Tu cara me suena no tiene competencia en las noches de los viernes y arrasa en audiencias en su temporada número doce. El programa de Antena 3 se consolida como líder con unas cifras que, en los tiempos actuales de fragmentación del contenido, son difíciles de alcanzar.
Tu cara me suena / A-3
¿Cuál es la fórmula para que, después de
estas doce temporadas, el programa continúe acaparando la atención del
espectador? Quizá el secreto sea no haber sometido el formato a grandes cambios
durante todos estos años. Esa podría ser la receta infalible de esta
producción.
En televisión, como en muchos otros
ámbitos, si algo funciona, mejor no tocarlo, no sea que al público,
acostumbrado a la receta tradicional, no le convenza la innovación. Decides
dejarte llevar por las nuevas tendencias y reinventar la receta de mamá para
las croquetas, y te das cuenta de que no, que con esos pocos ingredientes
básicos estaban de rechupete, y que la cúrcuma, al final, no aporta nada.
Personajes conocidos —entre los que
siempre hay un par que explotan su vena humorística—, un jurado simpático, colaborador
y muy seguro que sabe a lo que juega, caracterizaciones asombrosas, buena música y el público en plató entregado.
Ingredientes más que suficientes para saciar la voracidad de entretenimiento
del espectador.
Se habla de desgaste de formatos, pero la historia de la televisión nos ha demostrado que no siempre es el caso y que muchos de los programas históricos no envejecen o no necesitan adaptarse a la velocidad de cambio de la sociedad porque hay clásicos que siempre tienen espacio en nuestro menú aunque este se amplíe con lo que aporta las nuevas corrientes. Es el caso de Tu cara me suena, un programa que solo se renueva con sus participantes en cada temporada y que sigue siendo el elegido por el público para la noche de los viernes.
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