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El perro del hortelano

Antonio Jesús Rodríguez
Alcalde de Níjar

Existe en la administración autonómica del urbanismo andaluz un fenómeno conocido como “la Gata Flora”, síndrome que afecta a la relación entre la Consejería de Obras Públicas y Vivienda y los Ayuntamientos, y que se describe con la siguiente expresión: no me gusta lo que me propones pero yo no tengo propuestas que hacerte… pongámonos a redactar un plan y así nos entretenemos unos años.

Durante los más de cuatro años que han ocupado a la Consejería de Obras Públicas y Vivienda  la redacción del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Almería (POTAUA), el Ayuntamiento de Níjar ha colaborado lealmente con la administración autonómica realizando cuantas sugerencias y propuestas estaban a nuestro alcance, facilitando el consenso y poniendo a disposición de la consejería nuestros, siempre limitados, medios técnicos. En beneficio de esta colaboración y con el ánimo de materializar un consenso que consideramos positivo para el propio plan tuvimos que renunciar a materializar en el POTAUA elementos esenciales de nuestro modelo para el municipio.

Estos sacrificios realizados por el ayuntamiento no fueron suficientes y la posibilidad de acuerdo fue imposible cuando, previamente a la aprobación definitiva del plan, por la representante de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda, Dña. Gloria Vega González, actual Secretaria General de Ordenación del Territorio y Urbanismo, se impusieron varias determinaciones inasumibles por el municipio, y eran inasumibles tanto por su contenido material como por la total ausencia de motivación en estas decisiones.

Estas diferencias se centran en cuatro elementos esenciales:

1.- La definición de los ámbitos de protección territorial, que implicaban una ampliación de la superficie protegida de Níjar en más de cuatro mil hectáreas, y esto mientras en municipios colindantes no se incluían en este ámbito de protección ámbitos categorizados como lugares de interés comunitario.

2.- La propuesta del área de dinamización turística contenía unas exigencias en cuanto al número de plazas en establecimientos turísticos, propuesta que implicaba la construcción de 2400 plazas de este tipo, el doble de las proyectadas por la propia consejería para el Toyo, una actuación con una dimensión cuatro veces mayor que la propuesta en Níjar.

3.- La ubicación del área de dinamización turística, en una zona con una importante presencia de explotaciones agrícolas de primor en plena producción y sin una iniciativa empresarial comprometida en su desarrollo.

4.- El contenido económico del plan, que comprometía un volumen de inversiones muy importante por parte de todas las administraciones, incluida la municipal, y que con la ambigüedad y falta de concreción de su redacción no puede ser asumido por la hacienda municipal.

Estas diferencias constituyen el núcleo de las alegaciones que el ayuntamiento formuló el 3 de marzo de 2010, en el periodo de información abierto tras la aprobación inicial del documento. No obstante el ayuntamiento, en aras de la lealtad y consenso expuestos voto favorablemente el documento de aprobación inicial en la comisión de redacción.

Desde ese momento la incomprensión de la mencionada representante de la consejería a nuestras propuestas concluyó en la asunción por nuestra parte de la imposibilidad del deseado consenso y nuestra posición se transformó en la leal exigencia de claridad y rigor técnico para el documento y en que quedara claro que si el modelo propuesto fracasaba la responsabilidad sería exclusivamente de la consejería.

Para nuestra sorpresa el documento aprobado definitivamente contenía importantes modificaciones en contenidos esenciales como la definición y delimitación del área de dinamización turística, modificaciones realizadas unilateralmente por la consejería.

La explicación a alguna de estas modificaciones fue dada verbalmente por la Sra. Vega González ya que la consejería, saltándose las más elementales normas administrativas, no ha considerado necesario dar respuesta a nuestras alegaciones.

La más llamativa de las modificaciones ha sido eliminar del contenido del plan la delimitación del área de dinamización turística, modificación que, según la referida Sra., se realiza en aras del respeto a la autonomía local. La mencionada modificación pospone esta delimitación a una iniciativa municipal a materializar mediante una innovación de nuestro plan general.

Ya advertimos en su momento que mal plan es aquel que no es capaz de plasmar ni tan siquiera los ámbitos en los que propone sus actuaciones, pero además de un mal plan es un ejercicio de irresponsabilidad por parte de quien lo promueve. Advertimos a la Sra. Vega que nos parecían excusas de mal pagador, que si nuestras propuestas no eran válidas exigíamos que plasmaran en el plan las suyas y asumieran la responsabilidad que les correspondía. Vano intento.

Asumida la imposición de proceder a la delimitación del ámbito del área de dinamización turística el ayuntamiento, ya antes de la publicación de la aprobación definitiva del POTAUA, redactó y procedió tramitar la innovación solicitada. La respuesta de la consejería ha sido DESFAVORABLE.

Dña. Gloria Vega González, Secretaria General de Ordenación del Territorio y Urbanismo nos ha engañado, y en un censurable acto de cobardía política escondió su incapacidad de resolución vaciando de contenido el POTAUA excusándose en la delegación en los ayuntamientos del desarrollo de los contenidos eliminados, delegación que ella sabía falsa.
La situación actual se compone de un POTAUA inútil, de iniciativas municipales desestimadas y de 5 años perdidos. En fin, el perro del hortelano. 

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