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La portada de La Sinrazón

Mar Verdejo Coto
Ingeniero Paisajista

En estos días, en los que los periodistas están siendo apoyados por la ciudadanía bajo el lema “sin periodistas no hay periodismo ni democracia”, doy por hecho que, con total libertad de expresión, estos mismos profesionales han hecho una portada de periódico nacional que nos señala con nombres y apellidos a cinco estudiantes con el siguiente titular: “Los malos estudiantes agitan la Educación”, y con un breve curriculum describen su titulación académica y sus antecedentes penales. Como si del “far west” se tratara, tan sólo ha faltado el “Wanted”. ¿Dónde están la ética y los principios en la “prensa sin razón"? Los estudiantes han pasado a ser el enemigo y los malos, como cualquiera de los protagonistas de las películas del oeste rodadas en nuestros desérticos paisajes.

Ante los recortes que vamos sufriendo viernes a viernes, las ONG, entre otras Amnistía Internacional, han denunciado ante el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de Naciones Unidas los recortes a los derechos sociales impuestos por el Gobierno, y alertan sobre una posible vulneración de compromisos internacionales en materia de derechos humanos. Este Comité está encargado de supervisar la situación de los derechos económicos, sociales y culturales (vivienda adecuada, salud, trabajo digno y educación de calidad, entre otros). Este año, España está entre los países examinados. ¿No se creerán que por sacar las malas noticias el viernes pasa el “finde” y se nos han olvidado el lunes? ¡Estoy más que harta!

Según asegura Marta Mendiola, de Amnistía Internacional España, “vivimos un momento preocupante. No deberíamos permitir que la crisis económica se traduzca en una crisis de derechos humanos, pero es lo que está sucediendo”. ¿Y les extraña que salgamos a la calle? Hace un año, el 15 de mayo, en España se vivió una bocanada de aire fresco lleno de esperanza, un “mayo español” lo llamaban, y los expertos lo han catalogado como sociológicamente interesante. A mí me gusta recordarlo como un acto poético, en el que se dijo a todo el mundo que la ciudadanía quiere implicarse en las decisiones políticas, participando de manera activa y solidaria. Las plazas se convirtieron en ágoras de la democracia. Fue un despertar de conciencias, de espíritu crítico y trabajo asambleario en las plazas y barrios. El movimiento 15-M no está pulverizado, como quieren hacernos creer. Muchos estamos implicados en colectivos, asociaciones e incluso en partidos políticos. Ahora también están investigando a los líderes del 15-M. Algunos son menores de edad. Y ¡estamos más que hartos!

Si quieren demostrar parcialidad periodística y “razón”, por qué no una portada “razonable” con el siguiente titular: “Los políticos y banqueros arruinan la nación”, con los caretos de todos aquellos que han propiciado que lleguemos a esta crisis económica y política, y por supuesto, con una reseña con su formación, experiencia, ingresos, patrimonio… Los ciudadanos queremos responsabilidades de su trabajo y gestión, como las que nos exigen a nosotros nuestros jefes. Han hecho que a nuestros jóvenes se le corte el futuro y la esperanza, y a los  ciudadanos, en general, nos están creando incertidumbres y miedos. Cada viernes es más y más sombrío. Nos hemos convertido en los refugiados del euro. Así es como nos llaman en el resto de los países de Europa, y conmovedoras e indignantes son las imágenes de nuestros jóvenes en los bancos de Noruega. Por eso grito una y otra vez: ¡Estoy más que harta y no voy a seguir soportándolo! (En el programa Carne Cruda, de Radio 3, ha sido el grito de indignación estos días. Menos mal que nos quedan espacios periodísticos desde donde gritar, y desde donde los periodistas también se indignan como un ciudadano más, ¡ñam, ñam!).

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