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Adiós, Toblerone, adiós

Jesús Muñoz
Escritor

“Chatarra inmunda, amasijo de hierros, edificación horrorosa, etc.”. Éstos son los calificativos que regalan muchos almerienses a ese edificio tan singular que lleva varias décadas dándole forma al skyline de Almería. Tras esas duras palabras se esconde una estructura levantada en 1972 para evitar que el polvo de hierro que se descargaba en nuestro puerto inundara la ciudad en esos días de viento tan habituales de nuestra tierra. Este peculiar silo de mineral pronto se ganó el apodo de “Toblerone” por su peculiar forma de chocolatina. Sin duda era una de esas obras que no pasaban desapercibidas y es parte inseparable del pasado minero de nuestra ciudad, igual que el Cable Ingles, la Estación de Ferrocarril o el antiguo Cable Francés (que fue desmantelado hace unos años).

Movilización por el Toblerone
Estos días nuestro singular edificio ha vuelto a saltar a los medios de comunicación por el inicio de su destrucción inminente. El futuro se abre paso inmisericordemente y su solar va a dejar paso a la especulación urbanística con la construcción de bloques de pisos. Mientras, Almería pierde una seña de su identidad, un edificio que, aunque de valores estéticos discutibles, es sin lugar a dudas uno de los que más han marcado nuestro pasado cercano. ¿Alguien recuerda el “barrio rojo” de Ciudad Jardín? Muchos ciudadanos han abogado por su salvación y hasta se creó una plataforma ciudadana que sigue luchando por su salvación, hecho insólito en una ciudad tan inmovilista como Almería.

A pesar de ello son también muchos los ciudadanos que están contando los minutos para poder ver el mar desde ¿dónde? Porque las insulsas moles de hormigón y ladrillo que sustituirán al Toblerone está claro que  taparán el frontal marítimo aún más. Pero les pregunto a estos almerienses que defienden su demolición:     ¿Estarían igualmente conformes con su demolición si el Toblerone estuviera restaurado, fuese un museo, un jardín cubierto o una inmensa sala de conciertos y sus alrededores un frondoso jardín? Está claro que hoy por hoy se encuentra en un estado lamentable, pero eso no justifica la desaparición de este trocito de Almería.

Obviamente las plusvalías que va a generar la construcción de estos bloques van a engrosar las arcas, pero ¿a qué precio? Nos venden la moto que el dinero se gastará en hacer el soterramiento. ¿Cuál? ¿Del que se lleva hablando más de 15 años? o ¿el que estará listo con mucha suerte para cuando llegue el AVE allá por el 2050? ¿Quedará algún euro para entonces? ¿Tanto hubiera costado hacer un referéndum popular para decidir su final? ¿Por qué le cuesta tanto a los políticos españoles preguntarles a sus ciudadanos?

La historia del Toblerone es la historia de tantos y tantos atentados contra el patrimonio provocados por el cortoplacismo de unas decisiones del todo erróneas. A mediados del siglo XIX las murallas de la ciudad eran una barrera y un pegote para la ciudad y las demolieron. Hoy nos emocionamos viendo las de Ávila o las puertas medievales de Toledo. Un poco más tarde las Atarazanas medievales se echaron abajo, a fin de cuentas eran un mamotreto inservible. Envidia me dan los museos que construyeron en las de Valencia, Sevilla o Barcelona. La actual iglesia de Santiago era un almacén lleno de suciedad desde la desamortización y se necesitaban piedras para el puerto, se salvó en el último momento. El tren iba a llegar a la provincia y al pasar por Santa Fé se necesitaba gravilla y piedras para poner las vías. Casualmente había muchas apiladas de forma inservible cerca del pueblo.

Hoy apenas nos quedan restos de la ciudad prehistórica de los Millares. El casco antiguo de Almería sólo recordaba miseria y pobreza, en los años setenta había que construir rascacielos como los de las películas, esto era el buen gusto de esos años (palabras textuales de un aparejador de la época). Hoy las ciudades Patrimonio de la Humanidad que protegieron sus centros urbanos disfrutan de sus beneficios. Menos mal que cuando se dijo también de construir con gusto, como en Alicante o Málaga, en ese secarral de la costa de Cabo de Gata algún “chalao cateto” le dio por protegerlo. Si no quizás hoy en día en lugar de Peineta de Mónsul tendríamos un chiringuito desde donde poder ver el mar sin molestias, a fin de cuentas es un simple monte pelado sin gracia ninguna ¿no? Sin duda estas comparaciones a día de hoy parecen aberranetes ¿verdad? Para los ciudadanos y políticos de sus respectivas épocas no lo eran.

