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El suicidio de los periódicos impresos

Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica de Almería

Me refiero casi en exclusiva a los diarios de información general. Cuando las empresas periodísticas en provincia editaban de forma modesta sus ediciones locales, subsistiendo prácticamente de las suscripciones, venta en el kiosco y apenas algo de publicidad, eran en verdad independientes. Los periodistas en plantilla de las pequeñas redacciones mantenían con orgullo la independencia. Nadie les indicaba el sentido de su información y trataban de relatar la verdad. Eran profesionales dignos, no muy bien remunerados, pero si admirados por su honestidad.


Joaquín Abad fundó La Crónica
Personalmente recuerdo mis primeros años de prácticas, en La Voz de Almería, donde Soriano, el veterano redactor jefe, me asignaba cubrir informaciones sin indicarme a quien debía favorecer. En la redacción apenas trabajaban seis periodistas (Falces, Román, Grijalba, Kairos...) y era más numerosa la plantilla de talleres que todas las demás secciones juntas. Claro, me refiero cuando los diarios de provincias se despachaban con solo 16 ó 20 páginas, que los ciudadanos devoraban en su totalidad.

No se en qué momento se produjo el cambio, pero recuerdo que a comienzos de la década del ochenta inicié el proyecto de un nuevo diario, La Crónica de Almería, y cuando fui a contratar periodistas me encontré con que la práctica totalidad eran ideológicamente de izquierdas, como si eso fuera lo correcto en democracia. Y cuando se celebraron las elecciones del 28-O, donde Calvo Sotelo perdió y Felipe González obtuvo aquella mayoría absoluta, toda la redacción brindaba junto al PSOE el triunfo. Por supuesto que todos fueron compensados generosamente. Enseguida fueron colocados en medios oficiales o bajo influencia pesoeista.

Desde que los periodistas dejaron de ser independientes para convertirse en lo que son ahora, muchísimos de ellos, los diarios dejaron de ser atractivos al público, que empezó a elegir el periódico según la ideología del medio. Es más, resultaba una heroicidad hacer periodismo no favorable al PSOE en Andalucía, en Almería.

Ahora es difícil encontrar una redacción como las de Soriano como Redactor Jefe. Todas mantienen un ejército de periodistas encantados de ser invitados a actos políticos, de recibir regalos, de estar vendidos a una determinada ideología. Hablemos claro, periodistas vendidos y nada independientes. Ya no es suficiente el ingreso por suscripciones y venta sino que necesitan una abultada cartera publicitaria para pagar la nómina. Durante años muchas campañas se han negociado directamente con el presidente de la comunidad autónoma. En base a compromisos informativos se daban miles de millones de las antiguas pesetas... Editar periódicos en provincias pesó a ser de un servicio a la sociedad a un muy buen negocio para sus propietarios.

Este año, y el que viene, veremos las consecuencias de haber vivido esa burbuja de medios, todos imitando a El País en su provincia correspondiente. Todos vendidos al poder político. El suicidio es colectivo y me temo que sólo internet salvará la libertad de expresión.

4 comentarios:

  1. José Nicolás González14/3/14 16:45

    Señor Abad, habría usted redondeado el artículo si hubiera acabado con un analisis pormenorizado y actualizado de la prensa provincial, que ahora está al servicio no ya del PP, que también, sino de Gabriel Amat.

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  2. Es cierto que los altos costes de hacer un periódico, impresión, reparto, diseño y contenido, son sufragado casi en exclusivo por la publicidad. Con la publicidad institucional, nadie va a querer tumbar el carro, escribiendo lo que no se debe decir. Y luego viene el Internet. No hay coste de impresión, ni de reparto, y es evidente que lo mas interesante que sea la página, mas lectores habrán.

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  3. D. Joaquin Abad: Ha sido ud.de los pocos periodistas que en este territorio ha dicho las cosas por su nombre y sin contemplaciones. Le invito a que vuelva al ruedo y denuncie sin complejos las cosas raras y peligrosas que están ocurriendo en Almería.

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  4. Pues la verdad es que me ha dado mucha alegría tropezar con este artículo.
    La Crónica de Almería fue un medio escrito independiente, donde colaboré muchos años y jamás fui censurado. Un saludo Joaquín.

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