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El nacionalismo se viste con piel de cordero

Víctor Mengual
Comentarista político
No consigo entender por qué los partidos nacionalistas se las dan de izquierdosos y, lo más increíble, ver cómo la gente se lo cree. Es una falsedad histórica. El lobo pretende engañarnos y se viste con piel de cordero. Los partidos socialistas siempre y desde su origen han tenido la filosofía de erradicar toda desigualdad social e igualar a todo el mundo. El bienestar es derecho de todos porque todos somos iguales y somos trabajadores del mundo. Ese deseo era substancial en la ideología de izquierdas e incluía desde los trabajadores de la hoy extinta URSS a los trabajadores españoles, pasando por ingleses o suecos. Por el contrario, los nacionalismos, aunque se les disfrace con el apelativo de “socialista” (recordemos el Nacional Socialismo Nazi), son sólo eso, nacionalistas, es decir, partidos que apoyan la supremacía de un pueblo, nación, raza, religión, etc.
Su filosofía es “Yo te esclavizo porque soy más fuerte que tú, o tengo una lengua diferente, o pertenezco a una raza más pura, etc.". Cualquier excusa puede servir para avasallar a quienes creen inferiores. Son partidos paridos para sacar lo máximo para su grupo de iguales a costa de los desiguales, a quienes ellos consideran inferiores. Esa gente que defiende una zona, comarca, región, es gente que vive con la obsesión de excluir a quien no es como ellos, es decir, a los ajenos a su grupo.
En cualquier manual político, a esa ideología siempre se la ha considerado de derechas. Digo de derechas, porque, en su origen, las derechas intentaban mantenerse diferenciadas del resto de clases sociales. A través de la Historia, eran los reyes, monarcas, aristocracia, los industriales, ricos, pudientes, los que pretendían mantenerse alejados de la plebe. Ellos excluían a sus desiguales. Es decir, las derechas rancias excluían. Por el contrario y como defensa, los “parias” del mundo se unían en una ideología denominada de izquierdas e intentaban globalizar al mundo. Creaban sus máximas: ¡El pueblo unido, jamás será vencido! Era la lucha de clases. Era una lucha en contra de aquellos que los consideraban inferiores, de los derechos de pernada, del trabajo sin descanso a mujeres y niños, contra la enfermedad. En definitiva, en contra de aquellos que les explotaban y que creían que a la plebe todo les sobraba, excepto la miseria.
Ese es el objetivo de los actuales nacionalistas, clasistas y elitistas camuflados, aunque mucha gente no lo quiera ver. Estos se aferran a la derecha rancia decimonónica. Ello teniendo en cuenta que hoy en día y en un sistema capitalista como es el nuestro, las izquierdas y las derechas modernas se confunden por tener muchos puntos en común y un objetivo mutuo como es la creación de trabajo a través del apoyo a los generadores de empleo, los empresarios. Además, el mero hecho de escribir estas líneas en contra del nacionalismo “estrictu sensu” es algo considerado “políticamente incorrecto”.
 Buenos días y recemos por que nuestros nietos nazcan en el seno de una “raza superior” para que nadie los pueda excluir. Para ello, llevémoslos a nacer al seno de alguna región nacionalista. Sólo nos faltará un detalle, falseemos sus apellidos hasta la cuarta generación y tendrán privilegios que a nosotros se nos niegan.

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