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JMJ

Kayros
Periodista

Al final de casi todos los noticieros tanto en televisión como en radio aparece estos días una pregunta con carácter de encuesta de urgencia: La pregunta viene a ser más o menos esta: ¿Cree usted que la Jornadas Mundiales de la Juventud, organizadas por la Iglesia Católica, son beneficiosas para la sociedad en que vivimos?

Al principio la pregunta parece que fuera tautológica y está de más. En un mundo libre cualquier individuo puede dar testimonio de fe sin que le obstaculicen ningún poder paralelo, máxime si como ocurre aquí en España nuestra cultura secular está impregnada de los valores del cristianismo. El mensaje de Cristo se abrió paso bajo la persecución de los emperadores romanos y desde las catacumbas hasta el último congreso eucarístico internacional, no ha parado de ocupar el espacio público, negándose a ser recluido a la mera conciencia. Por lo tanto, pierde el tiempo quien desee encerrar a los católicos entre las rejas de la sacristía.

En el Evangelio vemos la clara misión de los apóstoles a ir por todo el mundo predicando el mensaje de Cristo. Ahora bien, pienso que la pregunta/encuesta de algunos medios de comunicación va en la dirección del contexto sociológico que ahora vivimos.

Para empezar. una crisis económica que dicen es la mayor de la historia del capitalismo, una hambruna bíblica que azota el Cuerno de África, unos jóvenes que no se sienten representados por ninguna instancia ni política ni religiosa y que se debaten entre la desesperanza y el negro futuro.

En este plan, no podía faltar la amarga queja de Judas que se escandalizaba del valor del perfume esparcido a los pies de Jesús. Pero con el agravante de que muchos cristianos no ven a Jesús en los escándalos eclesiales, ni en la iglesia de lo ricos, ni en la convivencia con los poderosos. La mejor cara de la Iglesia que es la ayuda a los pobres de la tierra no se compadece bien con estos viajes propagandísticos que realizan los últimos papas. Como jefes de Estado. Y aunque no podamos negar que disponen de un gran poder organizativo, un millón de jóvenes concentrados para una misa y un viacrucis tampoco dan respuesta a las necesidades de nuestro tiempo. Es lógico pues que surja la crítica desde el mismo seno de la Iglesia cristiana.

3 comentarios:

  1. A veces de los conversos podemos esperar cualquier cosa. Me quedo helado de un fraile que llegue a pensar como piensa. Menos mal que no continúo su peregrinar entre sotanas y hábitos. Que Dios te bendiga.

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  2. Joder con el director del IEA. ¿Nazareno del Silencio? No lo calla ni Dios. Está siempre al quite. Te ha enfilado, Kayros, y te va a marcar de cerca. Fdo.: Fray Leopoldo Mosqueone

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  3. Está claro, al del IEA lo han pillao con el carrito de los helados, muy bien Fray Leopoldo y no queremos que ningún Dios nos bendiga, estamos hasta los cohones de bendiciones...Fdo: Sor citroen

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