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El tiempo entre congresos: otra lectura del congreso del Partido Popular de Andalucía

Iván Gómez
Jefe de Local de Diario de Almería

Decía el biólogo británico Thomas Henry Huxley que los resultados de los cambios políticos rara vez son aquellos que sus amigos esperan o que sus enemigos temen. En el XIV Congreso Regional del PP de Andalucía celebrado durante el fin de semana en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla se midieron mal las expectativas de la familia popular almeriense y más de uno se ha llevado una gran decepción.

Gázquez, Amat y Matarí
El PP de Almería ha ganado en representación, de tres a cinco vicesecretarios y de 18 a 23 miembros en la dirección del nuevo partido de Juanma Moreno, pero el peso político se mantiene en las cuotas similares a las conseguidas el 16 de julio de 2012 en el cónclave en el que resultó elegido Juan Ignacio Zoido. Al igual que ocurriera con el PSOE de Almería y el consejero fallido en los nombramientos de Susana Díaz del pasado año, los almerienses vuelven a quedarse en un discreto segundo plano de la política regional. Ni en Sevilla ni en Madrid habrá cargos ni orgánicos ni institucionales del PP y PSOE de Almería en la primera fila del combate y los centros de decisión velando por los intereses de la provincia.

La aspiración a un cargo de repercusión en el Partido Popular de Juan Manuel Moreno se esfumó en el mismo momento en el que se anunció que Dolores López, alcaldesa de Valverde, iba a ser la secretaria general de los populares andaluces descartando la opción validada por casi todos de que ocupara el número dos Carmen Crespo, actual delegada del Gobierno en Andalucía.

En cuestión de horas, en días previos al cónclave popular, se pasó de la proyección a la frustración porque la exalcaldesa abderitana, que lleva años en todas las quinielas para liderar el proyecto andaluz, nunca llegó a recibir el necesario beneplácito de la Moncloa para dejar su responsabilidad. Incluso tenía sustituto, como avancé días antes del congreso en este mismo blog, al llegar a planificarse un intercambio de fichas con el gaditano Antonio Sanz. Crespo le relevaba en Madrid como senador autonómico y el que fuera mano derecha de Javier Arenas durante su presidencia se haría cargo de la Delegación del Gobierno.

Pero en el Gobierno no querían bailes y mucho menos a estas alturas y la jugada a tres bandas se desechó. También se especuló con Miguel Ángel Castellón, vicepresidente de Diputación y parlamentario andaluz, con una vicesecretaria que finalmente ha recaído en el catedrático y concejal de Cantoria José Jesús Gázquez. Titulares que no se traducen en hechos y tanto a la exalcaldesa de Adra como al de diputado andaluz de Tíjola les daban el pésame estos días como si hubieran perdido una batalla en la que no habían entrado. Es más, Castellón es uno de los que se han mostrado más satisfechos con el desarrollo del congreso regional.

A pesar del abultado número de representantes almerienses en el proyecto de Juanma, lo que convenció al presidente Gabriel Amat cuando se cerró el proceso de negociación, la trascendencia de la organización más fuerte de Andalucía se diluyó en Sevilla. De la número dos al once, poco más que analizar. El reparto de cargos, además, no ha sido nada equitativo y los primeros puestos, con la excepción de la número dos, del nuevo proyecto político que ha iniciado el PP andaluz (presidente, portavoz y vicesecretario de Organización) se quedan en la Costa del Sol, en las personas de la máxima confianza del joven líder de los populares.

”Una pena, no lo entendemos ninguno”, confesaba ayer uno de los alcaldes del PP en la provincia. “Vaya congreso, hay decepción”, reconoce otro de los populares. De la euforia propia en los partidos que comienzan proyecto político han derivado a un análisis de fondo que no les acaba de convencer. El PP almeriense fue el partido más votado en la historia de Almería en las generales de 2011 con un 57,7% de los votos, arrebatando el récord de 1982 de los socialistas con Felipe González. Meses antes, en las municipales, arrasó recuperando la Diputación y en las andaluzas de mayo lograron el 52% de los sufragios aportando 7 de los 55 escaños del PP en el plenario del antiguo hospital de las Cinco Llagas.

Almería contó en el cónclave regional con 176 compromisarios electos y otros 28 natos, siendo una de las provincias con mayor representación. ”Almería es una provincia importante para el partido en Andalucía”, me repetía Amat en una entrevista hace poco más de una semana, pero no lo será en representación directa en la ejecutiva regional, lo que no implica el máximo respaldo de sus miembros en el desarrollo de sus funciones.

Decía Antonio Machado que en política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire, jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela. Desde Almería viene soplando el viento del cambio, ya lo dijo Javier Arenas cuando se presentó como candidato por la provincia, pero la vela la acaban poniendo los de Sevilla y Málaga. Los más susanistas de Andalucía se quedaron sin consejero y a los más morenistas han corrido la misma suerte con un ínfimo empaque en la dirección andaluza. El PP de Almería, como ya le ocurriera al PSOE meses atrás, debe esperar su momento y continuar trabajando para crecer en peso político en el tiempo entre congresos.

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