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El Centro Andaluz de la Fotografía

Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista

El principio del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) fue la imaginación. Un nacimiento forjado desde múltiples miradas y donde el interior fotográfico imponía las primeras reglas y condiciones para desentrañar el alma de la fotografía. Así se puede entender el revulsivo cultural que supuso el prólogo del CAF: el proyecto ‘Imagina’ (vinculado al programa ‘Almediterránea’), la gran propuesta de Manuel Falces (Almería, 1952), ‘‘nos alimentamos culturalmente de fotografías’’, con un epílogo en ‘Imagina off’, que puso un entorno propicio a la esencial de la personalidad del CAF. Hasta el punto de que la fotografía ha impuesto su propia mirada crítica para interpretar de qué va todo esto de la cultura en Andalucía. Y por supuesto, de una manera muy singular, en Almería. La fotografía ha ocupado su propio lugar en este panorama de la inteligencia, aunque haya sido a base de empujones.

El 24 de noviembre de 1992 la Junta de Andalucía aprueba la creación del Centro Andaluz de la Fotografía, con sede en Almería capital, una llegada a la gran propuesta formulada años atrás, por Manuel Falces. Según el Decreto, ‘‘el Centro se configura como el ente idóneo para la realización de actividades propias en cuanto centro de investigación, recopilación y difusión de la fotografía como manifestación cultural’’. Las funciones, en las propuestas de Falces, orientan al CAF en tres direcciones: Fondo fotográfico de Andalucía y de creadores andaluces; recuperación del patrimonio fotográfico andaluz; y mantenimiento de los fondos de documentación que posibiliten el estudio de la fotografía. Al frente del CAF, artífice de la criatura, Manuel Falces, hasta 2006 en la dirección, catorce años en un periplo de gestación de una propuesta de multitud de encuentros, que sitúan a la fotografía con un discurso personal desde la imagen. Lejos ya de los reductos marginales. Le releva, en 2007, Pablo Juliá (Cádiz, 1949), referente del fotoperiodismo andaluz.

En la nueva y esperada sede estable del Liceo, en el Casco Histórico de Almería, entra la identidad del Centro Andaluz de la Fotografías con un importante bagaje. Acomodado a la historia de las piedras y del entorno, se sitúan sabiamente multitud de miradas, exposiciones, publicaciones, talleres, diálogos abiertos con la literatura, la pintura, el cine, el teatro, la poesía y la naturaleza. Y con dos espacios para exposiciones: Escuela de Arte y Torre del Homenaje en la Alcazaba. Hasta el punto de que en su dimensión colectiva, individual y global, el CAF desvela la poética de la fotografía.

Proyecto ‘Imagina’
El principal preámbulo del Centro Andaluz de la Fotografía es el proyecto ‘Imagina’, con el que Manuel Falces aborda espacios desde las ideas que emanan de distintas miradas fotográficas, presentes en el mundo. Falces confesó en 1992: ‘’Imagina’ nació mientras oía a Lennon y el fuerte viento me empujaba hacia Cabo de Gata’’. Es significativo que eso ocurra desde Almería y su sentido, todavía marginal de periferia, que intenta escapar del escaparate del espectáculo establecido de lo culturalmente oficial. En ese sentido entronca con el espíritu que supuso en los años 50 el grupo Afal, que modificó y puso patas arriba de forma sorprendente, en aquella Almería bien amarrada por el franquismo, la realidad fotográfica en España de la mano de José María Artero y Carlos Pérez-Siquier.

