de consensos y desencuentros políticos, sociales y económicos.
 
El soterramiento del tren en Almería es un proyecto que colea, cabe recordarlo, desde hace décadas. El crecimiento de la ciudad hacia el Levante del término municipal -resulta imposible crecer hacia la Sierra de Gádor- provocó que la urbe se fuera extendiendo más allá de las vías. Y con ello que se provocara una sensación de ciudad partida en dos. Y aunque siempre se había hablado de la posibilidad del soterramiento, no es hasta 1998 cuando el proyecto llega a los papeles. En octubre de dicho año, el Ministerio de Fomento adjudica a la empresa Train Ingeniería de Transportes un estudio de viabilidad sobre la integración del ferrocarril en la ciudad que ya plantea la posibilidad de situar las vías bajo tierra.
 
No es hasta que el proyecto de Tren de Alta Velocidad entre Almería y Murcia empieza a tomar cuerpo cuando el soterramiento avanza también en los despachos. De ahí el propio nombre de la sociedad, Almería Alta Velocidad. Que el soterramiento no tiene fecha es obvio -y más ahora-. Pero tampoco la tiene la llegada del AVE. En el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado se prevé la finalización de las inversiones para 2017. Sin embargo, todavía a día de hoy no ha habido ni un solo representante del Ministerio de Fomento o del Gobierno de España que haya ni siquiera deslizado una fecha para la posible llevada del primer tren, algo que sí ha ocurrido en Alicante (se prevé para finales de 2013) o Murcia (hacia 2014).
(Ideal)

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