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El cine de Almería en tres cortos

M. A. Blanco
Periodista / El Secreto del Olivo

El cine de Almería vive uno de sus mejores momentos. Más allá de servir de escenario de rodajes de todo tipo, desde producciones españolas a futuros blockbusters hollywoodienses, desde hace un tiempo directores de todo tipo están poniendo su creatividad al servicio del séptimo arte en formato corto. Y no paran de surgir jóvenes talentos que dejan claro que esto no es un fenómeno aislado. Una muestra de este talento pasó por la Escuela Municipal de Música de Almería el pasado 27 de septiembre.

El hombre sin tiempo
Tres cortos de tres directores de Almería con distinto bagaje, rodados en esta provincia. Los ya curtidos en este formato Juanfran Viruega y Lola Parra, que estrenaban Solsticio y Dragon High School, y el casi debutante Manuel Rubio, que presentaba El hombre sin tiempo, un corto rodado con presupuesto cercano a cero.

El hombre sin tiempo es, como dijo su director en la presentación, “una historia muy friki” que bebe del western y la ciencia-ficción y en el que por encima de todo destaca la fuerza y calidad visual con que este joven de 19 años filma las escenas. Una precisión y detalle que llaman la atención en un director que, como quien dice, empieza ahora. El mínimo equipo de rodaje se lo pasó en grande realizando este corto y se nota. Rubio escribe, dirige, monta, compone parte de la banda sonora, la interpreta… Los personajes principales son cosa de Cristóbal García, Daniel Ortega (también director a tener en cuenta, con unos exitosos Alfileres que provocan aplausos incontenidos ahí donde se estrena) y Julio Béjar. En definitiva, un muy estimable debut que obliga a estar atento a la trayectoria futura de Manuel Rubio.

Solsticio es el tercer capítulo de ese camino emprendido por Viruega con Estocolmo y que le está llevando a pasear por rincones delicados con una sutileza poco habitual en cine, sin subrayados, con cierto punto ambiguo. Como en su anterior Postales desde la Luna, el almeriense afincado en Madrid vuelve a rodar en Cabo de Gata, un personaje más de esta historia que protagoniza Ingrid Rubio. Historia que da un giro en cuanto a ambientación respecto a sus dos anteriores cortos al introducir cierto elemento entre el fantástico y la ciencia-ficción, aunque, como en el caso de Melancolía, de Lars von Trier, sea más una excusa para indagar en los motivos de la aflicción de sus personajes. Si continúa así, Viruega va a dar grandes alegrías a los amantes del cine en no mucho tiempo.

Dragon High School parte de una idea original del imprescindible escritor Antonio Orejudo. Una mirada cáustica pero aun así amable a esos padres que no logran desprenderse del temor a dejar a sus hijos crecer. El problema es que es un musical pero rodado como un sketch de televisión: primer plano de madre tras primer plano de padre tras primer plano de madre… Algún plano de conjunto y una coreografía habrían sumado mucho. Eso sí, el premio por convencer a Antonio Luque (Sr. Chinarro) para formar parte del elenco (y añadir su toque a la canción) lo tiene asegurado. Asimismo, las interpretaciones están a alto nivel. El resultado es simpático y la intención de salirse de los estándares es de agradecer, pero podría estar mucho mejor. Aun con todo, Lola Parra es otra directora a tener en cuenta.

Una de las mejores cosas de esa noche fue constatar una vez más que Almería deja de ser escenario de cine para convertirse, paso a paso, en germen de talento tras las cámaras. Ahora, a esperar qué nos trae en diciembre Almería en Corto. Hay calidad para elegir.

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