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Genoveses: un emblema de utilidad pública


Jaime Rodríguez
Catedrático de Ecología de la Universidad de Málaga

⏩ Hace más de 30 años que, invitado por mis colegas Hermelindo Castro y Fernando Molina, vinculados entonces a la antigua Agencia de Medio Ambiente de Andalucía, participé en un ilusionante proyecto dirigido a conseguir la declaración de espacio protegido para el ámbito terrestre y marino del Cabo de Gata, amenazado por iniciativas urbanísticas que transformarían irreversiblemente este entorno inigualable. Hoy todos podemos disfrutar del “Parque Natural marítimo–terrestre del Cabo de Gata-Níjar”, calificado como “Reserva de la Biosfera” por la UNESCO.


Nuestra contribución se plasmó en la propuesta de una franja marina de protección en la que destacaban varias zonas de “Reserva”, una de las cuales se ubica en el Morrón de Los Genoveses, formando con el resto de la bahía del mismo nombre un conjunto marítimo–terrestre único. Si, como creo, el Parque Natural del Cabo de Gata es un emblema para nosotros los almerienses, la Bahía de Los Genoveses es un espacio emblemático dentro del Parque, y lo demuestra la respuesta popular frente a la aprobación, por parte de la Junta de Andalucía, del proyecto de restauración de un antiguo cortijo ubicado a menos de 1 kilómetro de la línea de costa de esta bahía, para su conversión en un hotel de vocación “ecoturística”.

Fuentes bien informadas me indican que, de acuerdo con la calificación que el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Parque asigna a la zona donde se ubica el cortijo, la decisión es legal una vez que la autoridad municipal competente declara que el proyecto es de “utilidad pública”, concepto tan ambiguo y difícil de cuantificar como el de “bienestar humano”, hacia cuya mejora se supone que va dirigida la citada declaración. En este contexto, me gustaría destacar tres cosas: 

(1ª) Actualmente, la mayoría de los ecólogos hemos asimilado la necesidad de hacer compatible la conservación de la naturaleza con la explotación sostenible de los recursos que ofrece y, no menos importante, con el reparto equitativo de los beneficios derivados de su explotación. 

(2ª) El bienestar humano, entendido como calidad de vida, va más allá de lo que nos dicen indicadores como el PIB o los niveles de renta per cápita, y su medida requiere la consideración de variables relacionadas con la salud, la educación y, cada vez más, con las buenas relaciones sociales o la libertad de decisión. 

(3ª) La contribución de los ecosistemas al bienestar humano (los llamados “servicios” de los ecosistemas) no consiste exclusivamente en la producción de materiales directamente convertibles en dinero (alimento, genes, madera, etc.). Algunas contribuciones, como la regulación del clima, la protección de la morfología litoral, la regulación de la fertilidad del suelo o la polinización, son procesos fundamentales para el bienestar humano cuyo valor monetario es muy difícil de calcular. Y no acaba aquí la cosa, ya que los ecosistemas brindan al ser humano toda una batería de servicios “culturales” en forma de valores estéticos, paisajísticos, emocionales o relacionados con el sentido de pertenencia a un determinado territorio o paisaje, a los cuales es imposible asignar un valor monetario. Ni se compran, ni se venden.

Es en este marco de los valores culturales en el que hay que entender el rechazo a una decisión tan relevante cualitativa y simbólicamente para este espacio único que es la Bahía de los Genoveses, decisión que ampara su legalidad en una declaración de “utilidad pública”… ¿Para quién y para cuántas personas? ¿Hasta cuántos cortijos? Quizás habría que plantearse la modificación de esa herramienta de gestión del Parque para que sea posible reconocer el valor cultural, cualitativo, no monetario, de la contribución que un paisaje emblemático como el de Genoveses aporta al bienestar humano en general. Esta es y debe seguir siendo su verdadera “utilidad pública”, y ninguna autoridad competente tiene que declararla porque sus beneficios ya están siendo repartidos equitativamente entre todos.

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