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Diego Morata, el guardián de los toreros

Nuria Torrente
@opinionalmeria

La feria taurina de Almería, como la misma Feria, llega a su fin. De entre todos los ojos que miran atentamente a la arena de la plaza de toros, hay unos que observan más cautos la faena de los diestros, conscientes del peligro que conlleva esta práctica. Son los ojos del doctor Diego Morata, el encargado de velar por la salud de los toreros durante las corridas.

Los doctores Morata, a la izquierda, y Rull, en la plaza de toros de Almería
Quirófano de la plaza de toros de Almería

La colaboración del doctor Morata con la plaza de toros de Almería viene de lejos. En 1972 comenzó a trabajar en la enfermería, y desde los 90 lidera al equipo de especialistas, que se preparan a conciencia para socorrer a los toreros, en caso de que fuera necesario. El quirófano lo equipa desde hace cinco años el Hospital Mediterráneo. “Somos como un Centro de Salud de 8.000 habitantes”, explica el doctor. "El hospital nos abastece al 100 % el quirófano, donde disponemos de todo el instrumental necesario para realizar las operaciones”, explica.

Pero el especialista no actúa solo. El equipo formado por ocho profesionales incluye tres cirujanos más, un anestesista, un hematólogo, un ATS y un auxiliar de quirófano, que desde el pasado lunes y hasta hoy trasladan su lugar de trabajo a los cosos taurinos. “Para el Hospital Mediterráneo toda colaboración es poca. Nuestro objetivo es que durante este periodo donde celebramos las fiestas de nuestro municipio no se lamente ninguna tragedia”, explican desde la dirección del centro.

La asistencia no solo es para los toreros, sino que también está disponible para los espectadores. El equipo sanitario está en la plaza una hora antes de que comience el festejo, y después “nos quedamos un rato largo por si hay algún problema durante la evacuación y algún aficionado ha de ser atendido”, explica Diego Morata.

“En la enfermería de la plaza de toros de Almería, desde el año 40, se han operado a todos los toreros que han sufrido un percance que precise cirugía, de tal forma que hasta ahora no ha sido preciso hacer derivación alguna  a otro centro  hospitalario”, aclara Morata. “Nuestro mayor éxito es el traslado rápido desde el albero a la enfermería, que ha de ser en pocos minutos”. "En menos de 10 minutos el torero está anestesiado y se le está operando. Una actuación inmediata para el diestro es fundamental, ya que esto contribuye a que la herida tenga una cicatrización normal”.
(Elaboración propia con información facilitada por Hospital Mediterráneo)