El proyecto ‘Imagina’ se sitúa dentro del programa ‘Almediterránea (que también incluyó las ‘nuevas músicas’, historia, gastronomía, jazz, flamenco, etc.) para la conmemoración, en 1992, del V Centenario del descubrimiento de América con la Feria Universal en Sevilla. La fotografía es la principal aportación cultural almeriense. ‘Imagina’ se pone en marcha en 1990 con el fotógrafo inglés Brian Griffin. ‘Imagina’ establece que cada fotógrafo recorra libremente la realidad almeriense para interpretarla y configurar la magna exposición que estará en Sevilla en 1992. El modelo marca la identidad del proyecto, desde las ideas de Falces, es su exposición-libro ‘Contrapunto Mediterráneo’ (1990), la propuesta que desvela la esencia de un viaje universal del fotógrafo almeriense desde la imaginación para así proyectar la fotografía como la imagen simbólica de lo real. Manuel Falces aporta al proyecto otra exposición personal, ‘El Tránsito’ (1991), un itinerario antológico por su obra, entre 1970 y 1990. Poética y Fotografía. En el tiempo personal de Falces, está presente su amistad estrecha con el poeta José Ángel Valente (Ourense, 1929, Ginebra, Suiza, 2000), siempre testigo en el entorno más cercano de las inquietudes fotográficas que salen a la luz.

 A Almería durante dos años llegan fotógrafos y exposiciones claves. La reivindicación de la fotografía de autor es indiscutible. La fotografía visualiza su lugar en el mundo de las artes, a veces cercano al lenguaje cinematográfico, al lenguaje de las artes plásticas y desde su posición reivindicativa de la vida cotidiana que marca en gran medida el fotoperiodismo. Y en este proyecto de insinuaciones, está la obra de autor, la obra colectiva, el desembarco de la imaginación sobre mundos temáticos y el personal discurso de cada fotógrafo. Y entre las primeras citas está el siciliano Ferdinand Scianna: ‘‘Ya no estoy tan seguro de que la fotografía pueda cambiar el mundo’’.

 En 1991 y 1992 comparecen Jorge Rueda (‘‘llevo toda la vida haciendo la misma fotografía’’), otra importante referencia de la fotografía almeriense y artífice de una de las etapas más relevantes de la revista ‘Nueva Lente’; Abbas, Douglas Keats (‘‘el desierto ha marcado mi paisaje fotográfico’’); John Vink, Toni Catany, Martine Frank, Pruszowsky, Terry Braunstein, Bernard Plossu, Françoise Núñez, René Burri, John Vink, Max Pam, William Klein, Martin Parr, la España profunda, silenciosa, rural y secreta que desvela Cristina García Rodero; Sibelly Bergemann, Szulc-Kzryzanowski; el caso singular de imágenes en las sombras desde la mirada del fotógrafo invidente Evgene Bavcar, Sebastiao Salgado, Carlos Pérez-Siquier (‘‘no me gusta manipular la realidad’’); la búsqueda del infinito desde el espacio elemental de la cámara estenopeica, con Ilan Wolff, Jordi Guillumet y Miguel Nauguet, etc. Hubo otras exposiciones: Joseph Renau (los collages sobre el sistema americano), Robert Maplethorpe, Li Ping Mei, Linda Mc Cartney, ‘Instante y Magia’, ‘Mediterráneas’, ‘Carnet de baile’, entre otras.

Por ‘Imagina’ pasaron exposiciones singulares, que descubrieron nuevos mundos, plataforma de ideas para distintas concepciones de la realidad: ‘La América furtiva’ de Cartier-Bresson; ‘Al Este de Magnum’, que muestra la visión de 40 reporteros durante 45 años por la Europa del Este, desde la agencia fotográfica que marcó un modo esencial de fotoperiodismo. De Magnum es también la exposición ‘China vista por…’, fotoperiodismo que también está presente en las imágenes de World Press Photo. Y el reencuentro con el Grupo Afal; Jaime Balog y su visión de la naturaleza en ‘Supervivientes del Edén’; ‘El culo con las témporas’, ‘Fotografías que falsifican la historia’ con Alain Jauvert; ‘Nadar y el teatro’; la visión de Sebastiao Salgado sobre el drama humano en el Sahel africano; el testimonio de Médicos sin fronteras.

Revista de Occidente dedicó un monográfico a ‘Imagina’, número coordinado por Estrella de Diego: ‘‘Las fotografías son nuestra historia’’.