La gente que no conoce su historia está destinada a repetirla una y otra vez. Me pregunto por qué nuestros dirigentes no se fijan en las ciudades que son referentes de modernidad y toman buena nota. ¿Acaso Madrid se equivocó cuando se creó el Caixaforum en una antigua central eléctrica? ¿Londres pecó también cuando levantó el museo Tate Modern en pleno centro? ¿Langreo con su museo de la Siderometalúrgica? Y por qué no, pongamos el manido ejemplo de la Torre Eiffel, por bien poco se salvó de la demolición puesto que en su momento se consideraba un horrendo amasijo de hierro ¿os suena? Pero claro, ahora estará el espabilado que diga que todos estos ejemplos no son iguales al Toblerone, claro que no. Ninguno de ellos estaba en Almería, por eso se salvaron de la demolición. Adiós Toblerone, adiós.

7 comentarios:

  1. Anónimo1/7/13 18:55

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    Juan Pablo Yakubiuk
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    Sector Arquitectura
    Ubicación Roquetas de Mar, Almería, España
    Introducción Arquitecto, concejal en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería) y Diputado Provincial (IULV-CA)

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  2. Anónimo1/7/13 22:23

    Por favor que alguien que sepa de cultura o CON CULTURA les explique a los plataformes que EL TOBLERONE NADA TIENE QUE VER CON LAS PIRAMIDES de la historia que esas son de otros países ni con la Arqueología Industrial que también el algo más serio y otra cosa bien distinta de un almacén con chapas de uralita-amianto (cancerígeno).
    Dejen que por fin no traguemos ni barramos mineral de hierro del interior de nuestros armarios y no nos sigan marginando a los ciudadanos y ciudadanas de varias geraciones de Ciudad Jardín.

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    1. Araceli Sanchez8/7/13 00:35

      Creo que si el presidente en España del Industrial Heritage International afirma en un estudio que el Toblerone merece ser considerado Patrimonio Industrial así debería ser puesto que no tenemos un referente más cualificado para desmentirlo ¿Usted si?

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  3. Anónimo1/7/13 23:55

    Si alguien quiere datos. El Toblerone se encuentra dentro del ámbito urbanístico del Plan Especial del Sistema General de la Red Ferroviaria, aprobado por el Ayuntamiento de Almeria, de 119.930 metros cuadrados de superficie y que corresponden, aproximadamente, con los terrenos de las actuales instalaciones ferroviarias en la estación (desde la Avda. del Mediterráneo hasta la conexión con el Puerto) más la parcela privada del Toblerone.
    El Plan Especial del Sistema General Ferroviario contempla una edificabilidad de 175.000 m2, menos de los q se recogían en el PGOU del 98, sobre los que se reparten los diferentes usos: Vivienda libre (114.750 metros cuadrados), protegida (20.250 metros cuadrados) y terciario (40.000 metros cuadrados). La superficie de suelo lucrativo, es decir, el suelo en el que se concentraran las viviendas y el terciario, ocupa una extensión de 35.190 m2. La propuesta de número de viviendas que se incluye en este plan especial contempla un máximo de 1.130, cumpliendo con lo establecido en la LOUA. En su ordenación, el Plan Especial incluye 54.000 metros cuadrados aproximadamente de dotaciones, destinados a parques y jardines, sips e infraestructura ferroviaria.
    El proyecto contempla dos unidades de ejecución. La primera de esas unidades corresponde a los terrenos de propiedad privada existentes en el Toblerone y las zonas de propiedad pública situadas entre la estación intermodal y el Cable Inglés, que podrá ejecutarse una vez se ha procedido a la cesión por parte de ADIF al Ayuntamiento de Almería, un logro para esta ciudad ya que hoy supone una barrera en la conexión entre barrios. Esta zona no se encuentra afectada de forma efectiva por operaciones de tipo ferroviario y su destino será zona verde y espacios libres de acuerdo con las condiciones de cesión que han establecido Fomento, Adif y Ayuntamiento de Armería.

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  4. Anónimo2/7/13 14:28

    Efectivamente, pero hablas del soterramiento en su totalidad, no sólo del Toblerone. Las vías del tren es lo que divide la ciudad y es donde se debe intervenir para unificar la ciudad y sanear la zona. Nadie quiere que se quede como está pero ni el Toblerone ni las vías.

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  5. Anónimo3/7/13 20:14

    Bien integrado en el Patrimonio inmueble de Andalucía. Código: 01040130277
    http://www.iaph.es/patrimonio-inmueble-andalucia/resumen.do?id=i190201
    Consejería de Cultura de la Junta ¿hay alguien ahí?.

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  6. Anónimo5/7/13 07:35

    Alguien debería decirle a Luis Ro que ya explotó la burbuja... esas casas no se van a vender, no se va a ganar ni la cuarta parte de lo que estaba previsto... no se va a soterrar nada. Los mandatos de los alcaldes deberían estar limitados por ley porque empiezan haciendo algo al principio y luego se les va la cabeza...

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