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Sherlock Holmes en la Alcazaba

Asociación
Amigos de la Alcazaba

Vuelven las aventuras de Sherlock Holmes con uno de los casos más apasionantes de su vida: El misterioso caso de los 20 agujeros. Holmes debe resolver un misterioso crimen en un castillo cristiano dentro de una alcazaba musulmana. Sólo conoce que el arma homicida es un taladro percutor (puagggg). Con la ayuda de su pipa, su lupa y su inseparable amigo Watson tratará de encontrar al asesino. ¿Quién es? ¿Dónde se esconde?
Sin embargo le espera una gran sorpresa: todos los testigos están afectados por alguna especie de síndrome que les hace mentir. Sherlock se pregunta por qué la directora del castillo dijo no estar en el castillo y no saber nada cuando todo el mundo la vió, por qué el Megajafe de castillos dijo que era verdad lo que decía la directora sabiendo que la directora mentía. ¿Por qué nadie quiere hablar? ¿Por qué todos protegen al asesino?

Incluso antes de cogerlo los Supercatañones han decidido castigarlo con sólo 150 euros. En Baker Street, en su despacho alimentado por una cálida chimenea, Sherlock trata de ordenar el caso. Su amigo Watson exclama de pronto: “Ya está, quién pague la factura de los 150 euros es el asesino!" Sherlock Homes exhala una bocanada de su pipa y sentencia: Elemental, querido Watson, elemental.

Conoce el desenlace de esta apasionante historia. Sumérgete en la lectura de este apasionante libro y disfruta este verano de la nueva colección “Misterios y detectives del patrimonio”, editada por Amigos de la Alcazaba.

¿QUÉ OCULTA LA DELEGADA DEL GOBIERNO?

Mientras, la delegada del Gobierno de Andalucía, Gracia Fernández, dice que la restauración de los agujeros del Patio de Armas de la Alcazaba ha costado 150 euros. Según el protocolo de actuación se deberían de haber realizado las siguientes intervenciones:

1. Una visita técnica de un especialista (restaurador).
2. Un proyecto de intervención firmado por el restaurador.
3. Realizar presupuesto.
4. Valorar y aprobar por la Comisión de Patrimonio.
5. Ejecutar la obra (restaurar 20 orificios) con métodos homologados por especialistas en restauración (no albañiles).
6. Realizar una memoria final de la intervención que incluya reportaje fotográfico.

Todo ello, por 150 euros. Naturalmente es importante que la factura no llegue a los 400 porque así se evita que este atentado se considere legalmente como un delito, pero una cosa es el importe de la factura y otra bien distinta “el valor real” de la restauración. ¿Alguien puede pensar que ese trabajo solo ha costado 150 euros? Háganse una pregunta: ¿qué les cobra el fontanero por solo entrar por la puerta de su casa?