‘Imagina’ abrió una línea editorial. Primero con un intento de revista, apenas un par de números, sin  continuidad. Cita anual con el calendario fotográfico. Y libros-catálogos: ‘Contrapunto Mediterráneo’ (1990), de Manuel Falces; ‘Polaroid’s Selections 6’ (1992), de William Wegman y otros; ‘Voyages’ de Terry Braunstein; ‘Ouka Lele’ (1990); ‘Grupo AFAL, 1956-1991’, de varios autores (1991); e ‘Imagina’ (1992. 

La síntesis final de ‘Imagina’ recogió en una gran exposición la mirada de los fotógrafos participantes sobre el paisaje andaluz, esencialmente en Almería, con 451 fotografías y 36 autores: Henri Cartier-Bresson (Francia), rompió los esquemas y aportó una serie de dibujos. William Klein (Estados Unidos), en torno al paisaje de Tabernas y Rodalquilar fundamentalmente. Abbas (Irán), el símbolo de la tauromaquia, en torno a Espartaco. Jordi Guillumet (España) descubrió espejos en el horizonte. Françoise Núñez (Francia, hija de emigrantes almerienses), sobriedad del paisaje. Evgene Bavcar (Eslovenia), estrellas siempre presentes en un diálogo entre la luz y la sombra. Gabriel Cualladó (España), familia de Níjar. Roland Laboye (Francia), en La Chanca. Bernard Plossu (Francia), juegos infantiles. Jorge Rueda (España), perros surrealistas en el sueño de Alicia. Douglas Keats (Estados Unidos), exaltación del paisaje de la aridez. Cristina García Rodero (España), en el interior de la romería del Cristo de Bacares. Sibylle Bergemann (Alemania), color en la nocturnidad. Ferdinando Scianna (Italia), viaje por La Chanca y los invernaderos. Ricardo Martín (España), en los ancestros del paisaje rural. Carlos Pérez-Siquier (España), puesta en escena y naturaleza. Terry Braunstein (Estados Unidos), el libro de los cromos del mundo. Krzystof Pruszkowski (Polonia), fotosíntesis de la Semana Santa almeriense. Ouka Lele (España), en el color blanco de las salinas de Cabo de Gata. John Vink (Bélgica), en la vida cotidiana. René Burri (Francia), en el reflejo de la Plataforma Solar de Tabernas. Toni Catany (España), panorámica del infinito. Manuel Falces (España), imaginación entre las nubes fugitivas. Arno Fischer (Alemania), en busca de las sombras de otros muros. Martine Franck (Francia), armonía. Graciela Iturbide (México), niños de La Chanca. Mimmo Iodice (Italia), en el espectáculo urbano. Jean Lariviére (Francia), niñas-mujeres bailan en Alhama. Joseph Vicent Monzó (España), fauna del bodegón. Sarah Moon (Francia), sombras y ausencias. Claude Nori (Francia), encuentro adolescente. Max Pam (Australia), contemplación de la bahía. Martin Parr (Gran Bretaña), basura en el desierto. Michel Szulc-Krzyzanowski (Holanda), momia escondida. Ilan Wolf (Israel), gigantes ocultos. Miguel Nauguet (España), el gran retrato de todos los fotógrafos.

Cartier-Bresson
La presencia en Almería de Henri Cartier-Bresson (Chanteloup, 1908, Céreste, Francia, 2004) ha sido el momento estelar del proyecto ‘Imagina’ y la presencia que ha envuelto la identidad del Centro Andaluz de la Fotografía. El fotógrafo, considerado ‘padre del fotoperiodismo’, llegó a Almería en 1991, rompiendo así su aislamiento y su silencio. Cartier-Bresson, que no respondía a ninguna entrevista ni acudía a ninguna invitación, sin embargo acudió a la llamada de Manuel Falces para presentar su exposición ‘La América furtiva’, ‘‘he venido a Almería por simpatía’’. Acompañado de su esposa, la fotógrafa norteamericana Martine Frank, el autor de la teoría del ‘instante decisivo’ convirtió a Almería en el centro de atención de la fotografía, fotógrafos de todas partes acudieron a la cita. Tapándose el rostro por timidez, ante las cámaras, manifestó la sencillez de su momento, ‘‘la vida es más bonita que la fotografía’’. Desveló que no le interesa el trabajo en el laboratorio, ‘‘lo que me interesa es el disparo rápido del momento, ese instante decisivo de la fotografía, es un instante, un momento que, como un dibujo, se puede observar durante mucho tiempo’’.

