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Los asesores de Diputación

Celso Ortiz
Catedrático de la UAL
 
El asunto de los asesores en Diputación es el cuento de nunca acabar, pues habiendo puesto el PSOE el listón tan alto, no había que ser adivino para saber que el PP se aprovecharía de la situación ya que le bastaría con bajarlo un palmo para salir ventajoso en ese pulso permanente de los dos grandes partidos que, carentes de otros méritos, se conforman con que los otros sean peores. Y así vemos cómo el vicepresidente de la Diputación, ante las críticas del secretario provincial del PSOE, en ningún momento ha defendido los recientes nombramientos como cosa buena, sino que, hecho un basilisco, se ha limitado a recordarle el número de asesores de la anterior corporación para contrarrestar y punto.

No me convence, el PSOE ya pagó sus errores el 11 de mayo y ahora le toca dar la cara al PP explicando con argumentos sólidos los beneficios que aportan a la comunidad sus actuaciones, incluso los nombramientos del personal de confianza. Decir en el caso de los asesores, que "se trata de personas de confianza y no hay nada más que hablar", como he leído que ha dicho el Presidente Amat, es un despotismo anacrónico que sorprende en boca de un político en una democracia del siglo XXI. Amat podrá tomar las decisiones que crea convenientes, pero cualquier ciudadano tiene derecho a opinar sobre tales decisiones, faltaría más. Así que, escuchándolo pronunciar la palabra confianza, me ha recordado al exvicepresidente Pérez Montoya que la interpretó de idéntica manera, refiriéndose a personas con las que se mantiene un trato muy cercano. Por eso, y para que no me acusen de sectario, reproduzco hoy unos párrafos que dediqué al político socialista cuando gobernaba.

"La palabra confianza, literalmente, tiene una doble acepción: a) confiar en alguien para determinado asunto, y b) tener un trato familiar con otra persona".

"Cualquiera que se suba en un avión depositará más confianza en un piloto de Iberia que en su propio hermano, con el que probablemente tendrá mucha confianza para intercambiar confidencias familiares".

"Si nos referimos a la Diputación y teniendo en cuenta las materias que son objeto de asesoramiento, hay que darle a la palabra confianza el mismo significado que en el supuesto del avión".

"En fin, que hay que saber distinguir, porque admitir que se están pagando sueldos a los amigos con dinero público a cambio del asesoramiento en materias tan peregrinas como las que se han inventado los políticos provinciales, puede ser peligroso. En el país vecino, nada menos que el ex presidente Jacques Chirac está pasando un mal trago en los tribunales de justicia por desviar fondos públicos para pagar empleos ficticios".

1 comentario:

  1. Laura Rguez- Carretero Romera ( UPyD)4/10/11 09:45

    Tiene usted toda la razón, la pena de España es que no hay juicios ni cárcel para aquellos que mal usan el dinero público en cargos de confianza no avalados por la profesionalidad y la capacitación.Teníamos que mirar más hacia Islandia y aprender un poquito. El ejemplo del piloto del avión es muy bueno para entender qué significa "confianza". Enhorabuena por el artículo

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