Rosario Soto
Portavoz del PP Andalucía
Si un verdugo quisiera ganarse la confianza entre los familiares de su víctima, probablemente estos pensarían que el encargado de tal oficio estaría perdiendo la razón. Pues eso deben haber pensado los andaluces al escuchar las palabras de la consejera de Presidencia, Mar Moreno, en su interesado intento de acercamiento a la clase media. Que el PSOE-A busque su voto a través del discurso político en lugar de hacerlo a través de políticas de apoyo a quienes lo están pasando mal, es una falta de respeto o un síntoma de la sinrazón en la que se encuentra inmerso el Gobierno de Griñán.
Los socialistas han empobrecido a miles de familias andaluzas. Sus políticas erráticas han llevado al paro a más de un millón de andaluces, han desplomado los sueldos, ahora en su mayoría mileuristas. El impuestazo del Gobierno de Griñán nos hace más pobres a todos los ciudadanos porque supone un importante incremento en el recibo del agua, la luz, el pago de las bolsas de plástico en los comercios, nuevos impuestos a depósitos bancarios, a medios de transporte y otros muchos problemas para nuestros bolsillos. Griñan y sus políticas limitan o imposibilitan la capacidad de consumo de los andaluces. La clase media y trabajadora en nuestra comunidad está exprimida, asfixiada, frita a impuestos y además por primera vez han visto recortados sus derechos sociales.
Creo que más daño que el cometido por los socialistas a las clases medias de Andalucía es casi imposible de encontrar, del mismo modo que parece difícil encontrar a alguien que haya podido cometer en menos tiempo más errores políticos que Griñán. El presidente de la Junta ha errado en todas y cada una de las medidas que ha querido tomar contra el paro y la regresión económica. Y el resultado no ha sido otro que conseguir agravar la crisis y empeorar la situación de los afectados por ésta.
Con este panorama no es de extrañar que el pasado domingo los catalanes votaran contra el PSOE, es decir, que votasen contra la crisis y contra las políticas de quienes, lejos de solucionar los problemas de los ciudadanos, los han agravado. Lo que acabamos de ver en las elecciones catalanas, con la estrepitosa caída del tripartito, es la caída del Gobierno que ha gestionado tan incoherentemente la crisis económica y ha intentado tapar las mentiras de Zapatero. A pesar de la negación de Griñan, éste sabe perfectamente que los resultados catalanes sí son extrapolables a Andalucía. El Gobierno andaluz, en lugar de intentar seducir a las clases medias y trabajadoras con discursos falsos y con derechos de mentira, debería de tomar buena nota de lo ocurrido en Cataluña y actuar en consecuencia. Se ha producido el cambio y el PP que ha roto su techo de escaños, se ha convertido en el referente de ese cambio político en España. Señor Griñán, entérese: ya no hay territorios inexpugnables para el PP. Lo demostraremos también en Andalucía. Cada vez queda menos.
Los socialistas han empobrecido a miles de familias andaluzas. Sus políticas erráticas han llevado al paro a más de un millón de andaluces, han desplomado los sueldos, ahora en su mayoría mileuristas. El impuestazo del Gobierno de Griñán nos hace más pobres a todos los ciudadanos porque supone un importante incremento en el recibo del agua, la luz, el pago de las bolsas de plástico en los comercios, nuevos impuestos a depósitos bancarios, a medios de transporte y otros muchos problemas para nuestros bolsillos. Griñan y sus políticas limitan o imposibilitan la capacidad de consumo de los andaluces. La clase media y trabajadora en nuestra comunidad está exprimida, asfixiada, frita a impuestos y además por primera vez han visto recortados sus derechos sociales.
Creo que más daño que el cometido por los socialistas a las clases medias de Andalucía es casi imposible de encontrar, del mismo modo que parece difícil encontrar a alguien que haya podido cometer en menos tiempo más errores políticos que Griñán. El presidente de la Junta ha errado en todas y cada una de las medidas que ha querido tomar contra el paro y la regresión económica. Y el resultado no ha sido otro que conseguir agravar la crisis y empeorar la situación de los afectados por ésta.
Con este panorama no es de extrañar que el pasado domingo los catalanes votaran contra el PSOE, es decir, que votasen contra la crisis y contra las políticas de quienes, lejos de solucionar los problemas de los ciudadanos, los han agravado. Lo que acabamos de ver en las elecciones catalanas, con la estrepitosa caída del tripartito, es la caída del Gobierno que ha gestionado tan incoherentemente la crisis económica y ha intentado tapar las mentiras de Zapatero. A pesar de la negación de Griñan, éste sabe perfectamente que los resultados catalanes sí son extrapolables a Andalucía. El Gobierno andaluz, en lugar de intentar seducir a las clases medias y trabajadoras con discursos falsos y con derechos de mentira, debería de tomar buena nota de lo ocurrido en Cataluña y actuar en consecuencia. Se ha producido el cambio y el PP que ha roto su techo de escaños, se ha convertido en el referente de ese cambio político en España. Señor Griñán, entérese: ya no hay territorios inexpugnables para el PP. Lo demostraremos también en Andalucía. Cada vez queda menos.
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