La presencia de Cartier-Bresson fue el gran respaldo para el proyecto almeriense del CAF. El consejero de Cultura, Suárez Japón, presente, anunció formalmente: ‘‘El Centro Andaluz de la Fotografía tendrá la sede en Almería y la aprobación vendrá con los presupuestos del 92’’.

Cartier-Bresson no aportó fotografías a la gran exposición de ‘Imagina’, sino dibujos. El fotógrafo justificó su aportación: ‘‘si se trata de un retrato a lápiz es el dibujante el que expresa el silencio interior’’. Fue la excepción; dibujos que la memoria del CAF recuperó en 2006 para exponerlos en la sala de la Torre del Homenaje de la Alcazaba de Almería.

En torno a la obra fotográfica de Henri Cartier-Bresson se sitúa otro de los momentos estelares del CAF. Fue en 1994, con la exposición ‘Antología 1932-1980’, 155 fotografías que simbolizaron un nuevo regreso de su autor. El CAF destacó las palabras del fotógrafo en 1986: ‘‘En fotografía lo más insignificante puede ser un gran tema. Nosotros vemos y hacemos ver el mundo que nos rodea en una especie de testimonio, y es el acontecimiento, por su propia naturaleza, lo que provoca el ritmo orgánico de las formas’’.

En 1996, el CAF trae a Almería ‘La cámara y el diván’, retratos que Cartier-Bresson a intelectuales y artistas del tiempo contemporáneo.

Reencuentro con Afal
En la memoria de la historia de la fotografía en España ocupa un lugar destacado la Agrupación Fotográfica Almeriense (Afal), que impulsó la renovación del lenguaje fotográfico en unos tiempos en que el franquismo tenía todo bajo control. Por eso sorprende que la iniciativa de José María Artero (‘‘nosotros tomamos definitivo partido por la fotografía del tiempo que nos ha tocado vivir’’) y Carlos Pérez-Siquier (Almería, 1930) se abrió paso en una Almería encerrada y controlada en la periferia, pero que encontró en el neorrealismo la gran vía de escape para descifrar la realidad. Las ideas de Afal se difundieron desde 1956 hasta principio de los 60 en la revista (donde cine y fotografía iban de la mano) de la agrupación y rápidamente encontró el eco de otros fotógrafos que en la distancia de Madrid o Barcelona indagaban en las mismas sensaciones. ‘Imagina’ consiguió el reencuentro con Afal en Almería (1991), un encuentro con la memoria española de la fotografía, recuperando Falces y Pérez-Siquier un proyecto de exposición programado en 1984 por entonces ministro de Cultura Javier Solana, prevista para la sala de exposiciones Picasso de la Biblioteca Nacional. Aquella exposición nunca se hizo por causas desconocidas y resurgió siete años después en ‘Imagina’. A la cita almeriense (exposición y catálogo) acudieron Alberto Schommer (‘‘la fotografía es un lenguaje universal que no lo cambio por nada del mundo’’), Gabriel Cualladó (‘‘en los cincuenta y sesenta fue Afal quien determinó la línea de renovación de la fotografía’’, Ramón Masats (‘‘la televisión se lo ha comido todo y la fotografía ha tenido que cambiar su inmediatez’’), Ricardo Terré (‘‘mi especial preocupación está en saber si este hecho es universal en la configuración del lenguaje de la imagen’’), Francisco Gómez (‘‘lo que me interesa es ir a mi libre albedrío, es el espacio de la fotografía’’) y Oriol Maspons (‘‘Afal fue un sarcasmo para la fotografía establecida de la época’’). No estuvieron en Almería para el evento, aunque sí sus fotografías, Xavier Miserachs, que se desplazó a Almería años después (‘‘a Afal le ha faltado un epílogo’’) y Francisco Ontañón. En Almería esperaban Carlos Pérez-Siquier (‘‘pienso que la única manera de ser universal está en las raíces de uno mismo’’) y José María Artero, autor del Manifiesto de Afal (‘‘consideramos la fotografía como una manifestación artística que admite parentescos, concomitancias y afinidades con otras más o menos próximas, pero con peculiaridades que la hacen independiente, soberana de su propio campo de expresión y con posibilidades inéditas, ni remotamente soñadas y mucho menos exploradas, por otras artes más antiguas en el tiempo’’). La ocasión quedó reflejada en la única fotografía del grupo que existe para la historia de la fotografía.

