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Ni iguales, ni parecidos


Martín Gerez
Portavoz del Grupo Municipal Socialista de Vera

⏩ En estos días hará un año de la constitución de las actuales Corporaciones Municipales. Un primer aniversario de Legislatura que se presta a la reflexión sobre lo que ha sido, sobre lo que es y sobre lo que puede ser y no es. Ha querido el destino, para ser riguroso lo ha querido un concejal de Ciudadanos de Huércal-Overa, que esta fecha sirva también para constatar cómo hay quienes no tienen empacho alguno en cambiar de banda por oscuros intereses. Las mociones de censura además de, obviamente, legítimas dentro del ordenamiento democrático han de ser creíbles. Y no es el caso.


Es más, actitudes así envilecen la justa y necesaria actividad que es la política municipal. Pese a estas excepciones, una actividad muy digna si se hace con dignidad y orgullo. Es labor de los políticos de todos los partidos conjurarse para erradicar estas actitudes que, finalmente, nos arrastran y enfangan a todos.  Y no todos somos lo mismo. Yo reivindico que no lo somos. ¿Cómo van a ser lo mismo quienes se dedican, nos dedicamos, a esta noble tarea en cuerpo y alma sin recibir ni un céntimo de euro por ello? ¿Cómo quienes, desde la responsabilidad y con el objetivo de mejorar la vida de los vecinos, lo hacen a cambio de una retribución, pero también a cambio de una enorme dedicación con sus lógicos errores y aciertos?

No son en absoluto lo mismo que los que, subrepticiamente, venden su voto. No son lo mismo que quienes, con sus decisiones, benefician a amigos y familiares con contratos de obras, de servicios o de empleo. No son lo mismo que aquellos que se aprovechan de los resquicios legales para asignarse sobresueldos sin ninguna base en la que sustentarlos. No son lo mismo que esos que se aprovechan de los recursos públicos para sacar réditos personales o políticos. No, no son lo mismo unos que otros. Ni siquiera parecidos y hay que reivindicarlo.
Durante este año también se ha comprobado cómo los vistosos programas electorales de algunos partidos que llegaron al poder no han pasado de ahí
Durante este año también se ha comprobado cómo los vistosos programas electorales de algunos partidos que llegaron al poder no han pasado de ahí. Se han quedado, por el momento y no hay visos de cambio, en vistosos programas. Una relación de aspiraciones sin nada detrás.  En el caso de Vera, muchas obras prometidas, muchas rebajas de impuestos y tasas, muchas “nuevas formas de hacer las cosas”, y, a la primera de cambio, eso sí que no se quedó en anuncio sino en hecho, buenos sueldos públicos.

Aún hoy, un año después, resulta difícil superar la sorpresa de ser citado a Pleno en los primeros pasos del nuevo equipo de gobierno del PP para abordar las retribuciones de 11 de los 12 concejales. La concejala que se quedó fuera solo lo hizo por incompatibilidad con su cargo político. Además, otros dos contratos para personal de confianza. En total, más de 500.000 euros de dinero público, más del doble que con el anterior equipo. Más los sueldos de Codeur para los concejales/consejeros que suman otros 48.000; sueldos generosos en definitiva a cargo del contribuyente sin que, un año después, se sepa con certeza qué hace cada uno de los concejales y concejalas además de cobrar.

Y no será por falta de interés del Grupo Municipal Socialista que lo ha preguntado en numerosas ocasiones. Un año pues de sorpresas y decepciones con un equipo de gobierno municipal que abusa un día sí y otro también de los medios y recursos públicos en su beneficio y que desprecia a las otras opciones políticas representadas en el ayuntamiento con gestos y actos que resulta monótono repetir. Sorpresa por esa prisa en ponerse unas holgadas nóminas y decepción por cómo han convertido en papel mojado su propio programa electoral.

No a la nueva biblioteca, luego se dio marcha atrás, desprecio de la Sala Multiusos para dedicar el dinero a rehabilitar la vieja biblioteca, no al Bulevar de la Costa, ni idea del paseo marítimo desde el rio Antas hacia Puerto Rey y Veraplaya. En suma, ni un solo proyecto que merezca la pena de los prometidos. Nada de rebajas fiscales, nada de consultorio médico en la playa (votaron a favor de nuestra moción reclamándolo, y luego se justificó que no se hiciese), nada de Centro de Día para mayores, y así una larga enumeración de temas saldada con el ‘poco creíble’ argumento del “ya lo haremos cuando veamos”.

Nunca una frase estuvo tan acertada como aquella que dice “que el peor negocio que alguien puede hacer es comprar un político por lo que él mismo dice que vale, y venderlo después por lo que de verdad alguien pague por él”.

Eso sí, cobrando siguen, y sin aplicarse el dicho.

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