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La plaga de las chumberas y los ecologistas

Lenox Napier
Un británico de Mojácar

Los ecologistas, cuando no fomentan la demolición de las casas que pertenecen a los extranjeros o de los hoteles de gran tamaño, están preocupados por la lucha contra los invasores. No en este caso de personas extranjeras, como antaño, sino por la fauna y flora que no es autóctona. Lo que no nos pertenece, vamos. Les gustaría que tuviéramos, por supuesto, como el “hombre natural” del revolucionario y filósofo francés Rousseau, un hábitat completamente propio; y no parece una mala idea, sólo que sí fuera así no quedaría nada verde y frondoso en nuestro entorno si se arrancaran todas las plantas que se han importado a través de los años.

Chumberas plagadas
En el parque natural que se extiende en la mayor parte del suroeste de la provincia de Almería, parece ahora que molestan las pitas y pitacos, que deben desaparecer. La pita es una planta de aspecto puntiagudo y largo, que después de una gran cantidad de tiempo, de repente sale un tallo con flores amarillas en la parte superior enorme, y entonces el bicho se cae muerto. El tallo fue utilizado en tiempos pasados para hacer vigas del techo de las casas (tenía unas cuantas en una antigua casa de Bédar y constato que se pudren después de un tiempo). El agave (pitas y pitacos) fue utilizado para la fabricación de rafia, cuerda, tela y papel en un momento dado. Además de su fin más importante: la fabricación de tequila.

Las plantas fueron traídas desde México por los conquistadores (los que no encontraron oro y por lo tanto tenían mucho espacio libre en sus maletas), y fueron plantadas en el Cabo de Gata, dando así a la zona algo de vegetación, que no existía y, al mismo tiempo, pensando cabrear en el futuro a sus descendientes que pudieran trabajar en la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (el mismo departamento que tiene tan vivo interés en las viviendas de propiedad extranjera en el interior de la provincia) y se preocupasen por el ecosistema.

Los ecologistas de hoy son, y se ha documentado, la Santa Inquisición del siglo XVI. No admiten discrepancias. Una vez escribí un artículo sencillo para una revista española sobre el parque natural de Nijar/Cabo de Gata y recomendé la necesidad de sazonarlo con unos bichos atractivos como el canguro enano para animar el paisaje. Al menos los turistas tendrían algo para fotografiar. La sugerencia fue tomada como un delito contra la Naturaleza.

Si
n embargo, mientras que los ecologistas están ocupados desde sus apartamentos del quinto piso en el centro de Almería Ciudad sobre cómo mejor empobrecer el campo y a los que tienen la mala suerte de vivir en él, parecen haber bajado la guardia cuando se trata de una larga lista de infecciones de insectos que hemos sufrido últimamente (más allá y por encima de la cucaracha alemana, que de todos modos prefiere vivir en las ciudades).

Tuvimos el “picudo rojo” de las palmeras (plantas que, desde luego, provienen de Egipto y como a los turistas les gustan, los ecologistas miraban para el otro lado y en cambio se organizó un gran alboroto tratando de atrapar a unos pocos mapaches que habían sido puestos ‘en libertad’ por sus propietarios).

Tenemos la “mosca del eucalipto” que, aparentemente, solo puede ser controlada por la “araña del eucalipto”, y no se nos permite importar arañas, digo. Y ahora tenemos otra plaga, esta vez una que ataca al chumbo, que es tan omnipresente en nuestro paisaje desértico como debe ser. La plaga se está extendiendo lentamente al oeste, desde Murcia.

Aquí hay una foto que tomé de algunos afectados por esta cochinilla. Está en el jardín de nuestro vecino. ¿La Consejería dará a las autoridades locales algún insecticida para controlar esta plaga, me pregunto? Creo que no, al final, por supuesto, no importa. El chumbo es otra planta que proviene de México, así que… aprovecharán la oportunidad para quitársela de encima.

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