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El papa Francisco, el obispo Cantero y el cura de Balerma

Emilio Ruiz
@opinionalmeria 

La postura de la Iglesia católica respecto a las uniones de personas del mismo sexo siempre ha sido motivo de discordia fuera y dentro de la Santa Sede. El papa Francisco mostró un progresismo inhabitual, a finales del año pasado, cuando hizo pública la declaración “Confianza suplicante: sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, en la que se conmina a los sacerdotes a administrar bendiciones a estas parejas, así como a las que estén en “situación irregular”, siempre que dichas bendiciones no formen parte de un ritual o liturgia de la Iglesia. La idea básica del documento es que Dios acoge a todas las personas independientemente de cuál sea su orientación sexual. “Los sacerdotes –señala el documento- no deben impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a las personas en cualquier situación en la que puedan buscar la ayuda de Dios a través de una simple bendición”. Recordemos que, ya en octubre de 2020, Francisco apoyó las uniones civiles entre personas del mismo sexo y aseguró que tenían derecho a “una familia” y a tener las respectivas coberturas matrimoniales.

Mensaje del párroco de Tabernas en X / X

El obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, anterior obispo de Teruel y Albarracín, diócesis sufragánea del Arzobispado de Zaragoza, ha sido uno de los primeros prelados españoles en mostrar su aceptación a la resolución papal. Incluso ha llegado a recordar que en una ocasión bendijo a dos personas homosexuales en el interior de la Basílica del Pilar, en Zaragoza. Según ha contado en Cope, dos jóvenes se le acercaron para preguntar: “¡Ay, Padre!, ¿nos podría dar la bendición?”, a lo que accedió. “Y entonces, cuando les iba a dar la bendición, ellos se agarraron de la mano”. Les impartió “la bendición de la Biblia: ‘Que descubráis el rostro de Dios, que el Señor os bendiga’, etcétera”, ha recordado. 

Juan Manuel Góngora, párroco de Balerma: “Conmigo que no cuenten para bendecir parejas de personas en estado de pecado mortal”

Quien parece no estar muy de acuerdo con estas progresías de la Iglesia Católica es Juan Manuel Góngora, párroco ejidense de la Inmaculada Concepción, de Balerma; Santiago Apóstol, de Guardias Viejas, y Ntra. Señora de Guadalupe, de Matagorda. El sacerdote es muy conocido por su actividad en las redes sociales, en las que no pone reparos a opinar de cualquier tema relacionado con la vida espiritual de las personas, sean o no de su parroquia. “Conmigo que no cuenten para bendecir parejas de personas en estado de pecado mortal”, fue su reacción al documento de Francisco. 

El último debate público en el que ha intervenido el sacerdote ejidense ha sido a raíz de publicarse en Instagram un reportaje sobre la boda de dos hombres en una capilla desacralizada de una finca privada de Madrid. “Me pasan este clip, que es público en Instagram. Un acto de exaltación sodomítica acontecido en la ermita de una finca privada de bodas en Madrid. Si sois católicos y os invitan a irreverencias semejantes, no seáis cómplices de un pecado mortal. Recemos por su conversión”, ha sido su respuesta en X, donde atiende al nombre de @patergongora y donde tiene más de 70.000 seguidores. 

La postura del clérigo almeriense está encontrando muchas reacciones adversas en la misma red social X. Pero él no se achanta y tiene respuesta para todos. “Como católico –le dice un tuitero-, ojalá normalicemos esto un día y deje de haber tanto odio en la iglesia. Solo conseguimos alejar a la gente de Jesús. Deseo lo mejor para ese nuevo matrimonio”, a lo que nuestro paisano responde: “Hay que acercar a Dios y alejar de la mentira, esa es la misión que tenemos encomendada y no otra. Así que menos "ojalás". “Me cuesta creer que Dios pensará así –le dice otro-. Soy creyente y practicante pero hay "cosas" que me cuesta compartir”. Le responde @patergongora: “El Espíritu Santo lo dejó muy claro por medio de san Pablo (1 Cor 6, 9-11). Así que no hace falta que cuente, está nítido. Otra cosa es que nosotros queramos que Dios se adapte a nuestra medida y eso nunca acaba bien”. “¿Y por qué tiene que tener razón San Pablo?, haber si ahora vamos a tener que colgarnos de una grúa por infieles”, le dicen en la réplica, a lo que el cura responde: “Si no has ido a catequesis o te la perdiste ese día, estás a tiempo de volver. Pero no des vergüenza ajena de esta forma”. 

Otro tuitero le dice esto: “Comprometerse en el acto de amar es alcanzar un aspecto de lo divino. No creo que el Padre quisiera castigar a aquellas personas que celebran el amor, una de las pocas capacidades redentoras a las cuales el ser humano puede acceder. No se deje llenar de odio”. “Amigo Jordi –le responde nuestro paisano-, no se trata de castigo, sólo me remito a advertir del craso error que supone llevar a cabo un acto así a la luz de la doctrina y moral católica. Como puedes ver en muchas respuestas, reducen todo a un emotivismo subjetivo que es contrario a la antropología cristiana”. 

El cura de Balerma ha encontrado un aliado inesperado en la Archidiócesis de Madrid, que comparte sus tesis sobre la celebración de la boda madrileña: “En ningún caso está permitido realizar un matrimonio civil dentro de un recinto religioso… Las ermitas familiares solo pueden ser usadas para el fin que la Iglesia les concede”. La institución religiosa madrileña desconocida que la ermita en cuestión está desacralizada.

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