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Antonio Góngora, el arquitecto de la Rambla

Antonio Torres
Director de Canal Sur

Almería ha sido una ciudad devorada por el caos urbanístico. La actual Avenida Federico García Lorca cambió la fisonomía de la capital y  puso orden al desarrollo de todo el entorno. El arquitecto de la obra pública más importante de la capital pide que se le “mime” a la Rambla  por ser un escaparate de la capital.

Antonio Góngora, en 'su' Rambla

La Rambla cambió la fisonomía de la capital almeriense. El arquitecto de la obra pública más importante de la capital, Antonio Góngora Sebastián (Almería, 1943), señala que se debe impulsar el mantenimiento, especialmente jardinería e iluminación de la obra, para que siga siendo un referente de la transformación de Almería. Junto a la Alcazaba es el punto más fotografiado y la primera imagen que se le ofrece a los turistas de los cruceros cuando desembarcan en el Puerto. Precisamente, este lunes el Ayuntamiento intentaba con varias obras acabar con las malas olores en el tramo final de la Avenida Federico García Lorca.

Góngora y el catedrático Jesús Gil Roales-Nieto elaboraron un estudio sobre la influencia y la percepción de la Rambla, financiado por la Junta de Andalucía, La Universidad de Almería y el Colegio Oficial de Arquitectos. Una de las conclusiones señala: “Un aumento de la valoración estética de la ciudad y determinadas mejoras en los hábitos de vida de los ciudadanos, con repercusión en su bienestar y en la mejora de la convivencia…”.

Con la culminación de la obra se acabaron las famosas trágicas inundaciones.  El centro de Almería se veía cada cierto tiempo invadida de imágenes tercermundistas de abandono, suciedad, basura en todos los tramos y vehículos abandonados. Antes de la urbanización se realizaron obras  de contención con la Confederación Hidrográfica para desviar el cauce del río.

La obra la inició y culminó el añorado Santiago Martínez Cabrejas. Participaron en su impulso los alcaldes siguientes de la democracia, Fernando Martínez y Juan Megino. Todas esas corporaciones, con apoyo de la Junta de Andalucia, con inversiones cercanas a los 25 millones de euros,  modernizaron el centro. El Ayuntamiento acabó con una demanda de casi un siglo, parecido a la realidad del tren de ahora, con un AVE estancando o con el desánimo por el Corredor del Mediterráneo. La obra pública es fruto del V Centenario del Descubrimiento de América, que se conmemoró  en 1992. La Rambla se convirtió en un elemento integrador.

Los años pasan y  está necesitada de atenciones, dice Góngora, con el que tuve la oportunidad de pasear por la Avenida Federico García Lorca, el pasado jueves, coincidiendo con los actos organizados para recordar los 25 años de la Expo 92.  “Había voluntad decidida de utilizar para el pavimento dos piedras históricas como el mármol gris de Sierra Elvira, en Albolote,  que está también en la Alhambra o en la catedral granadina, y un homenaje al mármol blanco de Macael.  Es decir la historia de Granada y Almería, unidas”, dice el arquitecto que solo utiliza el teléfono móvil cuando viaja. “Almería es muy pequeña y nos localizamos para cualquier urgencia al instante y así evito el engorro del móvil, soy más de trabajo que de estar de cháchara”, asegura con tono jocoso este enamorado de la luz de Almería.

Góngora ha trabajado para Educación y se siente orgulloso de haber creado más de 50.000 puestos escolares para distintos colegios. Entre sus innumerables proyectos destaca que acabó con la famosa polémica por la “Medianería de Puerta Purchena”. “En El Ejido, donde tengo despacho, diseñé la Plaza Mayor con un espacio de más de seis mil metros cuadrados que sirve de encuentro para un municipio en constante expansión”. Góngora es hijo de uno de los arquitectos  con más talento que ha dado Almería. Su padre, Antonio Góngora Galera (Almería, 1911-2010),  diseñó el barrio de pescadores de El Zapillo, el edificio de Sindicatos o el actual Hotel Costasol, entre otras obras singulares.