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Andalucía, de película

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Los argumentos más exitosos del cine de acción siempre van ligados a la superación de grandes obstáculos para logar el objetivo. Un rescate en Vietnam, el robo de la Reserva Federal, una invasión extraterrestre, secuestro del Air Force One… todos los guiones mencionan y exhiben procedimientos extraordinarios para vulnerar las más férreas y sofisticadas medidas de seguridad que son burladas con extraordinaria pericia e inusitado aporte tecnológico.

Manuel Chaves
Manuel Chaves acaba de escribir un lamentable guión sobre Andalucía: “Un director general, si quiere robar, roba”. Independientemente de las medidas de caución, un director general de la Junta se lo puede llevar crudo sin alertar y generar sospecha. Así, en orden de gradación, un vice consejero, un consejero y el presidente, si quieren robar, roban. Tan sólo hay que desactivar los dispositivos de seguridad y control para ofrecer un acceso franco y cómodo a los ejecutantes del saqueo. Para que un robo se desarrolle con facilidad y reiteración es imprescindible la colaboración necesaria de los claveros y activadores de las alarmas. De ahí que si un director general quiere robar, roba; lo ha de hacer por encargo o motu proprio, pero siempre con la “vista gorda” de las autoridades superiores que desactivan las alarmas y desoyen los reiterados informes de los “vigilantes” sobre la incursión de saqueadores.

Nadie acude a un banco a cobrar un cheque y ve una montaña de billetes encima del mostrador. El dinero se mantiene a buen recaudo en cajas fuertes blindadas con apertura retardada, cámaras de video vigilancia, alarmas conectadas con la Policía… en fin, medidas de seguridad, que de no existir, harían del robo una experiencia cotidiana.

Ahora se explican extracciones dinerarias descontroladas y sostenidas en el tiempo con excusas como “yo no sabía nada”, “me siento engañada”, “no hice nada ni por acción u omisión”, etc.

Manuel Chaves, cuando ejercía de presidente, mantuvo una escolta permanente en sus desplazamientos, fuesen de índole pública o privada. El motivo de esta medida de seguridad es la garantía de inaccesibilidad hacia el presidente y la preservación de su integridad física. Así, Chaves anduvo flanqueado por un exitoso sistema de seguridad personal que, por otro lado, supo descuidar en lo relativo al dinero de todos los andaluces.

En casa, una madre descubre inmediatamente si su hijo le mete mano en la cartera; primero por intuición y, después, por la certeza. Al contrario, en la Junta se nubló la intuición y se desactivó la certeza. Todo un insulto a la inteligencia y una descomunal desfachatez típica de la “casa” que se sacude su inevitable complicidad, haciendo de una “Misión imposible” una película de “Bambi” o, en este caso, “Los tontos del bote”, en clara alusión a todos los andaluces.

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