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A flor de piel

Kayros
Periodista

No quise precipitarme. Días pasados, la información que ofreció el periódico inglés The Guardian sobre asuntos de nuestro campo removió las viejas heridas que este pueblo se viene curando desde épocas inmemoriales. Bastó que aludiera a ciertas deficiencias tanto ambientales como laborales para que estallara un polvorín de chauvinismo letal. Quieren hundir nuestra bien ganada fama, oí decir a un amigo de tertulia.

El The Guardian, diario escasamente sensacionalista donde los haya, dio a tiempo sus convenientes explicaciones aludiendo a la profesionalidad de Felicity Lawrence, autora del reportaje, y poniendo de relieve que en ningún caso ellos se propusieron atacar nuestra agricultura. Aunque el asunto me tentara desde el principio, yo quise esperar porque una larga experiencia me dicta que no hay que tirar el carro por el pedregal al menor atisbo de encontronazo. Así que, contra los argumentos de unos y de otros, resulta que ahora aparece el SOC, que no es precisamente un grupo ideologizado británico, dando por buena la “esclavitud” de los trabajadores y el pacto de silencio de políticos y medios de comunicación.

 A mi juicio, hay aquí un error de principio y es creer que porque salga por ahí y fuera un escrito hablando mal de nuestras basuras o de nuestros defectos organizativos, enseguida nos hundimos. Los productos almerienses son nuestra mejor bandera. Contra ellos poco pueden hacer los periodistas supuestamente resentidos o desinformados. Pero creo que éste no es el caso. Mentiría si dijera que el motor de esta nota es la información del The Guardian. Me la inspira el propio SOC cuando afirma sin rodeos que “la prensa local responde a los intereses del poder económico”. Tal vez debamos colocarnos en esta vertiente para entender la índole de algunos conflictos de los cuales la ciudadanía almeriense nunca estuvo bien informada.

Tocarle la fibra chovinista de vez en cuando, decir que los otros nos quieren mal y nos discriminan, puede ser un arma de doble filo al servicio de quienes de verdad se aprovechan de nosotros. En la larguísima disputa del soterramiento, ¿ustedes creen que no nos hubiéramos puesto de acuerdo mucho antes, si se primara el bien del ciudadano por encima del bien de los sectores económicos?
(La Voz de Almería)

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