En 2000, con motivo de la exposición ‘150 años de la fotografía en España (1850-2000)’, el historiador Publio López Mondéjar señaló que ‘‘en Afal su punto de partida teórico fue su oposición al academicismo tardo-pictoralista y un decidido compromiso con la realidad social de su época’’.

Largo recorrido
Tras la creación del Centro Andaluz de la Fotografía (24 de Noviembre, de 1992) Manuel Falces anunciaba que ‘‘el CAF será todo lo contrario a un museo, será un catalizador de las actividades fotográficas en Andalucía’’, con talleres, promoción de la imagen electrónica, exposiciones y encuentros internacionales. A esta puesta en marcha, Falces puso un pequeño epílogo a ‘Imagina’ y un prólogo al CAF que denominó ‘Imagina off’. En esta pequeña etapa, pasaron las imágenes fotográficas de Juan Manuel Castro (‘Mundos oscuros’), Roland Laboye (‘El universo en la calle’), fotógrafos en la Naturaleza, Sarah Moon, Sebastiao Salgado (‘‘lo importante es el mensaje social de la fotografía’’), Antonio Espejo, Dennis Hooper. Y las ‘Cuatro direcciones’ de la fotografía española (205 fotografías de 45 autores), con una presencia de la obra de Falces y de Pérez-Siquier. El comisario de la exposición, Manuel Santos, reivindicó la creatividad de los dos fotógrafos almerienses, ‘‘Pérez-Siquier y Manuel Falces han realizado una labor profética en la fotografía contemporánea’’.

El CAF creó el Premio ‘Andalucía’ de Fotografía, para ideas a ejecutar, que sólo se ha convocado en una ocasión: 1994. El premio, dotado con 3.500.000 pesetas, fue para el proyecto ‘Viaje por el presente andaluz’ del fotógrafo José Muñoz (Granada, 1967). El jurado estuvo presidido por Manuel Grosso, director general de Fomento (Consejería de Cultura), con los fotógrafos Manuel Falces, Pablo Juliá, Ricardo Martín, Gervasio Sánchez y Leopoldo Pomés. Cincuenta proyectos se presentaron al premio, procedentes de distintos países. José Muñoz se impuso pon un voto al proyecto ‘Mediterráneo’ de Cristina García Rodero. El fotógrafo ganador fundamentó su proyecto en textos de Gerald Brenan, Antonio Muñoz Molina, José Cazorla Pérez y González Alcantud.

El proyecto vio la luz en 1998, con nuevo título, ‘Andalucía, entonces y ahora’. El autor presentó 202 fotografías, fruto de un recorrido de 20.000 kilómetros, ‘‘he realizado un viaje al infinito de Andalucía’’.

En 1997, se crea el Comité Asesor del CAF, formado por Cristina García Rodero, Pablo Juliá, Ricardo Martín y Manuel Falces. La primera reunión fue en 1998. Una de las propuestas es trasladar la idea de ‘Imagina’ al resto de capitales andaluzas. También se hicieron varias sugerencias: fijar la sede del CAF en el ‘Cable Inglés’ (idea al principio aceptada por la Consejería de Cultura, pero que posteriormente cambió por el edificio histórico del Liceo), con un proyecto del arquitecto Ramón de Torres, y ampliación del presupuesto de actividades.

