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Ocho claves del Gobierno de Griñán

Luis Barbero
Periodista

Susana Díaz, un escudo en Presidencia. El nombramiento de la secretaria de Organización del PSOE andaluz como consejera de la Presidencia e Igualdad parece tener dos claves. Primera: José Antonio Griñán ha buscado a alguien de un perfil político muy acusado, incluso duro, para blindarse ante los ataques del PP. Una especie de escudo, de amortiguador de golpes. Díaz, además de gestionar, está destinada a desempeñar un rol similar al que le tocó a Gaspar Zarrías con Manuel Chaves: La mala de la película. La segunda clave es orgánica. La llegada de Susana Díaz al Gobierno autónomo implicará cambios en la dirección regional del PSOE, en la que ha tenido manos libres mucho tiempo, lo que ha suscitado numerosas suspicacias, sobre todo por sus formas. Bajo su mandato se han producido batallas internas de gran calibre (recuérdese el conflicto por la composición de las listas electorales o los enfrentamientos con las cúpulas provinciales de Cádiz y Sevilla).

El fichaje del fiscal Llera. La gran sorpresa del nuevo Gobierno autónomo ha sido el fichaje de Emilio Llera como consejero de Justicia e Interior. Llera es un veterano fiscal de Sevilla, un jurista reconocido y respetado que tiene un amplísimo abanico de contactos en el mundo judicial y político. Puede jugar un papel importante en la estrategia jurídica del Gobierno ante la investigación judicial del caso de los ERE fraudulentos, que se encuentra en un momento decisivo, ya que la juez Mercedes Alaya está apuntando a la cúpula de la Junta de Andalucía (tanto política como funcionarial) de la última década.

Moreno vuelve a Educación. Mar Moreno deja Presidencia y vuelve a Educación. Nunca perteneció al círculo más cercano al presidente, que compensa la pérdida de galones de Moreno dándole un departamento fundamental en su discurso político.

La salida de Micaela Navarro. La principal sacrificada del nuevo Ejecutivo andaluz, en el que ha destacado por su gestión de la ley de Dependencia (Andalucía es de las autonomías que más y mejor ha aplicado esta norma). Fiel rubalcabista, muchos la veían como sucesora de Griñán en caso de que el 25-M se hubiera producido el batacazo del PSOE que vaticinaban las encuestas y que  no se produjo. Esto quizás le ha costado el cargo.

La continuidad de Montero. Como Navarro, rubalcabista convencida, aunque sigue sin ser afiliada del PSOE. Su gestión —Salud ha sido de las consejerías más imaginativas en iniciativas en los últimos años con medidas como la subasta de fármacos o la prescripción de medicamentos por principio activo— ha sido su principal aval para ganarse la continuidad. Tendrá una función clave en la resistencia a los recortes del Gobierno en materia sanitaria.

La Guardia de Corps. Antonio Ávila y Carmen Martínez Aguayo forman parte del núcleo de confianza de Griñán desde la época en que los tres estaban en la Consejería de Economía. Para muchos en el PSOE siguen siendo los “tecnócratas”, pero casi nadie dudaba de su continuidad. Y así ha sido. La macroconsejería de Ávila asume además las competencias de Empleo, fuente de tormentos por el caso de los ERE. También próximos a Griñán son Luciano Alonso, que cambia la cartera de Turismo por la de Cultura, y Luis Planas, que vuelve al Gobierno andaluz 16 años después con un departamento con amplísimas potestades (Agricultura, Medio Ambiente y ordenación del territorio). Otro pilar de esta guardia será Máximo Díaz Cano, que será secretario general de la Presidencia, fue jefe de campaña de Carme Chacón y acumula una amplía experiencia política.

El factor IU. Los tres consejeros de IU (Diego Valderas, Rafael Rodríguez y Elena Cortés) serán observados  por muchos con lupa a la espera de que cometan deslices que puedan magnificar.  De su inteligencia y prudencia política dependerá mucho la imagen que tenga el nuevo Gobierno de coalición.

Dos nombres finales. No son consejeros, pero serán decisivos en esta etapa. Cuando Griñán facilitó los nombres de su gabinete los mencionó: Miguel Ángel Vázquez, periodista y exdiputado, será el nuevo portavoz del Gobierno, y Antonio Lozano repetirá como viceconsejero de la Presidencia. Como Ávila y Martínez Aguayo, Lozano trabajó con Griñán en Economía y es íntimo del presidente. Estuvo en la quiniela de consejeros, pero finalmente seguirá trabajando, fuera de plano,  con Griñán.
(El País)

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