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María Luisa Balaguer

Emilio Ruiz
@lavozdealmeria 

María Luisa Balaguer Callejón (Almería, 1953) es magistrada del Tribunal Constitucional desde principios de 2017, donde entró a propuesta del Grupo Parlamentario Socialista.  De clara mentalidad progresista y feminista –en realidad no se entiende ser progresista sin ser feminista-, tiene tras sí un amplio currículum: licenciada y doctora en Derecho, catedrática de Derecho Constitucional, directora de la revista “Artículo 14, una perspectiva de género”, directora de congresos de Derecho Constitucional, consejera del Consejo Consultivo de Andalucía cuando este organismo estaba presidido por el también almeriense Juan Cano Bueso... Su talante ponderado y pactista, no por ello desarraigado de un criterio propio, le ha hecho contar siempre con la confianza, respeto y admiración de los compañeros de los organismos de los que ha formado parte.

María Luisa Balaguer / Foto: Tribunal Constitucional

La magistrada almeriense siempre se ha mantenido fiel a sus principios y a una inequívoca interpretación no excesivamente rígida de la Constitución. La expresión de sus votos particulares no supone para ella la redacción de unos folios de mero trámite, sino que son auténticas lecciones de interpretación del texto constitucional. Ella fue uno de los cinco vocales que votó en contra de la medida cautelarísima solicitada en recurso de amparo por el PP que dio lugar a que se suspendiera la tramitación parlamentaria, ya en el Senado, de las dos enmiendas por las que se modificaba el sistema de elección los dos candidatos al Tribunal Constitucional que nombra el Consejo General del Poder Judicial. “No es razonable –ha dicho- que se pueda interrumpir una votación en un Parlamento porque no es propio del respeto a la soberanía nacional”. 

La semana pasada, el Tribunal Constitucional ha podido, por fin, ser parciamente renovado, tal como establece la ley. Con el nuevo equilibrio, el sector progresista, en el que se incluye María Luisa Balaguer, pasa a ser mayoritario por siete a cuatro. Este mismo sector siempre ha tenido claro que, una vez que quedara renovado el órgano, la persona destinada a presidirlo sería Cándido Conde-Pumpido. No obstante, desde el principio, Balaguer también se ha propuesto para el cargo. Esta pretensión ha desorientado al resto de compañeros progresistas. El bloque conservador, por su parte, perdida su mayoría, ha visto en la candidatura de Balaguer una forma de evitar la vía libre que se le abría a Conde-Pumpido. 

Finalmente, el que fue fiscal general del Estado ha sido el elegido, y la almeriense solamente ha contado con los votos de los magistrados conservadores y del suyo propio (6 a 5). La vicepresidencia ha recaído en la magistrada Inmaculada Montalbán, también progresista. El “uso y costumbres” del TC indica que presidente y vicepresidente se eligen de tendencias distintas. En esta ocasión ambos son progresistas, en primer lugar, por la negativa de los conservadores a la negociación global, y en segundo lugar, porque este sector proponía a un varón, Ricardo Enríquez, evitando la paridad. Balaguer tampoco ha apoyado a la nueva vicepresidenta. 

Artículo de Emilio Ruiz publicado en la edición de papel de La Voz de Almería

En los días previos a la elección de presidente y vicepresidenta, tanto el sector progresista como el conservador han celebrado maratonianas reuniones, cada bloque por su lado, para establecer consensos y marcar estrategias. Han resultado frustrados todos los intentos del sector progresista de que María Luisa Balaguer renunciara a su pretensión en beneficio de Conde-Pumpido. La magistrada almeriense tenía la esperanza de que la magistrada progresista María Luisa Segoviano, que había sido elevada al TC gracias al sector conservador del Consejo General del Poder Judicial., le otorgara su voto. No ha sido así. 

¿Por qué María Luisa Balaguer se ha desmarcado de la voluntad mayoritaria del sector progresista de elegir presidente a Conde-Pumpido? ¿Por qué aceptaba de buen grado alcanzar ese puesto gracias a los votos de los magistrados conservadores? ¿Podría haber negociado Balaguer la vicepresidencia para sí? Son cuestiones que solamente puede responder la propia María Luisa Balaguer. Según el periodista José Antonio Zarzalejos, la almeriense “ha tenido el valor democrático de convertirse en una disidente”. ¿También ella lo considera así?

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