En estos años, el CAF sigue la línea de publicaciones, con ‘Sostener la mirada. Imágenes de la Alpujarra’ (1993) del fotógrafo Ricardo Martín, en un recorrido viajero con el escritor Antonio Muñoz Molina; ‘Stigmata’ (1994) de David Scheinmann; ‘Colección Polaroid’ (1994), varios autores; ‘Toros’ (1995) de Leopoldo Pomés; ‘Como decíamos ayer’ (1997) de Antonio Suárez; ‘Diálogos fotográficos imposibles’ (1996) de Gorka Zumelta (‘‘quería acercar al lector común a todos los magos que han hecho avanzar la fotografía’’); ‘Lisboa, nostalgia de futuro’ (1998) de Francisco Sánchez Rodríguez; ‘Mujeres sin tierra’ (1998) de Clemente Bernad; ‘En tierra amiga’ (1999) de Joan Guerrero; ‘La Andalucía del siglo XIX en las fotografías de J. Laurent y Cía’ (1999); ‘Un observador social: Fotoperiodismo’ (1999) de Manny Rocca; ‘Diez años de carteles. De Imagina al Centro Andaluz de la Fotografía’ (2000); ‘Arquitectos de unidad’ (2000) de Francisco González; ‘Línea de playa’ (2000) de Fernando Herráez; ‘Retratos de cantautores’ (2002, que recoge las imágenes de la exposición de 1999) de Juan Miguel Morales; ‘Retratos del flamenco’ (2002) de Paco Sánchez; ‘Operación Flecha Rota. Accidente nuclear en Palomares’ (2003) de Antonio Sánchez Picón y José Herrera Plaza; ‘Álbum’ (2004) de Javier Blanco (‘‘la fotografía es en buena medida memoria’’); ‘Por un agujero. Cuaderno de fotografía pobre’ (2004), coordinado por Luis Vida; ‘Caminos del corazón’ (2005) de José Manuel Ochoa; ‘Historia de una guitarra’ (2005) de María Luisa Jiménez Burkhardt; ‘El propagador y el eco de la fotografía. Publicaciones pioneras sobre fotografía en España, 1863-64’ (2005) de Rafael Garófano Sánchez.

Otro de los pilares del CAF han sido los talleres (más de un centenar), que han abarcado todas las facetas fotográficas (fotoperiodismo, retrato, documental, iluminación, revelado, blanco y negro, color, foto-cerámica, astrofotografía, foto submarina, foto-pintura, digital, etc.) multitud de mundos ante el fotógrafo, por donde han pasado las enseñanzas de Ouka Lele, Juan Manuel Castro, Carolina Martínez (‘‘la fotografía tiene misterios, no todo tiene que ser obvio’’), Luis de la Poza, Carlos Barrantes, Ilan Wolf, Evgene Bavcar, Carlos de Paz, Pablo Juliá, Fernández Narciso, Luis Vida, Rafael Doctor, Manny Rocca, Jorge Rueda, Joseph Vicent Monzó, Michael Zapke, Miguel Nauguet, Roland Laboye, Manuel Zambrana, Mario Parralejo, Ana Torralba, Sara Sanz/Martín Pastor, Red Wetwood, Jesús Navas, Fernando Herráez, Carlos Canal (‘‘Andalucía fue determinante para que yo empezara a hacer fotografías’’), Juan Miguel Alba, José Muñoz, Daniel Aubry, Ricardo Martín, Antonio Suárez, etc.

Gran memoria
Uno de los momentos estelares fue conseguir la exposición antológica de Cartier-Bresson en 1994. Hubo otras exposiciones para desvelar un gran retrato colectivo de la fotografía española con la obra de: Javier Bauluz, Toni Catany, Gervasio Sánchez, Ricardo Martín, Jordi Esteva, Juan Miguel Morales, Manny Rocca, Clemente Bernad, Antonio Suárez, Josep Vicent Monzó, el retrato vital en la obra de Ramón Masats, Daniel Dicenta, Ginés Asensio, Pablo Ortiz Monasterio, Paco Sánchez, Carlos de Paz, Luisa López, Jordi Socías (‘‘la calle es una gran puesta en escena’’). La recuperación histórica de la obra de Luis Escobar (un fotógrafo en la plaza de cada pueblo), la exaltación de la obra fotográfica de Alfonso en ‘Alfonso XIII y su época’ o el regreso a la fotografía del cineasta Carlos Saura, con sus fotografías digitales en rodajes, reivindicando sus primeros pasos juveniles en la fotografía. Y la importante palabra sustentada en imágenes fotográficas del mítico escritor Juan Rulfo.

