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El transporte público de Almería, un problema por resolver

Laura R. Carretero
Candidata de UPyD a la alcaldía de Almería

Ya es sabido que el sistema de transporte público en Almería es un modelo anticuado, ineficaz e impropio de una ciudad de casi 200.000 habitantes, donde lo único que ha primado es la modernización de la flota, pero sin tener en cuenta que este aspecto en sí mismo no supone ninguna ventaja comparativa y disuasoria frente al uso del vehículo privado, sino que, simplemente, es un componente más dentro de lo supondría una verdadera red de transporte público moderna y eficaz. Podríamos tomar como ejemplo cualquier línea de las que actualmente recorren la ciudad y la periferia, pero la línea nº 20, que conecta el centro con los barrios de La Cañada de San Urbano y el Alquián, así como al Aeropuerto, se presta especialmente a un análisis.

Estos barrios han experimentado un gran crecimiento en los últimos años y, por las características del término municipal, son la zona de expansión de la capital. Sin embargo, todavía mantienen un servicio de autobuses urbanos propio de otras épocas, marcado por unos horarios aproximados, con un tiempo de paso muy amplio que propicia la masificación en cada vehículo, con una ocupación frecuente de las paradas por coches particulares, que dificulta el acceso a personas con movilidad reducida, y sin que la policía local actúe permanentemente contra los infractores. A todo esto hay que añadir los problemas derivados de la nula planificación en movilidad del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Almería, especialmente a la habilitación de plataforma reservada para el transporte público, sobre todo en los puntos más conflictivos del recorrido.

De nada sirve equipar las paradas con paneles informativos de tiempo de paso (en La Cañada llevan tiempo sin funcionar) si es muy complicado cumplirlo por compartir la misma calzada el autobús con el vehículo particular y, por tanto, los atascos del tráfico. Otro aspecto propio de la ineficiencia es la utilización de unidades de gran capacidad para la extensión de esta línea a la Universidad, cuando su ocupación es ridícula, mientras que la línea principal llega a la masificación, sobre todo en horas punta.

Independientemente de la necesidad imperiosa de elaborar un plan integral de movilidad de la ciudad de Almería y área metropolitana, en el que un nuevo modo de transporte como el metro ligero o tranvía debe de ser la columna vertebral de sistema público, es prioritario actuar sobre los actuales servicios para adecuarlos a las necesidades de los ciudadanos y hacerlos atractivos frente al uso abusivo del coche. Hay muchas personas que tienen que utilizar el autobús porque no poseen vehículo propio, pero existe otro tanto que sí disponen de coche y no quieren utilizarlo habitualmente en sus desplazamientos urbanos; sin embargo, se ven obligados a usarlo porque el actual transporte público de Almería no es útil a sus necesidades: baja frecuencia de paso, tiempo de viaje elevado e irregular y masificación.

Teniendo como objetivo inmediato la mejora del actual servicio de autobuses, seguidamente se detallan algunas propuestas fáciles de asumir asunción:

 Establecer una plataforma reservada para el transporte público delimitada físicamente en los puntos más conflictivos de la ciudad.

 Incorporar la prioridad semafórica para autobuses.

 Adecuar la flota a las características de las líneas y las horas (punta y llano).

 Crear intercambiadores eficientes entre distintas líneas que faciliten un trasbordo rápido y sin coste alguno.

 Control permanente de las paradas para evitar la ocupación indebida por vehículos privados. Dotar con cámaras a aquellas en las que se den habitualmente estas situaciones para disuadir al infractor.

 Aprovechar las nuevas tecnologías para comunicar al teléfono móvil del usuario la hora de paso del autobús que se quiere tomar.

 Tarifas competitivas que disuadan el uso de coche particular.

 Llegar a acuerdos con las asociaciones de comerciantes para que los usuarios del transporte público obtengan descuentos en sus compras y consumiciones.

Estas actuaciones son el principio de otras más ambiciosas, que incidirían positivamente en la mejora inmediata del transporte público y fomentarían su uso, reduciendo la congestión del tráfico, la contaminación ambiental y acústica, así como el consumo energético.

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