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La Desbandá se recuerda en Almería

Antonio Torres
Periodista

Culminan hoy en Almería las etapas a pie de recuerdo anual que celebran centenares de personas para que no se olvide el mayor éxodo de la Guerra Civil. La masacre de miles de personas en la carretera Málaga-Almería de febrero de 1937.

Niños de La Desbandá que partieron desde Almería hacia Murcia. COLECCIÓN DE EUSEBIO RODRÍGUEZ

Habrá actos en el monumento a las víctimas del campo de concentración de Mathausen de Almería, situado en el Parque de las Almadrabillas y que fue impulsado por el añorado dirigente comunista Antonio Muñoz Zamora, el preso 90.009, quien luchó toda su vida por la libertad y la defensa de los Derechos Humanos. Precisamente, estudiantes del Instituto de Educación Secundaria de San Isidro (Níjar) han recuperado la identidad de nijareños que, entre 1941 y 1944, fueron trasladados a Dachau y Mathausen con el objetivo de rescatar testimonios y de reconstruir el drama. El profesor y escritor Francisco Martín Milán presentó ayer la edición número 11 de “Encuentro de Testimonios de la Guerra Civil en el IES Turaniana de Roquetas de Mar, centrado en La Desbandá. 

Hoy, Eusebio Rodríguez Padilla (Almería, 1955), doctor en Historia Contemporánea y miembro del grupo de investigación Estudios del Tiempo Presente de la Universidad de Almería, explicará la importancia que tuvieron Los Refugios en Almería. Rodríguez es uno de los especialistas de la mayor masacre de civiles producida durante la Guerra Civil que tuvo lugar en la carretera de Málaga a Almería en febrero de 1937. 

El padre de Eusebio Rodríguez estuvo a punto de ser uno de los niños que abandonaron Almería, junto a los de la Desbandá hacia Murcia donde había hospitales y mejores casas de médicos para atender que Almería que acogió a los que huían con destino, principalmente, hacia Francia. “La energía de mi abuela María Mateo Membrives impidió que mi padre se subiera al camión, aparcado en la Compañía de María de Almería, con otros niños desamparados y con madres gestantes. En la casa familiar, siempre hemos tenido recuerdos para mi abuela y su frase ´pasaremos hambre, pero la pasaremos juntos´, de ahí que nunca se me haya olvidado de dónde venimos”. Rodríguez precisa un dato del que casi nadie hace referencias. “No todos los que llegaron a Almería huyendo de las bombas de los golpistas rebeldes eran indigentes. Algunos vinieron con medios económicos suficientes y en sus propios vehículos y se hospedaron en los hoteles de referencia como La Perla”. Rodríguez Padilla, autor de una buena gavilla de libros es autor, junto a su colega Juan Francisco Colomina de La Desbandá de Málaga en la provincia de Almería, editado por Círculo Rojo.

Autoridades republicanas de Almería recibieron dos millones de pesetas en 1937 para ayudar a los que huyeron del terror. Aunque en Almería hubo muestras de solidaridad, los pocos médicos estuvieron desbordados, El cargadero de mineral del Puerto de Almería fue uno de los puntos de encuentro de los represaliados y que produjo una epidemia de tifus. El doctor Henry Norman Bethune (Canadá, 1890-China, 1939) documentó y denunció el drama humano, los crímenes de la carretera de Málaga a Almería. Dejó testimonios gráficos y orales para el mundo con sus memorias personales. Sus relatos están en varios libros como El crimen de la carretera Málaga-Almería con documentos gráficos recogidos por el arquitecto, educador y cooperante Hazen Edward Sise (Montreal, 1906-1974), ayudante de Bethune, que permitieron poner rostro y tragedia a la matanza de miles de personas que huyeron azuzados por las arengas del general golpista Queipo de Llano desde los micrófonos de Radio Sevilla.

Para la historia de Almería conviene rescatar la figura del político y periodista Hermógenes Cenamor Val. Una persona que dejó huella en Almería por su solidaridad con los que menos tenían. Estuvo al frente del Comité de Refugiados. Si Bethune falleció por una afección médica grave, sepsis, en China, Cenamor murió de pena y hambre en la cárcel almeriense El Ingenio en 1939 donde acabaron casi todos los represaliados. Para Eusebio Rodríguez, Hermógenes Cenamor fue un intelectual al que se le puede calificar como el Schindler de Almería.

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