El encuentro de la fotografía con el cine y la literatura ha tenido un espacio propio, en dos jornadas (2003 y 2004). En el debate reflexivo participaron distintas miradas, en torno a la palabra y la imagen: Javier Cercas, Manuel Vicent, David Trueba, Fernando Colomo, David Airob, Bigas Luna, Clara Sánchez, Luis Fernández Galiano, Diego A. Manrique, con las exposiciones ‘Mirando las estrellas’ de Jordi Socías y la obra de David Airob y sus visiones captadas en el rodaje de la película ‘Soldados de Salamina’, ‘‘soy un fotógrafo que no cree que una imagen valga más que mil palabras’’.

El viaje con el CAF ha permitido conocer el panorama fotográfico internacional con ejemplos relevantes en Ella Maillart, Roland Laboye, Jean-Loup Sieffe, Jacques-Henri Lartigue, Mary Mahr, Greta Stern, Sebastiao Salgado, Larry Manguino (detrás de la figura del Toro de Osborne en el paisaje español), Terry Braunstein, Mario Gacomelli, Lee Friedlander, William Ropp, Franco Zecchin, Erich Lessing, Yann Arthur-Bertrand, entre otros.

El encuentro de la fotografía con el teatro tiene momentos con las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro en 1992 y las imágenes de Agnes Bonnot y ‘Nadar y el teatro’ (1992).

En 1997 la Consejería de Cultura firma un convenio con la Agencia EFE. Fruto del cual es la digitalización por el CAF de 13 millones de negativos. Dio lugar a una primera exposición: ‘Un lugar, una mujer’.

El CAF ha establecido otro de sus pilares en citas colectivas singulares en exposiciones: Archivo de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid; ‘150 años de la Associated Press’, el mundo de los humillados y ofendidos, desde la denuncia fotográfica solidaria con Médicos sin fronteras; el mundo de los refugiados con ACNUR o el drama social de los enfermos de Alzheimer; Talleres fotográficos de Perú, Fotógrafoss mexicanos; ‘Las Fuentes de la Memoria’ (al encuentro con la historia de la fotografía española), ‘150 años de fotografía en España’, que incluye la aportación de Afal y la segunda etapa de Nueva Lente con Jorge Rueda, ‘La Andalucía del siglo XIX’ en la obra de J. Laurent y Cía’, las imágenes de la Naturaleza en National Geographic, Cien fotógrafos del mundo ante las Pirámides de Egipto, ‘Historias de huevos’ (el huevo como personaje fotográfico en la historia), ‘Stalinfagia’ (el terror en la época de Stalin), ‘Cien fotografías para un siglo de deporte’, ‘El viaje griego’, ‘Las brigadas internacionales’, las bases del nuevo fotoperiodismo, donde Falces desvela la búsqueda de las fotografías almerienses de Robert Capa; exaltación de la vida cotidiana en ‘Album familiar (1839-1939)’; la colaboración con la Asociación de la Prensa y el Instituto de Estudios Almerienses en la reivindicación del ‘Fotoperiodismo almeriense’; la presentación al público de las imágenes secretas en ‘Operación Flecha Rota’, en torno a la ‘Bomba de Palomares’, 60 fotos inéditas recuperadas por Antonio Sánchez Picón y José Herrera, entre otras. Y una muestra del largo recorrido del Centro Andaluz de la Fotografía por su historia, con la exposición de 200 carteles que muestra las imágenes que han marcado el espacio cultural conquistado por la fotografía. En estos años, la fotografía ha aportado propuestas de orden estético y ético de la realidad, en torno a la cuestión social, la historia, los viajes, la naturaleza, los protagonistas de la historia, la vida cotidiana, los mundos anónimos, los grandes conflictos, el cine, el teatro, la danza, las artes. Y siempre, desde la concepción de que lo importante es la mirada crítica para enaltecer el sentido de la contemplación.

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