Coordinador de UPyD en Almería
Una de las principales obligaciones de nuestro ayuntamiento es cumplir y hacer cumplir las leyes a todos los ciudadanos sin distinción y por igual. Así lo reclamamos cuando solicitamos, en vano, al ayuntamiento que hiciera cumplir la ordenanza de limpieza a los sindicatos, tras empapelar palmeras, árboles, farolas, fuentes y estatuas y así se lo pedimos hoy cuando una asociación de vendedores ambulantes le pide a Luis Rogelio que controle el intrusismo en su profesión.
Hasta aquí todo bien, si no fuera porque en contrapartida los comerciantes se comprometen a “la concienciación y sensibilización sobre la limpieza”. Lo cierto es que desde UPyD hemos denunciado en múltiples ocasiones que las zonas de los mercados y aledaños, tras una jornada de ventas, parecen un basurero, dando mala imagen de nuestra ciudad y de los profesionales de la venta ambulante que utilizan estos espacios públicos.
Nos resulta increíble que minorías de vendedores no aprecien que la limpieza es un valor, que las personas gustan de visitar sitios limpios y cuidados. Cualquiera que haya salido fuera de nuestras fronteras queda maravillado de los mercados al aire libre que hay en las grandes ciudades centroeuropeas, todos los toldos similares, todos los puestos impecables, el suelo limpio y los clientes contentos. Estos mercados se encuentran dentro de las guías turísticas y son referente y visita obligada de turistas que además de admirarlos se dejan sus euros en compras compulsivas para regocijo de los comerciantes. Quizás no lleguemos a tener una guía de “mercadillos” como la de París o mercados como los de Bruselas o Munich (iniciados por Sefardíes), pero animamos a nuestro ayuntamiento y a nuestros mercadilleros a que se afanen en conseguirlo.
No obstante y mientras esto llega, desde Unión Progreso y Democracia pedimos al Sr. Alcalde que haga cumplir la ley y todo vendedor sin licencia sea sancionado y se le impida realizar una actividad para la que no está habilitado; pero que también la haga cumplir para que los lugares en la que se instalan los mercadillos y zonas aledañas no sean ese lugar infecto y sucio en la que minorías de comerciantes ambulantes y público incívico lo convierten reiteradamente.
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